¿De que agua estas bebiendo?

El hombre se dirigió hacia el oriente con una cinta de medir en la mano. Midió quinientos metros con el agua hasta los tobillos.  Midió otros quinientos metros por el agua, sólo que ahora el agua me llegaba hasta las rodillas. Midió otros quinientos metros todavía en el agua, que ahora me llegaba hasta la cintura. Siguió midiendo otros quinientos metros, pero la corriente formaba un río que yo no podía cruzar. El río había crecido tanto que se podía nadar en él y era tan profundo que no se podía cruzar.  Él me dijo: Hijo de hombre, ¿Te has fijado en la profundidad que ha alcanzado aquel arroyito de agua, verdad? En seguida me llevó hasta la orilla del río, donde noté que había muchos árboles a ambos lados del río.  Entonces me dijo: Estas aguas fluyen hacia la región oriental, descienden al Arabá y llegan hasta el mar Muerto, donde se vuelven aguas dulces.  Por donde vaya este río, todos los seres que viven de él, vivirán. Habrá abundancia de peces en él porque su agua dulce da vida a todo”.

Aquí el río está fluyendo. En el Antiguo Testamento, el Eterno tenía un templo para su pueblo. En el Nuevo Testamento, el Eterno tiene un pueblo para su templo.

Cuando tú tomas de ese río viene un despertar sobre tu vida, un verdadero mover sobrenatural. El agua comenzó con una profundidad que solamente llegaba a los tobillos y gradualmente iba creciendo hasta que este río cubrió su cabeza.

Mientras tus pies están pisando fondo, tienes el control. Ahora después que tienes el agua sobre tu cabeza, el rio te domina totalmente

Conclusión.

Cuando el río fluyo hacia el mar trajo vida a lo muerto, fertilidad a lo estéril; aun el mar  Muerto revivió con peces. Si tú hoy tomas de ese río tu vida cambiara.

Hoy vengo a decirte que ese río está fluyendo para convertirse en una grande corriente de avivamiento.

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