Inicio » Predicas Cristianas » Comenzando el Año Sabiamente

Comenzando el Año Sabiamente

Predicas Cristianas

Proverbios 4:23-27

INTRODUCCIÓN: 

El año se nos ha ido otra vez. Lo que hicimos o dejamos de hacer forma parte del pasado. Ahora no es el tiempo de lamentarnos, sino más bien de hacer el inventario para saber con cuántas deudas quedamos o cuáles ganancias obtuvimos.

Y esto lo mencionamos porque lo que Moisés dijo hace tanto tiempo debe seguir siendo la norma rectora de nuestras vidas, pues cada vez que malgastamos el tiempo o no sabemos cómo usarlo, tendremos que decirle al Señor: “Enséñanos a contar nuestros días, de tal manera que traigamos al corazón sabiduría” (Salmos 90:12).

Así, pues, comenzamos otro año. Esto significa otra oportunidad que nos da el Señor para llenar el calendario con nuevas y mejores cosas, pero sobre todo para honrarle mejor si el año que pasó no lo pudimos hacer. De esta manera se abre delante de nosotros un nuevo calendario de trescientos sesenta y cinco días, porque no será un año bisiesto.

Tomemos la resolución de llenarlo con las mejores acciones, con las más encomiables metas, y sobre todo, que la determinación de ser más fiel al Señor sea lo que cope este nuevo lustro, sabiendo que el mismo Señor que nos acompañó en el año que termina lo hará otra vez en el que comienza.

Para lograr este propósito les propongo aceptar los consejos llenos de sabiduría que Salomón diera a su hijo, de modo que sirvan para transitar todo este nuevo calendario. No sabemos a cuál de los hijos le escribe el sabio, pero los consejos que le presenta sirven para guiar nuestra vida siempre.

Así que cuando estamos listos para atravesar el umbral de un nuevo año con sus pruebas, desafíos y sorpresas que vendrán a la vida, las recomendaciones de Salomón expresadas en las acciones de varios verbos, donde todo nuestro cuerpo y nuestro ser estará envuelto, son extremadamente necesarias para ser consideradas. Veamos estas acciones.

I. SABIDURÍA PARA GUARDAR NUESTRO CORAZÓN

a. “Sobre toda cosa guardada…” (vers. 23ª).

¿Cuál es el asunto que usted más guarda en su vida? ¿Alguna carta de amor, alguna joya, algún vestido, algún libro, algunas escrituras de su herencia, algún dinerito para los momentos de crisis? Cualquiera de estas cosas pudiera ser importante, pero le aseguro que ninguna de ellas superará lo de guardar el corazón. Salomón sabía cuán traicionero es el corazón, por esto dice: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón…”.

El sabio le pidió a su hijo guardar este tesoro, quizás por su propia experiencia. Y es que la vida recta depende de su cuidado. Los médicos saben que el gran enemigo del corazón es el colesterol, sobre todo el llamado “colesterol malo”. Se nos dice que nuestro nivel de colesterol no debiera pasar de doscientos cuarenta puntos.

Cuando se supera esto, usted está rayando las probabilidades que le de un infarto, una angina de pecho o un ataque al miocardio. En el campo espiritual el corazón debe guardarse porque tiene una tendencia a contaminarse. Nuestro Señor Jesucristo supo de esta posibilidad (Mateo 15:11, 18-19). Las palabras más enfáticas de su enseñanza fueron que de la abundancia del corazón habla la boca. Lo que usted más habla es lo que más guarda.

b. “Porque de él mana la vida” (vers. 23b).

Siendo un órgano tan pequeño (apenas de trescientos gramos) es el que mantiene con vida a todo el cuerpo. Así que una larga vida está muy relacionada con un buen corazón. ¿Se imagina porque duraron tanto los patriarcas? Entonces, hay que cuidar el corazón.

El corazón es el recinto de todas las emociones. Desde el punto de vista espiritual es la cede de todas las buenas y las malas cosas en la vida cristiana. ¿Por qué es importante guardar el corazón? Porque entre las tantas definiciones que se le asigna, la que nos da el profeta Jeremías es una de las que más hay que prestarle atención: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9).

Por otro lado, cuando un corazón está controlado por la presencia del Espíritu, y con ello manifiesta todo su fruto, el resultado será el que nos dijo el sabio cuando citó lo siguiente: “El corazón alegre constituye buen remedio; mas el espíritu triste seca los huesos” (Proverbios 17:22).

Así que un corazón alegre, del cual mana la vida, es un remedio para la tristeza, el afán, la ansiedad y la preocupación. Por lo tanto, “sobre toda cosa guardada”, guarde su corazón en este nuevo año que comienza. Asegurémonos cuál será nuestro tesoro porque allí estará nuestro corazón (Lucas 12:34).

II. SABIDURÍA PARA APARTAR LA PERVERSIDAD DE LA BOCA

a. “Aparta de ti la perversidad de la boca…” (vers. 24ª).

Si el corazón es importante para ser guardado, la lengua lo será aún mayor porque su poder conduce a la muerte: “Muerte y vida están en poder de la lengua, y los que la aman comerán su fruto” (Proverbios 18:21).  El asunto es que la lengua hablará lo que hay en el corazón.

No sabemos a quién tuvo en mente Santiago cuando dedicó un capítulo para hablar de la perversidad de la lengua. La verdad es que en ninguna parte la elogia como lo hizo el sabio (Proverbios 15:1-2, 4, 7). El asunto es que debemos saber lo que hablamos y cómo lo decimos porque podemos crear muchas dificultades y problemas.

La metáfora de Santiago comparando a la lengua como un fuego nos ilustra el alcance devorador que puede hacer ese miembro tan pequeño (Santiago 3:5-10). Una lengua “deslenguada” queda sin control y causa daños irreparables. Por el contrario, una lengua controlada por el Espíritu es fuente de bendición.

Por lo tanto, y debido a su latente perversidad, hay que ponerle freno. Bien se sabe que Satanás usa la lengua para dividir a las personas e instigar enfrentamientos y pleitos. No permitamos que este nuevo año salgan dos fuentes de nuestra boca. Que usemos la lengua para bendecir y edificar.

Deja un comentario