- a. Que este hombre no buscaba tesoro, es claro; pero quizás lo encontró porque no estaba ocioso.
- b. Tal vez él había arrendado aquel campo para cultivo o para habitarlo, o simplemente lo usó como un atrecho para ir a su casa. El caso de todo esto es que el hombre estaba ocupado. Algo buscaba, pero encontró una cosa superior. Encontró un tesoro.
3. Renunciar a todo lo que le quita el primado a Dios
- a. Inmediatamente se decide a comprar el campo. Lo iba a arriesgar todo. Se decidió renunciar a todo para concentrarse en el hallazgo de su vida. Se despojó de todo para apropiarse del tesoro. Su vida normal se hizo interesante. Encontró significado y se llenó de gozo.
- b. Para ese hombre el tesoro vino a ser más valioso que el campo. Y el campo es el mundo. Porque nosotros somos de Cristo. Pablo decía: “Porque para mí, el vivir es Cristo“.
4. Si has tenido un encuentro personal con Dios, No lo dejes.
- a. Habiendo el hombre encontrado el tesoro, volvió y lo escondió de nuevo. Ante el encuentro maravilloso con ese tesoro el hombre vuelve y lo esconde bien profundo.
- i. El dice “No lo quiero perder”.
- ii. Una vez encuentras a Dios no te lo dejes arrebatar.
- iii. Una vez hallado Dios, es nuestro. Nada te lo puede arrancar de la entretelas del alma, ni las doctrinas falsas, ni el lobo vestido de cordero, ni la prueba sentimental que nos asalta.
Conclusión:
Grita a los cuatro vientos y desde tus entrañas, “YO NO TE DEJARÉ”.
© Gamalier Ortiz Collazo. Todos los derechos reservados.
Me gustaría saber más sobre la palabra de Dios; gracias por esta enseñanza Dios les bendiga.