Bosquejos Bíblicos
Bosquejos Bíblicos Prédica de Hoy: Nadie es perfecto
Bosquejo Bíblico Lectura Bíblica: Efesios 4:13
Introducción:
En esta tierra no hay nadie que haya alcanzado la perfección de sus actos. Todos en mayor o menor medida hemos logrado aciertos pero también hemos cometido errores.
Nuestras vidas son un cúmulo de ambas dimensiones. Sin embargo, existe algo que distingue a un seguidor de Cristo y esto es el deseo o determinación de crecer en la perfección. Y para ello, la palabra de Dios se constituye en nuestra inspiración para alcanzar esta meta de fe.
Desarrollo:
1. Nadie es perfecto, sí, pero todos podemos perfeccionarnos
a. Planteamiento negativo: “Soy imperfecto y no puedo cambiar”; “Así soy y así moriré”. Son expresiones que reflejan un pensamiento conformista y negativo sobre nuestras imperfecciones, las cuales se las ve como imposibles de mejorar.
i. Escudarse en nuestra imperfección puede llegar a convertirse en un círculo vicioso si para seguir errando.
b. Planteamiento positivo: “Me he equivocado grandemente, pero quisiera cambiar” Si bien somos imperfectos, deseamos alcanzar nuestro mejoramiento y perfeccionamiento.
i. Así, reconocer nuestra naturaleza imperfecta con humildad y arrepentimiento es el inicio de nuestra renovación espiritual (Filipenses 3:15).
2. Porque todo lo que tiene vida, crece
a. La perfección es un proceso de crecimiento: Si nos perfeccionamos, crecemos, y si crecemos tenemos vida.
i. Gozo, (Nehemías 8:10; Hechos 20:24)
ii. Paz (Isaías 32:17)
iii. Paciencia (Gálatas 5:22)
iv. Benignidad (Santiago 3:13-18)
v. Bondad (Efesios 5:9)
vi. Fe (Romanos 1:17; 10:17)
vii. Mansedumbre (1 Pedro 5:5)
viii. Templanza (Tito 2:2)
b. El crecimiento se ve en sus frutos: al crecer una planta, esta produce sus frutos. De igual forma si observamos frutos espirituales en nuestro ser, entonces podemos estar seguro que estamos madurando espiritualmente.
3. Mas aquel fruto que se seca, podría estar muriendo
a. Signos del decaimiento: podríamos estar siendo ahogados por los espinos de excusas, autoengaños, orgullo, preocupaciones, distracciones pasajeras, los cuales ponen en riesgo nuestro crecimiento y por lo tanto, nuestra vitalidad.
b. El buen jardinero está al resguardo: Sin embargo, Él no deja abandonado a su jardín, sino sana a las plantas y árboles heridos, limpiando sus hojas plagadas de insectos u hongos venenosos y removiendo la tierra para que sus semillas y raíces mejoren y perfeccionen su desarrollo.
4. La perfección en Jesús
a. Nuestra naturaleza será siempre imperfecta: pero nuestro deseo de alcanzar la perfección bajo el ejemplo perfecto de Jesús es algo muy noble de alcanzar (Filipenses 1:3-6).
b. Nuestro nivel de perfección depende de la profundidad de nuestra fe y amor: Cuanto más profunda sea la raíz de un árbol, cuanto más seguro es que este crezca y eche sus raíces.
Conclusión:
Este bosquejo para predicar nos invita al discernimiento el perfeccionamiento de nuestra vida en el amor de Jesús. Reconocemos que si bien nadie es perfecto en este mundo, tal expresión no sea una excusa para seguir fallando, sino ante todo un humilde reconocimiento de nuestra pequeñez espiritual y que nos inicie en el proceso de superación espiritual.
No tenemos por qué sentirnos perdidos en este sentido, porque ante nuestros ojos está el ejemplo de Jesucristo que nos brinda su ejemplo de perfección divina. Él es nuestra meta, también nuestro camino y felizmente nuestro protector, él vela por nuestra madurez espiritual, él nos permite crecer porque su naturaleza divina es vida.
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