Bosquejos Bíblicos
Bosquejos Bíblicos Bosquejos sobre la oración: La oración, ¿realmente es necesaria?
Bosquejos Bíblicos Textos Bíblicos:
Marcos 1:35 “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba”.
Juan 11:41-42 “Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado”.
Introducción
En esta ocasión, hablaremos de la importancia que tiene la oración en la vida de un cristiano. Si nuestro señor Jesucristo oraba y era un ser divino, imaginen cuánto más nosotros tenemos que orar.
La oración es algo que a veces se nos olvida hacer, o no somos constantes con lo que le pedimos a Dios. Orar es importante porque en ese momento mantenemos comunión con Dios, confesamos nuestros pecados y más cosas.
Otras veces, creemos que Dios no nos escucha cuando oramos y que orar se convierte en una pérdida de tiempo. Podemos pensar en solucionar o buscar a aquello por lo que oramos con nuestras propias fuerzas y olvidarnos de pedírselo a Dios, como si lo fuésemos a conseguir más rápido. Hoy responderemos a todas esas inquietudes y dudas que podemos tener acerca de la oración.
I. Jesús es nuestro primer ejemplo para orar (Marcos 1:35)
A. Jesús y la oración
En varios versículos de la biblia, constantemente, podemos ver a muchos hombres y santos de Dios orar o pedirle a Dios algo. Jesús no se libra de esto, aunque él es hijo de Dios y una de las personas de la trinidad, Jesús oraba a Dios regularmente.
Incluso un discípulo le pidió que les enseñara a orar (Lucas 11:1) y Él procedió a enseñarle. Tenemos que darnos cuenta aquí de algo muy importante, este discípulo no le pidió que les diera súper fuerza como Sansón, poder para controlar el clima, riqueza, ni gloria.
Este discípulo le pide al Señor que los enseñe a orar. Debido a que se dio cuenta de que todas las cosas que Él hacía, los milagros, las sanaciones, el expulsar espíritus malignos que se encontraban dentro de las personas, etc. El Señor lo hacía por medio de la oración, es decir, de la constante comunión con Dios.
B. La hora y el lugar en que oraba
Cuando queremos crear una disciplina de oración, existen dos preguntas comunes, las cuales nos hacemos:
- ¿Cuál es la mejor hora para que ore a Dios?
- ¿En qué lugar podría orar a Dios?
Estás son dos buenas preguntas, y uno de los pasajes que estamos estudiando tiene la respuesta. El Señor oraba muy temprano por la mañana, buscaba un lugar tranquilo y solitario para estar a solas con Dios y orar. Por lo tanto, nosotros deberíamos hacer lo mismo o algo parecido.
Por supuesto, no es necesario que salgamos de nuestra casa a buscar un lugar desierto mientras todavía esta oscuro. Esto podría ser algo considerado hasta peligroso. Pero simplemente podemos levantarnos a las 5 AM, ir al baño a lavarnos la cara, cepillarnos los dientes y buscar un lugar tranquilo en nuestra casa como nuestra habitación para orar (Mateo 6:6-8).
Es comprensible que tengamos que buscar un lugar tranquilo para hablar con Dios. Si fuésemos a hablar cosas profundas y que nos inquietan con un amigo o hasta el Pastor de nuestra iglesia ¿lo haríamos en un lugar ruidoso y con muchas distracciones? Claro que no, buscaríamos el mejor lugar posible.
También existen muchos otros ejemplos en la biblia de hombres que buscaban a Dios en la mañana para orar.
- El Rey David (Salmo 5:3).
- Job (Job 1:5).
- Elcana y Ana (1 Samuel 1:19).
Si nos fijamos bien, todos ellos tienen algo en común, buscaban y oraban a Dios temprano por la mañana antes de empezar el día con sus tareas rutinarias. Esto es un ejemplo para nosotros. Tenemos que ofrecerle el primer lugar a Dios en nuestra vida todo el tiempo.
