Mensajes Cristianos – Predicas Cristianas
Sábado por la noche se reúne la familia en casa de la abuela. Los miembros de la familia empiezan a llegar. Jorge Toma el control remoto y enciende el televisor, busca la función sabatina de box y no parece haber comenzado aún así que pasea por algunos canales sin encontrar nada que realmente despierte su atención.
Esperen, en eso la abuela toma el control y busca algunas películas mexicanas de las de blanco y negro encuentra una ya comenzada. Continúan viendo la película entre comentarios diversos y comerciales con un volumen alto. Después todos comienzan a ver unos dibujos animados grotescos y con voces fingidas, porque para entonces la sobrinita es la que tiene el control. Luego llega el tío Chuy y toma el control. La función de box ya ha empezado va en el segundo round. Tío pablo también llega y quiere el control para ver History Channel. Pide el control.
-¿Tienes el control?
-no yo no lo tengo.
-¿Jorge el control? No lo tengo yo.
-¿Isabel el control? No me mires a mí y o no lo tengo
¿Entonces quien tiene el control?
Un momento, un momento yo te voy a decir quien tiene el control. No lo tiene Jorge, ni Chuy ni Isabel ni Pablo ni la abuela. Nadie de nosotros tiene el control. Entonces ¿Quién lo tiene? El control lo tiene ese aparato en derredor del cual gira toda nuestra atención. Hemos perdido el control, y esa caja de colores y sonidos la que con su programación atrapa nuestras mentes, pláticas gustos e intereses.
Retomemos el control. Apaguemos ese intruso que nos distrae y nos roba preciosos momentos familiares. Disfrutemos de una relación familiar sin distracciones. Son pocos los momentos en medio del ajetreado modo de vida en el que nos vemos inmersos. Que el centro de atención sea una familia unida en Dios, y no el ruidoso colorido engaño y superficialidad del televisor.
“…Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; 2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. 3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará…” Salmos 1:1-3
¡Señor toma tú el control!
