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Cambio de identidad

Predicas Cristianas

Prédica de Hoy: Cambio de identidad

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Efesios 4:22-24

Introducción

Pensar en cambiar de identidad en nuestros días ya no debe resultarnos tan descabellado. Con el devenir de los trasplantes y las cirugías estéticas, esto ya es posible. Tan solo en noviembre de 2005 se llevó por primera vez un trasplante parcial de rostro en una mujer francesa de nombre Isabelle Dinoire, quien perdió parte de su rostro.

Un día agobiada por su profunda depresión Isabelle tomo una sobredosis de medicamentos ocasionándole un desmayó. Cuando despertó, lo primero que hace es intentar encender un cigarro, y al darse cuenta de su imposibilidad descubre que el piso esta manchado de sangre.

Rápidamente se mira en el espejo y ve que su rostro ha quedado desfigurado, no tiene nariz, ni labios, ni mentón y no siente dolor alguno. Lo increíble del caso es que las heridas fueron causadas por su perra, la cual se cree que al intentar despertarla la mordisqueo.

Ya en el hospital le fue injertado a la paciente un triángulo de tejido facial de la nariz y la boca de una persona que tenía muerte cerebral. Hoy en día Isabelle, dice sentirse muy bien, además de que su apariencia se ha transformado totalmente.

Según los expertos trasplantar estas áreas que Isabelle perdió son difíciles de hacer. Y aunque cirugías de este tipo son muy necesarias; este caso ha abierto un precedente para que en el futuro el trasplante de rostros sea ya una realidad.

Si, las cirugías ya no sirven solamente para ayudar a alguien a resolver un problema, sino que además sirve a otros a cambiar de apariencia e identidad. Artistas y hasta narcotraficantes han recurrido a estas áreas de la medicina cosmética; unos para mejorar su autoestima y otros para huir de la justicia.

Pero lo cierto es que aunque el exterior sea cambiado, su interior sigue siendo el mismo. Bueno sería que con una cirugía cosmética o un trasplante de cara, además de cambiarnos el aspecto y/o identidad, también pudiera cambiarnos el alma. Pero no, todavía no se han inventado, y ni creo que inventen la manera de trasplantarnos o cambiarnos el ser interior.

Me alegro por Isabelle quien pudo haber perdido más que la cara por su depresión; pero gracias a un trasplante parcial de rostro al parecer su vida ha cambiado; solo espero que su depresión, aquella que no pudieron quitarle con bisturí, no vuelva a orillarla a cometer otra locura. Me imagino que en algún momento de la vida hemos querido ser otra persona distinta a la hemos sido.

Como nos gustaría despertarnos un buen día y descubrir que ya no somos esas personas con esas manías, vicios y malos hábitos que tantos problemas nos causan. Pero esto humanamente no es posible.

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