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Una noche gloriosa

Lectura: 1 Samuel 3:2-4

Introducción:

Cada momento en la vida del creyente debe estar direccionado en aquello que lo hará crecer y avanzar en el Señor. Hay momentos en la vida que nos cambian para bien, que nos marcan en lo más íntimo de nuestro ser, y nos hacen tener mejores proyecciones en Dios.

La historia bíblica citada se desarrolló en un periodo  de la historia de Israel, conocido como los Jueces; época que duró aproximadamente 450 años (Hch. 13:20). Aunque en este tiempo había Teocracia, el pueblo vivía bajo una apostasía nefasta, que cada día lo alejaba de Dios, y lo introducía al paganismo y costumbrismo de naciones vecinas (Jue 2:11-13). El desenfreno era notable; “cada quién hacía lo que bien le parecía” (Jue 21:25). El juez de aquel momento era el sacerdote Elí (1 Sam 4:18). La vida espiritual del pueblo israelí era deprimente (1 Sam 3:1).

1. La crisis espiritual

a. “La palabra de Dios escaseaba” (ver. 1). A partir de aquí podemos ver dos razones que ocasionaban esto: (1) que la Ley no se estaba estudiando ni aplicando; y (2)  que los predicadores de Israel no estaban ejerciendo bien su función. En este tiempo no era común oír la Palabra de Dios. El resultado era un pueblo descarriado y sin conocimiento de Dios. El cristiano entra en crisis espiritual cuando deja el ejercicio diario de la lectura bíblica (Jos 1:8; Jn 5:39; Stg 1:22; 1 Tim 4:13).

b.“No había visión con frecuencia”. Por este tiempo se habían perdido las revelaciones. Hablando que ya no había experiencias hermosas con Dios. Qué triste es saber que un pueblo ha perdido la sencibilidad ante el Señor.

a. y b. El panorama era adverso. El escritor está mostrando la condición que ha quedado un pueblo que inició con gloria, poder en la revelación, con mover de Dios, con amor a la Palabra, pero que ahora está perdido en lo vano de la vida.

c. Había una familia que mal influenciaba con su hechos a las nuevas generaciones de Israel. Era la familia de Elí. Las características de ellos eran lamentables:

* Elí era un hombre pesado y entrado en edad. Sus ojos se habían oscurecido y ya no juzgaba con rectitud al pueblo (1 Sam 4:15).

* Los hijos de Elí, Ofni y Finees, eran “impíos”, y “no tenían conocimiento de Jehová”. Aun cuando eran sacerdotes de Jehová, no tomaban en cuenta a Dios, sino a las perversiones (1 Sam 2:12).

 * Aquellos jóvenes menospreciaban las ofrendas que se daba al Señor (1 Sam 2:17).

 * Ofni y Finees eran abominables (1 Sam 2:17). Elí los trató de corregir, pero ellos no oyeron su voz.

2. Una luz de esperanza: Samuel

a. En medio de aquel ambiente creció Samuel, un joven que amaba a Dios.

b. Samuel ministraba a Jehová delante del sacerdote Elí. Ministraba en la presencia de Jehová vestido de un efod de lino (1Sam 2:11,18).

c. Samuel marcó la diferencia. Fue acepto delante de Dios (1 Sam 2:26).

d. Cada año su madre le hacía una túnica pequeña, y le recordaba que él había nacido para cosas grandes y que debía amar a Dios (1Sam 2:19). Cada año que su mamá lo veía, lo hacía comprender que él estaba en el templo para vivir completamente para Dios hasta el día de su muerte, que él estaba allí para servir a Dios, y para demostrar ante los ojos de todos, que sí se puede vivir para Dios en Santidad en medio de un mal ambiente.

e. Dios puso sus ojos en aquel bello joven. Lo miró Dios y lo programó para lo grande que venía para Israel.

3. Antes que la lámpara de Dios se apagara…

a. Era una noche. Elí estaba acostado en su aposento, y Samuel dormía en el templo (1 Sam 3:2,3).

b. Pero antes que la lámpara de Dios se apagara, Dios llamó a Samuel para algo grande; para que la revelación se volviera a manifestar, para que la Palabra volviera a predicarse con frecuencia, para que el sacerdocio volviera a la santidad y la piedad.

c. Fue una noche gloriosa. Así nacen los grandes ministerios.

d. La noche gloriosa habla de aquel momento en que tenemos experiencias con Dios, aquel momento en que escuchamos la voz audible de Dios, cuando vienen la visiones, cuando vienen las revelaciones, cuando la manifestación de Dios se hace intensa en nosotros…

Conclusión:

En medio de tanta corrupción, en una noche, Dios levantó un ministerio que impactó a Israel. Qué bueno que cada noche sea gloriosa para el creyente fiel y verdadero. Que cada noche Dios nos hable, que hablemos nuevas lenguas, que sintamos su gloria, que su presencia invada de continuo nuestra habitación… Esa noche para Samuel fue determinante, para usted también lo será

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