ESFORZARSE: Para vivir en unidad del Espíritu. Esto es fundamental a la hora de ser iglesia en conjunto, Si cada uno de nosotros pone su parte para lograr la verdadera unidad en el Espíritu, todo será mucho más fácil. Lo importante es dejar el orgullo a un lado y dar el primer paso hacia la unidad. Con esfuerzo y dedicación las asperezas que surgen entre hermanos se pulen.
De esta forma lograremos reconocer realmente que En Cristo no hay diferencias para todos aquellos que le invocan (vers. 12).
CAPACITARSE: Para transmitir con sencillez y veracidad el mensaje de salvación. Este punto es fundamental. No podemos dar sin previamente haber recibido. Debemos capacitarnos en todas las áreas de nuestra vida. Esto aplica tanto para el área espiritual como para el área secular. Dios nos demanda excelencia. No le demos a Dios de manera conformista. Tu sabes cuánto más le puedes dar a Dios.
II. JÓVENES ESA UNIDAD TIENE UN SOLO PROPÓSITO; TRANSFORMAR NUESTRA SOCIEDAD (Romanos 10:13-15)
El Apóstol Pablo creía que la Iglesia de Roma debía tener como prioridad asumir el llamado de anunciar buenas nuevas pero para eso se necesitaban una serie de puntos que la iglesia debía mejorar.
2.1. AMOR: Para Pablo, la mejor forma de compartir el Amor en pos de la transformación de la sociedad, era la forma de Jesús. El entregarse desinteresadamente a la causa, el dejar de preocuparse por otros aspectos ajenos al llamado de Dios, el desgastarse apasionadamente por seguir los pasos de Jesús. Todo esto con una motivación muy marcada. El Amor a Dios y a las personas, La pasión por las almas perdidas.
Si tenemos a Cristo, el amor está en nosotros primero se manifiesta entre nosotros y no es egoísta es compartido (vers. 13).
Al ser compartido, lo debemos poner en práctica día a día, en todos los ámbitos de nuestra vida, a cada paso que damos.
2.2. COMPASIÓN: Este punto está relacionado al anterior, pero el enfoque es distinto.
Siguiendo con la consigna de Pablo (hacer las cosas conforme a como las hacía Jesús), la compasión por nuestro prójimo es fundamental. El compadecernos por el otro es una de las claves de la vida Cristiana. Y a la hora de buscar una gran transformación social este punto no se nos puede escapar.
Esta compasión es un eje transversal que trasciende todas las áreas de nuestra vida, por lo tanto no debe tomarse a la ligera. La compasión debe ser también por nuestros enemigos, nunca debemos quitar de nuestra mente que de la misma manera que Cristo murió por ti, también murió por tus enemigos.
Un seguidor de Jesús que busca transformar su realidad se preocupa por el otro, asume el llamado y anuncia el mensaje de La Cruz.
2.3. PERSISTENCIA: La mira siempre puesta en el objetivo. Si algo tenía el Apóstol Pablo de increíble es que desde que ASUMIÓ SER CRISTIANO supo que no era asumir cualquier rol, se gastó y jugo todos sus partidos por Cristo Y PARA QUE LAS PERSONAS CONOZCAN DE ESE CRISTO.