Bosquejos Bíblicos
Bosquejos Bíblicos Predica de Hoy: El poder del gozo de Dios
Introducción:
Con frecuencia cometemos el error de poner nuestro corazón en las cosas materiales, de modo que cuando éstas se pierden nuestra vida se llena de tristeza. Creo firmemente que Dios nos quiere bendecir, pero él no desea que amemos más sus bendiciones que a él mismo. La fuente de nuestro gozo es Dios y sí él está con nosotros todo terminará bien…
Definición de la palabra “gozo”. Salmo 43:4 “Entraré al altar de Dios, al Dios de mi alegría y de mi gozo; y te lavaré con arpa, oh Dios mío”.
En el Antiguo Testamento el “gozo” es sinónimo de alegría, bienestar, regocijo. Palabra acompañada de sentido de honestidad y rectitud. En el Nuevo Testamento “gozo” significa además: alegría, complacencia, deleite.
Nuestro gozo es Dios mismo
La Biblia nos enseña que la fuente de nuestro gozo es Dios mismo, lo vemos en el Salmo 43:4. En este caso el gozo el salmista está en relación con el “entrar al altar de Dios… y alabar al Señor”, esto nos recuerda que ante la tristeza, soledad o depresión debemos acudir a la presencia de Dios y allí nuestro gozo es renovado por el poder del Señor.
Consideremos por ejemplo el caso de nuestro Señor Jesucristo, quien en su vida terrenal mantuvo una sólida comunión con el Padre celestial, como nos lo enseñan los evangelios. Allí el Maestro era fortalecido para perseverar en la voluntad de Dios, sin queja ni murmuración, y el gozo de Dios fue su fortaleza ante la adversidad y en el momento más difícil de su vida: la cruz.
El gozo de Dios es nuestra fortaleza
Nos dice Hebreos 12:2 “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”
Este versículo nos enseña que una de las principales fortalezas de Jesús fue el gozo de Dios en su vida terrenal. El Señor fue perseguido, experimentó una recia oposición y persecución, fariseos y escribas lo tentaron una y otra vez, y ante el sufrimiento de la cruz fue el gozo su fortaleza.
Conclusión
Entremos en la presencia de Dios y permitamos que su Espíritu ministre nuestros corazones y nos llene de su gozo, fortaleza de Dios para que nosotros avancemos en victoria.
© Gonzalo Sanabria. Todos los derechos reservados.
Me regocijo en reflexionar estos bosquejos, que juntos con mis hermanos del grupo de varones de mi iglesia nos reunimos para comentarlos cada semana.