II. Dios siempre nos oye (Juan 11:41-42)
A. ¿Dios nos escucha?
Ciertamente, más de un cristiano puede que alguna vez en su vida se haya preguntado si Dios lo escucha. Debido a que muchas veces podemos orar, orar y orar por la misma cosa constantemente y no recibir ninguna respuesta de Dios, o más bien la contraria.
Esto es algo muy frustrante y también en ocasiones decepcionante. En este pasaje podemos ver que Jesucristo afirma que Dios siempre lo oye. De le la misma forma podemos encontrar a santos de Dios en toda la biblia que oraban a Dios y él les respondía. Es más, Dios mismo nos pide que le clamemos y nos promete respondernos (Jeremías 29:12 y 33:3).
Orar a Dios también significa pasar tiempo con él y adorarlo. Cada vez que oramos Dios nos escucha al 100%, no existe algo que oremos y que Dios no escuche nuestro ruego. Pues al creador del mundo no se le puede escapar ningún detalle, ni siquiera la palabra más pequeña que sale de nuestra boca se le escapa (Mateo 12:36).
B. ¿Si nos escucha, por qué Dios no nos da lo que pedimos en oración?
Dios escucha el ruego de todos sus hijos, y hasta de los que no son sus hijos (Hechos 28:28). Pero no todo aquello por lo que oramos nos conviene o no es el momento para eso, de hecho, las 3 respuestas de Dios son las siguientes: si, no y espera.
A muchas de nuestras oraciones Dios nos dice que “si”, que está bien, no hay problema hijo yo te lo consigo.
A otras oraciones Dios nos dice que “no”, eso no está bien, no puedo hijo lo siento, no te conviene.
Sin embargo, hay unas en las que Dios nos dice que si, pero no por el momento, sino que tenemos que esperar y ser persistentes.
Tenemos que recordar cuando oremos, que tenemos que orar conforme a la voluntad de Dios (1 Juan 5:14-15). Es decir, no podemos orar mall intencionadamente, o pedir cosas fuera de lo que es bueno para Dios.
III. Historia: George Müller y la oración
Un gran testimonio sobre el poder de la oración es el de George Müller, quien dirigió orfanatos en Inglaterra. Jamás pidió dinero a nadie. Solo oraba.
Un día, los niños estaban listos para desayunar, pero no había comida. Müller oró con fe: “Señor, gracias porque proveerás.”
Pocos minutos después, tocaron la puerta. Era un panadero que dijo que Dios lo había despertado en la madrugada con la carga de hornear pan para los huérfanos.
Minutos después, llegó un lechero diciendo que su carro se había averiado justo frente al orfanato y necesitaba descargar la leche antes de que se echara a perder. (George Müller: una vida de oración y de fe)
Dios responde la oración, aunque muchas veces lo haga de formas inesperadas.
Conclusión
Dios siempre escucha nuestros ruegos y oraciones (Salmos 34:15). Y nos da conforme a su voluntad y lo que mejor nos conviene, nos existe algo así como que “Dios nunca me escucha”. Jesús mismo sabe que Dios siempre lo oye, y hasta la mínima palabra que nosotros decimos será contada en el gran día del juicio.
Nunca nos olvidemos de que Dios no escucha a los pecadores (Juan 9:31), así que arrepintámonos de nuestros pecados, y acerquémonos a Él en oración confiando en Su palabra (Hebreos 4:16).
Animémonos a orar todos los días, y a tener una comunión con Dios (1 Corintios 1:9). Tenemos que darle a Dios el primer lugar en nuestra vida (es lo más importante que existe), adorarlo, y después hacer nuestras peticiones. ¿Cuánto debemos orar?
Orar es algo que podemos hacer por lo menos tres veces al día, pero mientras lo hagamos mejor es. Y sobre todo, nunca nos olvidemos que tenemos que orar de todo corazón, con buenas intenciones, y no tan solo para pedir cosas que pensamos que merecemos (Santiago 4:3).
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