Virus que enferman a una iglesia | Bosquejos Bíblicos
Mensaje Central: Las enfermedades espirituales pueden debilitar a la iglesia, y debemos estar alertas y fortalecidos en el Señor para resistirlas.
Bosquejos Bíblicos Lectura Bíblica: Romanos 12:4-5
INTRODUCCIÓN:
¿Qué es un virus? Es un microorganismo no celular que solo puede desarrollarse en el interior de una célula viva. La mayor parte de las gripes y los resfríos son producidos por organismos de este tipo.
En computación, un virus es un programa que se introduce en la memoria de una computadora y produce daños, destruyendo la información del disco duro.
Nadie mejor que el apóstol Pablo para usar la analogía del cuerpo humano y el pueblo de Cristo, que es considerado el Cuerpo de Jesús.
Nadie mejor que el apóstol Pablo para aconsejar, desafiar y reprender a los creyentes.
La noticia de los años pasados ha sido la enfermedad de la Influenza (Gripe) Porcina. Hemos aprendido en qué consiste esa enfermedad, cómo prevenirla y qué medidas higiénicas tomar para evitar el contagio. Nos informaron sobre los síntomas y las consecuencias fatales que puede causar.
El pueblo de Dios es un Cuerpo
Si el pueblo de Dios es un cuerpo, entonces puede ser atacado por enfermedades espirituales, que querrán: Atacarlo para enfermarlo, debilitarlo, postrarlo e incluso matarlo.
Por eso, el pueblo de Dios debe mantener sus defensas espirituales muy altas, estar fuerte y preparado para resistir cualquier contaminación que quiera incubarse en medio de los creyentes.
Así como el cuerpo humano enfrenta enfermedades, accidentes y catástrofes, también la comunidad de fe enfrenta ataques. Después de todo, es la agencia que Dios usa para arrebatarle almas al enemigo.
Veamos las enfermedades espirituales que pueden afectar al pueblo de Dios.
I. EL VIRUS DE LA APATÍA: HEBREOS 6:11-12
Hebreos 6:11-12: “Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, 12 a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.”
A. La inactividad está debilitando a los creyentes.
Al cansarnos fácilmente en nuestros compromisos dentro de la congregación.
Algunos dicen que este año quieren descansar porque ya han trabajado mucho.
Esa actitud puede contagiar al nuevo creyente que apenas comienza su caminar con Cristo.
a) Nosotros somos los hermanos mayores.
b) Demos un buen ejemplo a quienes recién llegan.
c) Dios tiene un premio para los diligentes, aquellos que sirven con esmero y están dispuestos a ayudar.
d) Dios bendice a los que siempre están ocupados en Su obra. Proverbios 22:29 “¿Has visto hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes estará; No estará delante de los de baja condición.”
Veamos ahora la segunda enfermedad espiritual que puede afectar a la iglesia.
II. EL VIRUS DE LA INCREDULIDAD: HEBREOS 3:12
A. Es la actitud de desconfianza y escepticismo.
Esa actitud de dudar de la veracidad de la Palabra de Dios. En otras palabras, ponen en duda lo que Dios ha dicho.
Muchas cosas que anhelamos,
Serán imposibles de alcanzar si nos dejamos contagiar por esta incredulidad.
a) La vida frustrada de otros creyentes puede contagiarnos.
b) Es mejor apartarnos de ellos antes de morir espiritualmente junto con ellos.
Si en nuestra vida no suceden cosas grandiosas,
a) No es porque Dios no quiera…
b) Es porque no creemos. Mateo 13:58: “Y No hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.”
Veamos ahora la tercera enfermedad espiritual que puede afectar ala iglesia.
III. EL VIRUS DEL DESCONTENTO: NÚMEROS 21:1-7
A. Esta enfermedad puede estar ya instalada en el Cuerpo de Cristo.
El desánimo no necesariamente ha entrado a todos por igual.
- a) Es posible que algún líder haya mostrado esa actitud y haya contagiado al resto.
- b) Nadie ha dicho que seguir a Cristo es fácil.
- c) Enfrentaremos obstáculos.
- d) Siempre habrá problemas.
- e) Pero Dios nos llama a seguir avanzando.
- f) Tenemos Sus promesas.
- g) Tenemos Su Presencia.
- h) Tenemos la garantía de que llegaremos al otro lado.
CONCLUSIÓN:
Mi estimado hermano en la fe, cúbrase no solo la nariz y la boca, sino también sus oídos y sus ojos… ¡de lo contrario podría ser contaminado!
- De la apatía.
- De la incredulidad.
- Y del descontento.
© Alfonso Calderón E. Todos los derechos reservados.
es un mensaje que construye a la iglesia de Cristo para ser una iglesia madura en la fe, gracias al siervo que buen Dios siga usando para la gloria de Dios bendiciones.