Lucas 24:52 “…Ellos, después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo; 53 y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén…”
3. La resurrección – La escritura del Nuevo Testamento.
1 Corintios 15:12 “…Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? 13 Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. 14 Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe…”
1 Juan 1:1-3 “…Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida. 2 (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); 3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo…”
NOTA. El Nuevo Testamento fue escrito por hombres que dieron su vida por la verdad y la justicia que enseñó Jesús. Nunca se habrían tomado la molestia de escribir acerca del Mesías y de su enseñanza si la carrera de Cristo hubiera terminado en muerte y desilusión.
4. El bautismo en el Espíritu Santo y las manifestaciones que lo acompañaron dentro de la iglesia.
A. El derramamiento del Espíritu Santo el día de Pentecostés es prueba de que Jesús había resucitado y había sido “exaltado por la diestra de Dios”
Hechos 1:3-5 “…a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. 4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. 5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, más vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días…”
Hechos 2:32-33 “…A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. 33 Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís…”
B. Si no hubiera resucitado Cristo, no existiría la experiencia del bautismo en el Espíritu Santo.
Juan 16:7 “…Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré…”
CONCLUSIÓN:
En quinto lugar podemos decir que los millones de personas que durante los últimos dos mil años han experimentado en su propia vida la presencia de Jesucristo y el testimonio del Espíritu Santo, incluyéndonos nosotros; es la más grande evidencia de que Cristo resucitó. Amen
© Simeón Caycedo Castaño. Todos los derechos reservados.