Proverbios 23:29-32
Introducción:
¿Quién no recuerda el atentado que sufrió el país de la Estados Unidos, el 11 de Septiembre de l998? ¡Todos a nivel mundial lo recordamos!, fue un desastre que se estuvo preparando durante mucho tiempo contra dicho país. Cuanta gente sufrió, padres de familia, Ancianos y niños llorando por sus seres querido que fallecieron en horroroso atentado. ¡Qué dolor! y que tragedia, pasaran muchos años y no se podrá olvidar.
El alcoholismo no es muy diferente de dicha destrucción, es comparado como un atentado que esta provocando desastres muy dolorosos, se comienza como un bebedor social inofensivo, hasta que termina esclavizando a la persona misma dejándolo un bebedor crónico. Lo más lamentable, a decir verdad del alcoholismo es uno de los grandes problemas de nuestro país que no se ha podido erradicar, no respeta clases sociales. País, ni siquiera respeta los credos religiosos. No es un virus como la influenza, no es una enfermedad como muchos creen, tampoco es una herencia genética recibida de nuestros padres en la sangre. Es una adicción que el ser humano por decisión moral determina practicar por las sensaciones placenteras que produce en el cuerpo.
¿Cómo ve la sociedad el alcoholismo?
La sociedad ve el alcoholismo como un lubricante social, culturalmente todos lo hacen, desde el bautismo, matrimonio, XV Años, celebraciones patrióticas etc. Es símbolo de compañerismo e igualdad; emocionalmente puedo pensar que estoy en lo correcto con mis compañeros. Con razonamientos logísticos puedo decir: Dios hizo el vino por lo tanto es lógico que debo tomarlo,” por que si el hombre vino al mundo y no toma vino para que… vino”. Pero solamente dale un vistazo al vecino de enfrente y veras las grandes tragedias que trae en su vida familiar a causa del alcohol como adición.
¿Cómo cataloga las escrituras el alcoholismo?
Lo cataloga como adicción y pecado contra Dios. “La adicción es una esclavitud al señorío de una sustancia, actividad o estado mental, la cual llega luego a convertirse en el centro de la vida misma. Es decir, es algo que al ser consumido por decisión propia, transforma tu mente, tu cuerpo, tus sentimientos por las decisiones del corazón. Se comienza como algo inofensivo, se disfruta sin ver el daño que ocasiona y cuando ves el daño que ocasiona pero no lo quieres dejar ya eres un esclavo. Recuérdalo ya eres un bebedor crónico, pero desde el punto de vista religioso eres un adicto y esclavo del alcohol, desde el punto de vista espiritual estas pecando contra Dios. Amas más el alcohol que tu propia familia, adoras más el alcohol que al Dios que te formo e hizo los cielos y la tierra. En esta condición terminaremos maquinado atentados para conseguir ese hermoso líquido que satisface nuestras sensaciones placenteras.
El libro de proverbios habla de los peligros del alcoholismo.
¿De quién son los lamentos? ¿De quién los pesares? ¿De quién son los pleitos? ¿De quién las quejas? ¿De quién son las heridas gratuitas? ¿De quién los ojos morados? ¡Del que no suelta la botella de vino ni deja de probar licores! No te fijes en lo rojo que es el vino, ni en cómo brilla en la copa, ni en la suavidad con que se desliza; porque acaba mordiendo como serpiente y envenenando como víbora. Tus ojos verán alucinaciones, y tu mente imaginará estupideces. Te parecerá estar durmiendo en alta mar, acostado sobre el mástil mayor. Y dirás: «Me han herido, pero no me duele. Me han golpeado, pero no lo siento. ¿Cuándo despertaré de este sueño para ir a buscar otro trago? ( Proverbios 23:29-35 BAD )
La Biblia no se refiere a la borrachera como un problema físico, sino que es un problema de decisión MORAL, un acto cometido CONTRA DIOS. La embriaguez se condena una y otra vez por que es un atentado contra la imagen de Dios: Prov. 23:20 1 Cor. 5:11; 6:9-10, por lo tanto la solución es también una decisión moral de entregarse a Dios para ser salvado del alcoholismo. Abstenerse solamente por 24 horas del alcohol no garantiza que seas salvo. No es una fuerza superior el que esta obrando para salvarte, no es una energía impersonal, no es una actitud de creer en un ser Supremo, es la acción de fe y arrepentimiento de reconocer que es pecado delante de Dios y entregarle tu vida completa al Dios personal revelado en cristo el salvador. El alcoholismo es un atentado espiritual contra las leyes de Dios.
La pregunta que nos debe ayudar como punto de reflexión es: ¿Contra quién esta atentando el alcoholismo?
1. Contra la imagen y semejanza de Dios.
2. Contra el cuerpo que es templo del Espíritu Santo.
3. Contra la familia y el matrimonio instituida por Dios.
4. Contra la economía que Dios nos da como parte de su bendición.
5. Contra la vida espiritual del hombre y los propósitos de Dios en su vida.
El alcohol afecta el espíritu humano el cual le facilita admitir hechos inmorales y actitudes de irresponsabilidad que son pecados delante de Dios, que normalmente en estado de sobriedad no haría con mucha facilidad. Sinceramente las escrituras enseñan que es un pecado estar bajo la intoxicación del alcohol, solamente con una decisión moral de arrepentirnos y postrarnos a los pies de Cristo podremos vencer el alcoholismo, no es suficiente abstenerse por 24 horas, es necesario estar dispuesto al sacrificio de seguir a Jesús en arrepentimiento de nuestros pecados, vivir en obediencia a su palabra, confiar en el y entregarle nuestra vida para siempre. Debemos reconocer que solo la sangre de cristo es suficiente para ayudarnos de la adicción del alcohol y otorgarnos vida eterna en contra del alcoholismo.
