Se cuenta la historia de un ermitaño que vivía solo en una cueva con su hijo de 18 años. El hijo nunca había conocido el pueblo más cercano y tampoco había visto a otras personas. Pero al celebrar su cumpleaños, su padre decidió llevarlo al pueblo para que lo conociera y para comprarle un regalo.
Salieron en la mañana y llegaron a una tienda donde se fabrican artículos de cuero, donde su papá le enseñó la mejor montura, la que alegró mucho al muchacho, después lo llevó a la tienda de artículos de caza y le enseñó los mejores cuchillos, y mientras caminan por la calle encontraron a una hermosa muchacha como de su edad; el joven preguntó inquieto a su padre, el cual fue tomado por sorpresa no sabia que contestarle, porque no quería que su hijo se interesara en una chica todavía. Entonces rápidamente le dijo “Es un ganso hijo mío”, y siguieron caminando y mirando en las distintas tiendas.
Durante el día el joven conoció tiendas de ropa, instrumentos musicales, también de perros finos y artículos de caza. Al fin del día el papá voltea al joven y le pregunto: “bueno hijo”, te he enseñado muchas cosas hoy, estoy dispuesto a comprarte lo que más te gusta. Dime ¿cuál has escogido? Sin titubear por un momento el joven le contestó, ¡Papá quiero un Ganso!.
La atracción sexual entre dos jóvenes es tan antigua como el mundo mismo y se originó en la mente de Dios. Fue Dios quien Dijo “No es bueno que el hombre esté solo. Voy hacer una ayuda adecuada”. (Génesis 2:18) Después de formar a la mujer del mismo cuerpo de Adán, entonces Dios la trajo al hombre para que gozaran juntos una relación matrimonial plena.
Es muy importante considerar que el pecado original no fue el SEXO como muchos podrían pensar, sino la “Desobediencia” al mandamiento de no comer del árbol del conocimiento del bien y del mal el cual les dijo Dios no comerán (Génesis 2:15 al 17).El sexo fue creación de Dios, y lo creo para bendecir a la humanidad. Joven tu sexualidad es un don divino puro y santo, pero es un Don tan delicado que te puede traer gran felicidad y también te puede destruir.
Vivimos en un mundo promiscuo. El mensaje de la música moderna, de la televisión, Internet, revistas, películas, de los compañeros de la escuela, la universidad, el trabajo y por todos lados el mensaje es ” Si te sientes bien, hazlo” o “Todo el mundo lo esta haciendo”. El sexo es como un fuego: no es posible jugar con fuego y no quemarse. El fuego dentro de la chimenea es maravilloso, por que da calor a toda la casa, pero al sacarlo de ahí es capaz de destruir toda la casa.
“El sexo dentro del matrimonio es bello y maravilloso, pero fuera de el destruye vidas”, son muchos lo que recomiendan a nuestra juventud el uso de pastillas anticonceptivas, también la conocida píldora del día después, otros creen que ante el virus del sida, la solución para este problema se llama condón y los regalan en el centro de la ciudad, colegios y playas, además de grandes carteles publicitarios que cuelgan en los colegios básicos e instituciones públicas, empujando a los jóvenes al uso de los preservativos, lo que promueve abiertamente el sexo ilícito en los adolescentes y jóvenes.
El problema no esta en las “formas” que entreguemos a nuestros jóvenes para darles una solución a sus problemas , sino más bien el problema es de “fondo”, esto radica en sus bases, normas de conductas morales y de su lejanía de la presencia de Dios y de su palabra . “Una relación basada solo en la pasión en vez del amor no durará o será un infierno en la tierra”. En el sexo somos hechos de tal manera que si tenemos una probadita, queremos más. Un poco de caricias el lunes, el martes queremos más, y el miércoles aun más, debe haber un tiempo para conocerse el uno al otro en tres importantes áreas:
