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Moviendonos hacia adelante

Predicas Cristianas | Estudios Biblicos

La semana antes pasada les hable acerca de un nuevo comienzo; examinamos que muchos de nosotros hacemos resoluciones de fin de año, y les dije que como iglesia existen resoluciones y determinaciones que debemos adoptar. Les dije que era hora de asaltar las murallas y derrumbar los muros que nos rodeaban, y les dije que teníamos que hacer esto confiando en Dios. Confiando en que Dios nos dará la victoria y nos guiará en todo momento.

La semana pasada les hable acerca de lo que nos puede detener; examinamos cómo Satanás nos acusa y detiene nuestro crecimiento espiritual, y como trata de detener la obra que Dios ha iniciado en cada uno de nosotros. Por si no se habían dado cuenta, los últimos dos mensajes tienen un denominador en común, el denominador siendo que la iglesia tiene que moverse del lugar que estamos. Tenemos que dejar nuestra comodidad, tenemos que reprender la apatía, y tenemos que hacer un compromiso con Dios.

La razón por la cual les estoy hablando de este tema es porque la iglesia ha llegado a un punto crítico, y nosotros necesitamos tomar una decisión muy seria. Necesitamos decidir si vamos ha avanzar o vamos ha permanecer estancados. Como iglesia nosotros tenemos una visión, nuestra visión es la de engrandecer el reino de Dios, nuestra visión es predicar la Palabra de Dios. Pero para que podamos realizar la visión, los sueños y las esperanzas tienen que moverse a ser acciones, y las acciones siempre son producidas por personas que tienen un compromiso y una vida dedicada a cumplir ese compromiso.

Como les dije la semana pasada, el diablo nos acusa y detiene la obra que Dios ha iniciado en nosotros, pero en el día de hoy analicemos lo que puede detener que hagamos un compromiso genuino con Dios. Pasemos ahora a la Palabra de Dios y veamos un ejemplo de lo que les hablo.

Números 13:30-33 – Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos. 31 Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. 32 Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. 33 También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.

Para tener un mejor entendimiento del mensaje en el día de hoy, será necesario que conozcamos un poco de lo que esta aconteciendo. En otras palabras tendremos que repasar un poco de historia. Aquí tenemos al pueblo de Israel que fue liberado de las manos del faraón después de aproximadamente 430 años de esclavitud (Éxodo 13:14.) Dios utilizó a Moisés para liberarlos, y ellos todos vieron grandes señales de un Dios vivo. Ellos fueron testigos de todas las plagas, vieron la presencia de Dios que les guiaba (Éxodo 13:21-22), y cruzaron el mar rojo sin tener que mojarse o usar una nave (Éxodo 14:21-22.) Ellos habían escuchado Palabra de Dios a través de Moisés y sabían que él les estaba guiando hacia la tierra prometida. Ellos sabían que Dios les había liberado y que les había prometido una tierra que fluía con leche y miel. ¿Por qué les hago este recuento? Les hago este recuento porque es necesario que nos demos cuenta de que ellos sabían exactamente hacia dónde se dirigían, es necesario que sepamos que ellos conocían las promesas de Dios. Con esto en mente entonces llegamos a este punto en la historia. Moisés les guió por el desierto hasta la frontera de la tierra que Dios les había prometido y aquí vemos que el entonces envió a estos hombres a que fueran y reconocieran el territorio (Números 13:1-3.) Aquí es donde comienza el problema.

El problema comienza porque todas las personas ven las cosas de diferentes maneras. En el mundo existe como una pequeña prueba que describe esto muy bien. Esta prueba es que se pone un vaso de agua enfrente a una persona lleno hasta la mitad de agua, entonces se le pregunta a la persona ¿cómo describirían ellos el vaso? Unos dirán que el vaso esta mitad vació, y a estos se les destaca como personas pesimistas; mientras que otros dirán que el vaso esta mitad lleno, y a estos se les destaca como personas optimistas.

Como les dijo, todos vemos las cosas de diferentes maneras. Ahora, pensemos en este ejemplo que les acabo de dar, y preguntémonos, ¿qué tipo de personas eran estos hombres? Estos hombres que fueron a reconocer el territorio y confirmaron que la tierra en verdad era buena, que era fértil, (Números 13:27), así que podemos decir que ellos vieron el vaso lleno hasta la mitad. Pero, ¿cómo vieron ellos el vaso, como vieron ellos la situación? Creo que todos aquí estaremos de acuerdo cuando digo que estos hombres eran pesimistas.

Examinemos por unos segundos esta palabrita “pesimista.” Según el diccionario de la Real Academia Español, la palabra pesimista es definida como “Que propende a ver y juzgar las cosas por el lado más desfavorable.” Sin duda alguna, estos hombres vieron las cosas del lado más desfavorable, ellos estaban viendo las cosas de un punto de vista pesimista. La razón por la cual ellos vieron las situaciones de esa manera es porque ellos se fijaron más en los habitantes (Números 13:28-29) que en la Palabra de Dios, (Éxodo 3:7-8.) Dios liberó este pueblo de la esclavitud para hacer de ellos una gran nación que sirviera de ejemplo en el mundo. Dios quería bendecir a este pueblo, pero su poca confianza en Dios y pesimismo detuvo que ellos recibieran la bendición de inmediato. El problema estaba en que estas personas en si no estaban comprometidas a Dios, el problema estaba en que ellos no estaban dedicados a Dios. Digo esto porque cuando una persona esta completamente cometida a una causa, cuando una persona esta completamente dedicada a un servicio, entonces los obstáculos son superados, y las barreras son rotas, especialmente cuando se tiene una garantía de que el esfuerzo no será en vano y que se obtendrá la victoria total, tal como era el caso aquí con este pueblo; ellos tenían la Palabra de Dios.

Este es un problema que desdichadamente existe aún; el grave problema entre los cristianos es que la mayoría de nosotros no estamos comprometidos ni dedicados. Una gran realidad acerca de nuestra fe es que el caminar no es nada fácil. El evangelio no es un llamado a una vida fácil, o a vivir cómodamente. Si fuera algo de comodidad las personas no cupieran en las iglesias. Igualmente el llamado a conquistar una nueva tierra no le sería fácil a este pueblo, y porque no sería algo fácil y sin esfuerzo, ellos dejaron de concentrarse en las promesas de Dios. En los versículos que estamos estudiando hoy leemos “Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros.” ¿Se están dando cuenta de lo que les sucedió a ellos aquí? Este pueblo dejó de confiar en el poder de Dios, este pueblo se concentró en lo que vieron y en sus debilidades. La consecuencia de todo esto fue que este pueblo anduvo en el desierto por un total de cuarenta años. Quiero que nosotros pensemos en esto por unos momentos. Quiero que analicemos lo que les sucedió a ellos y lo comparemos con lo que nos sucede a nosotros hoy en día. Lo que le sucedió a este pueblo no es muy diferente a lo que nos sucede a nosotros hoy en día. En muchas ocasiones nosotros nos comportamos tal como este pueblo. Dios quería que este pueblo le sirviera de bendición al mundo, Dios quería que ellos fueran el ejemplo a seguir, pero ellos no confiaron en Dios. Al igual que ellos Dios quiere que Su pueblo sirva de ejemplo en este mundo lleno de maldad, Dios espera que nosotros, que Su iglesia, sirva de luz en este mundo de tinieblas (Mateo 5:14.)

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