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No quiero perder a mis hijos

Bosquejos Biblicos – Bosquejos para Predicar

“…Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos. 2 Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite. 3 El le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas. 4 Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte. 5 Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite. 6 Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite. 7 Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede…” 2 Reyes 4:1-7

Introducción:

La viuda que nos relata el cap. 4, tenía grande preocupación y amargura en el alma, pues estaba a punto de perder a dos de sus hijos, ya que el acreedor se los quería llevar de esclavos, y se denota que ella no quería perder a sus hijos.

El afán de la viuda acciona de tres maneras que nos enseña cómo podemos hacer nosotros, para no perder a nuestros hijos.

Oración de transición:

Consideremos esas tres actitudes para preservar a sus hijos.

I. Busco al profeta de Dios.

“…Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos…”

A. No busco al rey para que le resolviera su caso, otros lo hacían.
B. No busco al acreedor para pedirle misericordia.
C. No se quedó de brazos cruzados, resignada a la tragedia.

II. Sometió su vida a la fe en la palabra del profeta.

“…El le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas. 4 Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte. 5 Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite…”

A. No tenía en la casa algo que pagara la deuda, solo una vasija de aceite. (vers. 2)
B. Acepto con fe la palabra de del profeta.
C. Hizo partícipe a toda su familia de la obediencia.

III. Hizo uso correcto del aceite.

“…Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede…”

A. Pago sus deudas.
B. Vivió de él.
C. El aceite es símbolo del Espíritu Santo en abundancia.

Conclusión:

Sus hijos no han de perderse, si usted clama a Dios, se llena de fe y hace uso correcto del aceite, que es el Espíritu Santo.

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