La Justicia de Dios es Para Vida y Salvación | Bosquejos Bíblicos
Bosquejos Bíblicos Lectura Bíblica: Romanos 3:21-31
Introducción
El ser humano, por sus propios méritos, jamás podría alcanzar la justicia de Dios. Desde el principio, la humanidad ha vivido bajo el peso del pecado, separada de la presencia divina. Sin embargo, Dios, en Su infinito amor y misericordia, reveló un camino para que todo aquel que cree pueda ser declarado justo y obtener la salvación.
La muerte de Cristo en la cruz marcó un antes y un después en la historia de la humanidad. Por medio de Su sacrificio, Dios ofreció al mundo la oportunidad de reconciliarse con Él. En este estudio, exploraremos las características de este camino divino y cómo la justicia de Dios trae vida y salvación a quienes la reciben por fe.
I. LA DESCRIPCIÓN DEL CAMINO A LA SALVACIÓN
Desde el Antiguo Testamento, Dios reveló Su plan redentor a través de los profetas. Sin embargo, la manifestación plena de la justicia de Dios se produjo con la venida de Cristo. Su vida, muerte y resurrección abrieron el camino para que todo aquel que cree pueda recibir la salvación. Veamos los elementos esenciales de este camino.
A) La justicia de Dios ha sido revelada en la persona de Cristo
- La razón por la que Cristo vino al mundo queda clara en Sus propias palabras: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). Su misión fue ofrecer vida eterna a todos los que creen en Él.
- La frase “Pero ahora” en Romanos 3:21 marca un punto decisivo en la historia de la humanidad. Este es el tiempo en que la justicia de Dios se ha manifestado de manera completa y accesible.
- Aunque los escritos de Moisés y los profetas ya anunciaban la llegada de esta justicia de Dios, fue en Cristo donde se cumplió plenamente (versículo 21).
- Esta justicia de Dios no se obtiene por obras, sino únicamente por la fe. Como declara Romanos 3:22: “La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en Él.”
B) Un solo mediador y un solo camino
- La Biblia afirma que “Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Timoteo 2:5). Solo Él puede interceder por nosotros ante el Padre.
- Este camino no es exclusivo para unos pocos, sino para todos los que creen, sin distinción de raza, cultura o estatus social (Romanos 3:22b).
- La declaración de esta justicia de Dios es gratuita para nosotros, pero tuvo un alto costo para Cristo. Romanos 3:24 dice: “Siendo justificados gratuitamente por Su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.” La cruz fue el precio de nuestra salvación.
- Cristo murió para que podamos vivir para Dios. Como dice Romanos 6:12 y 24, y 1 Corintios 6:20, al ser justificados, somos llamados a vivir como siervos de Aquel que nos compró con Su sangre.
El camino a la salvación no es un misterio oculto. Dios lo ha revelado claramente en la persona de Jesucristo, el único mediador entre Dios y los hombres. Ahora, veamos las características de esta gran salvación.
II. LAS CARACTERÍSTICAS DE ESTA GRAN SALVACIÓN
La salvación que Dios ofrece no es fruto del esfuerzo humano, sino el resultado de Su perfecto plan redentor. Desde antes de la creación del mundo, Dios había diseñado este plan, ejecutado por Cristo y aplicado por el Espíritu Santo. Veamos las características esenciales de este regalo divino.
A) Dios diseñó el plan, que incluía el sacrificio de Cristo
- El apóstol Pedro explica que Cristo fue “destinado desde antes de la fundación del mundo” para ofrecer Su vida en sacrificio por nuestros pecados (1 Pedro 1:19-20). Nada fue improvisado; todo ocurrió conforme al plan soberano de Dios.
- La fe es el único requisito que Dios establece para alcanzar la justicia de Dios. Romanos 3:25 dice: “A quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en Su sangre, para manifestar Su justicia.” Sin fe, es imposible recibir esta salvación.
- El propósito de la propiciación —el sacrificio de Cristo para aplacar la ira de Dios— es justificar a quienes ponen su fe en Jesús (versículo 26).
- Esta obra redentora fue diseñada por Dios, ejecutada por Cristo en la cruz y aplicada por el Espíritu Santo, quien convence al mundo de pecado, justicia y juicio.
B) Una salvación que da toda la gloria a Dios
- No hay nada que podamos hacer para salvarnos. La Biblia es clara: “¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida” (Romanos 3:27). La salvación es por gracia, mediante la fe, y no por obras, para que nadie se gloríe.
- Este camino no es solo para unos pocos, sino para toda la humanidad. Romanos 3:30 afirma: “Dios es uno, y justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión.” La justicia de Dios está disponible para todos, sin distinción.
Así, la salvación no depende del esfuerzo humano, sino de la obra perfecta de Cristo. Todo el mérito pertenece a Dios, quien ha provisto un camino para que podamos ser declarados justos y vivir en comunión con Él.
Conclusión
No importa el trasfondo cultural, social o racial de una persona; todos necesitamos ser declarados justos para recibir el regalo de la vida eterna. El apóstol Pablo lo resume de manera contundente en Romanos 1:16-17: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.”
Este mensaje sigue vigente hoy. La justicia de Dios no es un ideal inalcanzable, sino una realidad accesible a todo aquel que cree en Jesucristo. No es por obras ni méritos personales, sino por la fe en el sacrificio perfecto del Hijo de Dios. Si aún no has experimentado esta salvación, hoy es el día para poner tu fe en Cristo, el único mediador y el único camino que conduce a la vida eterna.
© Francisco Antonio Martinez. Todos los derechos reservados.
un mediador y un solo camino para alcanzar la justicia de Dios.