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Sello del Espiritu Santo

Efesios 1:13

¿QUIÉN SELLA?: JESUCRISTO.

¿DÓNDE SELLA?: EN EL CORAZÓN

¿CON QUE SELLA?: CON SU ESPÍRITU SANTO

1. El sello. El Espíritu Santo mismo es el sello. El sello no se asegura a través de alguna experiencia emocional, sino a través de creer en Cristo: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa

(4) Significado.

(a) El sello significa propiedad. Si fuimos sellados tenemos el sello de propiedad de Dios sobre nosotros. “Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.” (II Tim. 2:19).

(b) El sello significa identificación. Es nuestra identificación para el futuro. “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.” (Ef. 1:13, 14).

(c) El sello significa seguridad. En Apocalipsis 7:4-8 habrá 144,000 sellados. Además Satanás será sellado y encarcelado en el abismo durante el milenio (Ap.20:3). El libro de Apocalipsis capitulo 5 tiene 7 sellos que ningún ser humano común podrá abrir (Ap. 6-8). Nosotros, los creyentes, somos sellados hasta el tiempo de nuestra redención (Ef. 1:13, 14).

(d) El sello significa transacción finalizada. “Y escribí la carta y la sellé, y la hice certificar con testigos, y pesé el dinero en balanza.” (Jer. 32: 10). El sello del Espíritu Santo es aquella evidencia legal que testifica el hecho de que hemos entrado dentro de la obra terminada de Cristo.

(e) El sello significa que es algo genuino. “Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia; ” (Rom. 4:11). Ver también Ester 3:12.

(f) El sello significa que algo es inintercambiable. “Escribid, pues, vosotros a los judíos como bien os pareciere, en nombre del rey, y selladlo con el anillo del rey; porque un edicto que se escribe en nombre del rey, y se sella con el anillo del rey, no puede ser revocado.” (Est. 8:8).

(g) El sello significa valor. “¿No tengo yo esto guardado conmigo, Sellado en mis tesoros?” (Deut. 32:34).

(h) El sello significa impresión. El sello siempre deja su impresión en la cera. Si estamos sellados con el Espíritu, Su impresión estará sobre nosotros. “Ella muda luego de aspecto como barro bajo el sello, Y viene a estar como con vestidura;” (Job 38:14). “siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.” (II Cor. 3:3).

(i) Las arras del Espíritu. “[el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.” (II Cor. 1:22). Ver también II Corintios 5:5; Efesios 1:13, 14.

“Arras” es un emblema que habla del futuro. Es una parte del pago por algo que se terminará de pagar en una fecha futura. Cuando el dinero de arras es pagado por una propiedad, ambas partes se comprometen. Cuando Dios puso su arras en nosotros, El se comprometió por todo tiempo y eternidad. El Espíritu Santo es las Arras de Dios, el anticipo del pago de Dios por nuestra salvación. El creyente al presente no tiene todas las cosas que sabe habrá de recibir. Hay algo pendiente. De hecho, esto agita nuestra imaginación. Si el Espíritu Santo es solo parte de lo que hemos de recibir, y El es Dios, y Dios es todo, ¿qué ha de ser el resto?

Si el dinero de anticipo ha sido colocado por una propiedad, y el comprador fallase en completar la transacción, El perdería su dinero de anticipo. Dios nos ha dado el anticipo, el Espíritu Santo. Si fallara El en completar nuestra salvación, El perdería su anticipo; pero sabemos que eso es imposible. Por tanto, es una garantía de nuestra eterna salvación.

(1) Ilustraciones de Arras.

(a) Los presentes para Rebeca (Gen. 24). Estos presentes fueron el anticipo de lo que después vendría.

(b) Los frutos de Cannan (Num. 13). Los frutos fueron el anticipo de lo que había sido prometido, una prueba de la herencia que habría de llegar.

(c) Los dones de Booz (Rut 2). Los granos de cereal dejados para Rut, y solo para Rut, fueron un anticipo de lo que Booz tenía para ofrecer en matrimonio.

(d) Los primeros frutos (Lev. 23). Esta ofrenda para Dios era el anticipo del hombre que iba a dar su diezmo para Dios.

(2) El dador de las arras. ¡Dios es el dador! “Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.” (Il Cor.1:21,22).

(3) Descripción de las arras. El Espíritu Santo es las arras: “y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.” (II Cor. 1:22b).

(4) El lugar de las arras. Ese lugar es nuestro corazón: “ las arras del Espíritu en nuestros corazones” (II Cor.1:22b).

(5) La garantía de las arras.

(a) Garantiza nuestra resurrección “y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.” (Rom. 8:2.3).

(b) Garantiza nuestra herencia. “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.” (Rom. 8:17).

(c) Garantiza nuestra gloria. “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.” (lI Tes. 2:13. 14).

(d) Llenura del Espíritu. “fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.” (Hechos 2:4). Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.” (Hechos 4:31). “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, ” (Ef. 5:18).

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