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No más

Predicas Cristianas | Estudios Biblicos

Leyendo el libro de Reyes recordé las palabras de Dios que compartimos la semana pasada. Que sin darnos cuenta, o en desobediencia, podemos perder la corona de la vida que Dios nos ha prometido. ¿Cuántos recuerdan la predicación de la semana pasada?

Vamos a sacar nuestras espadas, ¿Cuántos trajeron sus espadas? Levántenlas quiero ver el ejercito de Dios preparado para hacerle la gran batalla al enemigo, y mostrarle que esta iglesia sirve al Dios de poder y de gloria.  Jesucristo, quién es el mismo a quien él temió ayer, que teme hoy, y le temerá siempre, porque es el Dios verdadero e invencible.

En la predicación de hoy vamos a examinar un personaje muy famoso de la historia. Hoy vamos a examinar la vida de Salomón, vamos analizar lo que paso con el rey Salomón. ¿Quién ha oído del rey Salomón aquí? Estoy seguro que todos hemos oídos de el y la gran sabiduría que él poseía, pero analicemos su vida para ver si se aplica a nuestro diario vivir.

1 Reyes 3:7-14 – Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir. 8 Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud. 9 Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? 10 Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto. 11 Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, 12 he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú. 13 Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días. 14 Y si anduvieres en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo alargaré tus días.

Para tener mejor entendimiento de lo que esta sucediendo aquí es necesario conocer un poco de historia. Los estudios bíblicos nos enseñan que Salomón era el hijo de David [1], quién fue el escogido de Dios [2]. Si se acuerdan, en otras ocasiones les he predicado acerca de David, y les he enseñado que él se enfrentó a Goliat con solo una onda y su fe en Dios [3]. Y porque la fe de David nunca le falló, Dios le bendijo inmensamente. Cuando David murió, Salomón asumió el poder del reino [4]. Salomón asumió poder cuando era relativamente joven, y quizás lo más importante de todo es que no tenía experiencia alguna. Sin embargo, siendo un joven de fe, él reconoció sus insuficiencias, y actuó de la manera que todo cristiano fiel debe actuar, Salomón oró a Dios pidiéndole que le ayudará, y Dios escuchó su oración.

Detengámonos aquí un momento, ¿les suena conocido esta parte de la historia? Cuando nos ponemos a pensar en estas cosas vemos que lo que sucedió con Salomón en este instante no es muy diferente a lo que nos sucede a nosotros. Cuando llegamos a Cristo llegamos con veinte dificultades y problemas, empezamos a vivir en un reino, pero no poseemos sabiduría alguna de cómo enfrentar las situaciones. Un ejemplo que podemos usar de un reino es nuestra propia familia. En la mayoría de las ocasiones cuando escogemos servir a Dios, nuestra propia familia, esposos, esposas, hermanos, hermanas, madres y padres de manare se convierten en nuestro enemigo.

Entonces nosotros empezamos a orar, y a rogarle a Dios que sea Él quien nos de la sabiduría de cómo enfrentar estas situaciones o dificultades, y como Padre que ama a sus hijos, Él nos responde. En otras palabras, cuando somos fieles a Dios, Él nos bendice grandemente. Si nos ponemos a examinar nuestra vida podemos ver de la manera que Dios ha prosperado y bendecido a cada uno de nosotros que estamos aquí. En si la historia de Salomón es una historia, que contiene tristeza y gozo, dolor y dificultades. Es la historia que mejor describe la vida de cada cristiano. Porque todas nuestras vidas contienen lo mismo que la vida de él.

Como podemos ver Salomón no le pidió a Dios que le diera riquezas o fama, el solo le pidió que le diera sabiduría y fuerzas para llevar a cabo la misión que Él le había dado. Como dijimos anteriormente, Dios respondió a su súplica y Salomón pasó a ser unos de los personajes mas reconocidos en la historia. Creo que no existe una persona en el mundo que no conozca acerca de la sabiduría del rey Salomón. Pero algo sucedió en el camino, en medio de todas las bendiciones Salomón cometió el error que muchos de nosotros cometemos. Salomón empezó a menospreciar, o a no darle mucha importancia a las bendiciones que Dios le había dado. Salomón empezó ha apartarse de la voluntad de Dios. Leamos la palabra de Dios para ver lo que aconteció.

1 Reyes 11:1-10 – Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas; 2 gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues, se juntó Salomón con amor. 3 Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón. 4 Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David. 5 Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas.6 E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre. 7 Entonces edificó Salomón un lugar alto a Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está enfrente de Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los hijos de Amón. 8 Así hizo para todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses. 9 Y se enojó Jehová contra Salomón, por cuanto su corazón se había apartado de Jehová Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces, 10 y le había mandado acerca de esto, que no siguiese a dioses ajenos; mas él no guardó lo que le mandó Jehová.

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