Inicio » Predicas Cristianas » Dejemos de Correr

Dejemos de Correr

Predicas Cristianas | Estudios Biblicos

Texto Biblico: Jonás 1:1-17

Según oraba esta semana pidiéndole a nuestro Padre que me diera el mensaje del día de hoy, Él me llevo al libro de Jonás. Muchas personas encuentran esta parte de la palabra de Dios difícil de creer, pero todo cristiano fiel sabe que para Dios no existe lo imposible.

Así que nuestro estudio bíblico de hoy será para examinar lo que le paso a Jonás, para descubrir si en este acontecimiento histórico existe una lección que todo cristiano debe aprender. La predicación de hoy será para descubrir si la experiencia de Jonás se aplica a nuestra vida. Pasemos ahora a la palabra de Dios, y leamos los versículos que estaremos examinando en el estudio bíblico de hoy.

Como les dije al inicio, lo que aconteció con Jonás es algo que no cabe en nuestra mente, y es exactamente por esto que muchas personas, incluyendo a cristianos, encuentran lo que aconteció aquí difícil de creer. Pero vamos a examinar lo que ocurrió, porque cuando analizamos lo que le sucedió a Jonás en ese instante, nos daremos cuenta que no es muy diferente a lo que le sucede a muchos cristianos en la actualidad.

Pero antes de seguir, quiero tomar unos minutos para darles una pequeña explicación de lo que estaba sucediendo aquí. Como podemos ver, Dios llamo a Jonás para que fuera a la ciudad llamada Nínive y les predicara Su palabra. Cuando leemos esto rápidamente, lo único que vemos es que Dios lo llamo a predicar en una ciudad grande, pero cuando lo examinamos más de cerca vemos que fue algo mucho más de esto. Digo esto porque a través de estudios bíblicos aprendemos que la ciudad Nínive era la capital del imperio Asirio. Este imperio era grande y pervertido, y era el más temido por el pueblo Judío, debido a las atrocidades que había cometido. Esto significa que desde su niñez, Jonás había sido enseñado a odiar a los asirios y su autoridad. Jonás les odiaba de tal manera, que él no quería que recibieran la gracia de Dios. Con esto en mente, continuemos para ver lo que aconteció y como se aplica a nuestra vida hoy en día

Después de recibir el llamado de Dios, Jonás hizo algo que muchos de nosotros casi siempre hacemos al recibir el llamado, él corrió. No solo corrió, pero corrió en dirección opuesta a donde Dios le había llamado. Digo esto porque la ciudad de Nínive estaba al este de donde se encontraba Jonás, pero él se fue en dirección oeste a Jope. Jonás corrió porque él no podía perdonar en su corazón a estas personas, debido a lo que ellos habían hecho en el pasado. Cuando examinamos esto bien de cerca, nos damos cuenta que no es muy diferente a lo que nos pasa a muchos hoy en día. Hermanos todos fuimos llamados a llevar el evangelio, pero muchas veces, nuestro propio temor, prejuicios y odio nos detienen de hacer la voluntad de Dios. Todos fuimos llamados a dejar nuestras ciudades y a entrar en Nínive; fuimos llamados a predicar la Palabra de Dios. Esto es algo que ha sido predicado en toda iglesia cristiana alrededor del mundo, y es lo que nos enseña el Señor como encontramos en Mateo 28:18-20 que nos dice: “…Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén…”

Lo que sucede con frecuencia es que muchos cristianos tratan de ignorar lo que Dios manda. Tal como Jonás tratamos de huir y escaparnos; no hacemos Su voluntad. Lo mas cómico del caso es que siempre pensamos que tenemos una gran excusa. Pero la verdad de todo es que no tenemos ninguna excusa, si no lo que hacemos es que le damos a Dios en el último lugar en nuestra vida. Esto es algo que sucede en muchas ocasiones debido a nuestro temor o terquedad, y simplemente decimos que Dios demanda mucho de nosotros, que Dios quiere mucho. Pero les pregunto en el día de hoy, ¿cuanto no ha hecho Dios por nosotros? En la palabra de Dios encontramos que en Juan 3:16 se nos dice: “…Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna…”

Ahora permítanme preguntar; ¿Quién aquí está dispuesto a entregar a su hijo, para que sea azotado, torturado, y crucificado para salvar a otra persona reunida aquí en este lugar? Y voy más allá; ¿Quién aquí está dispuesto a entregar a su hijo, para que sea azotado, torturado, y crucificado para salvar a un completo extraño? No existe ni uno de nosotros dispuestos a hacer esto. Sin embargo, Dios no titubeo, Dios entrego a su hijo unigénito para que muriese por nuestras faltas. El sacrifico perfecto para que podamos tener redención y salvación. ¿Es entonces demasiado lo que Dios pide de los cristianas? Les dejo esa pregunta para que cada uno se la conteste a si mismo.

Como podemos ver aquí, Jonás empezó a correr de donde Dios le había llamado, él se fue en dirección oeste, y Dios le había mandado al este. Pero no importa que distancia Jonás pusiera entre él y Nínive, Jonás no podía esconderse de Dios. Me imagino que Jonás pensó que Dios era el Dios de Israel solamente, que Él no podría encontrarle al irse lejos, pero estaba bien equivocado. Los estudios bíblicos y las predicas cristianas basadas en este tema nos enseñan que Jonás llego a Jope, y que procedió a comprarse un pasaje en el primer barco que estuviera al irse. Una vez en el barco, procedió a acomodarse y como leímos, se quedo dormido. Me imagino que debe haber estado bien cómodo, ya que los barcos de ese entonces no tenían todos los lujos que tienen los barcos hoy en día. ¿Les esta empezando a sonar conocido esto? Hermanos al igual que Jonás, existe un gran número de cristianos que esta constantemente huyendo de lo que Dios nos a mandado a hacer.

Deja un comentario