Lideres conforme al corazón de Dios

1. La sanidad espiritual del líder (Pedro – Pablo – Moisés)

* Pedro reprende a Jesús porque no había entendido el propósito del reino de Dios y la misión de Cristo (Marcos 8:31-38)
* Pedro jura no abandonar a su Maestro porque emotivamente confiaba en sí mismo, pero no había entendido quién tiene el control de la situación (Marcos 14:26-31)
* Pedro se pone triste cuando Jesús le pregunta tres veces: – Pedro, ¿me amas?- (Juan 21:15-19)
* Pedro cuestiona a Jesús por fijarse en lo que hacen los demás “y si quiero que se queden, qué a ti” (Juan 21:20-25)
Después de todo lo que Pedro pasó, en el libro de los Hechos, lo vemos como el máximo expositor de la Palabra de Dios que en su sermón se convierten probablemente 5,000 personas ¡Qué gran éxito!

* Pablo o Saulo de Tarso: Déspota, perseguidor, malévolo con los cristianos. En su encuentro con Jesús quedó ciego, al encontrar la sanidad espiritual en Dios, se volvió el discípulo, líder y apóstol más exitoso en el N.T.
* Los líderes de hoy necesitan ser sanados por Dios, no se puede avanzar ni tener éxito si no hay Sanidad Espiritual.

Nuestra enfermedad

• Egoísmo (no querer menguar para que otros crezcan)
• Centralismo e importancia (Sin mí no lo pueden hacer)
• Lucha de poder (El que manda aquí soy yo)
• Nuestro propio beneficio (haré algo que me dé éxito a mí)
• Vanagloria (si no fuera por mí… yo hice esto…)

2. Santidad espiritual (Daniel 1:8-9, 6:11, 20, 28)

Nuestra experiencia diaria parece indicar que no hay esperanza en nuestra lucha contra el pecado. Nuestro mal temperamento, malos pensamientos, hábitos inmorales, parecen imposible de ser dominados y es aquí donde Dios no s exhorta a vivir en santidad.

• El problema común de los líderes
o La lana (dinero, ambición, materialismo)
o La fama (poder, importancia, popularidad, egocentrismo)
o La dama (problemas de inmoralidad, fornicación, adulterio)
• Usted puede vivir en santidad y tener una vida de esperanza en obediencia a Dios por habernos salvado (Hebreos 12:1-3)
• Dios ordena sin opción y espera específicamente que vivamos en santidad (Levítico 11:44, 1ª. Pedro 1:13-18)
• Ser santo es estar moralmente sin tacha, estar separado del pecado y por tanto, consagrado a Dios.
• La santidad y la moralidad no es para salvación, sino porque al ser salvo se debe vivir una vida de santidad.
• “Los que tienen éxito en la vida cristiana y entran en el cielo no son los que dicen ser cristianos, sino los que viven una vida santa porque son cristianos”.

3. El compromiso con Dios (líderes comprometidos) Vocación – Privilegio – Compromiso

• Un líder es sacrificado, comprometido y entregado al 100%.
• Un líder entiende que es un siervo, servidor antes de ser servido.
• Un líder es que supervisa, administra, apoya y anima.
• Un líder es fiel y constante en su dirección.
• Un líder se hace por el llamado de Dios, por vocación en el ministerio y posee un corazón para dirigir a su pueblo.
• Un líder es aquella persona que hace que otras personas hagan algo aún en contra de su voluntad; y cuando lo hacen, lo hacen de manera gozosa en amor a Dios antes que a los hombres.

¿Qué clase de líder quiero ser? ¿Qué clase de líder quiere Dios que yo sea? ¿Soy el líder que el pueblo necesita, que la Iglesia anhela y que Dios desea? ¿Cuántos quieren ser líderes conforme al corazón de Dios?

Proverbios 29:2: “Cuando el justo gobierna, la ciudad se alegra” Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra; mas cuando domina el impío, el pueblo gime.

III. NEHEMÍAS, UN LÍDER PARA NUESTRO SIGLO

Nehemías era un hombre de gran visión, un líder comprometido con Dios, con su pueblo y con una nación. Ël tenía toda la disponibilidad para llevar a cabo todo con tal de que la vida de su pueblo sea restaurada, eso lo lleva a tener características destacables para ilustrar el liderazgo de nuestro tiempo.

1. Tenía un corazón que se ocupaba del bien de su pueblo y que se dolía cuando no andaba como Dios quería (Neh. 13:8)

2. Amaba a su nación como todo ciudadano israelita (Neh. 1:1-4)

3. Era un hombre devoto a Dios (Neh. 1:5-11, 4:4-9)

4. Un hombre lleno de fe en Dios (Neh. 2:20, 6:10-11)

5. Un hombre valeroso de Dios (Neh. 4:20, 6:10-11)

6. Un hombre diligente por amor a Dios (Neh. 4:21-23, 6:3)

7. Un hombre con habilidades para el liderazgo (Neh. 4:13-20)

8. Un hombre firme en hacer lo recto delante de Dios a pesar de la oposición enérgica en contra (Neh. 13:11-25)

9. Un hombre serio y comprometido en las reformas (Neh. 5:13-35)

10. Un hombre consciente en la tarea que tenía que realizar (Neh. 4:19, 6:8)

11. Un hombre que entendía claramente cuando el mensaje venía de Dios (Neh. 6:12)