Bosquejos Bíblicos
Bosquejos Bíblicos Prédica de Hoy: Comida que permanece
Texto Base: “Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.” Juan 6:27
Tema: Trabajar por lo que permanece: La verdadera prioridad del creyente
Introducción
En nuestra sociedad actual, el trabajo es una de las prioridades más importantes. Muchas personas dedican su vida a buscar la comida que perece: riquezas, éxito y reconocimiento, pero al final sienten vacío y frustración. Todo lo material es temporal, y cuando ponemos nuestro corazón solo en estas cosas, perdemos el verdadero propósito de la vida.
En el versículo de hoy el Señor nos exhorta a redirigir nuestros esfuerzos hacia algo más valioso: la comida que permanece para vida eterna. El Señor nos recuerda que las cosas de este mundo son pasajeras, pero lo que Él nos ofrece tiene valor eterno.
Hoy aprenderemos tres enseñanzas fundamentales:
- La naturaleza perecedera de las cosas temporales.
- La búsqueda de la comida eterna que Cristo ofrece.
- La recompensa de trabajar para lo eterno.
I. La naturaleza perecedera de las cosas temporales (vers. 27a)
“Trabajad, no por la comida que perece…”
a. Lo temporal es insatisfactorio
- La “comida que perece” representa todo lo que este mundo ofrece: riquezas, placeres y logros humanos.
- Aunque estas cosas pueden traer satisfacción temporal, no pueden alimentar el alma ni dar vida eterna (Eclesiastés 2:11).
b. El peligro de vivir solo para lo material
- Jesús advierte que enfocarse únicamente en lo terrenal nos lleva a un ciclo vacío: trabajamos, acumulamos y seguimos insatisfechos (Mateo 6:19-20).
- El corazón que busca solo lo material queda seco espiritualmente.
Ejemplo práctico:
Pensemos en las personas que dedican toda su vida a trabajar y acumular riquezas, solo para descubrir al final que no pueden llevarse nada cuando mueren (Lucas 12:16-21, la parábola del rico insensato).
Reflexión: ¿En qué estamos invirtiendo nuestra vida? ¿Estamos trabajando solo por lo temporal, olvidando lo que realmente importa?
II. La búsqueda de la comida eterna que Cristo ofrece (vers. 27b)
“… sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará…”
a. La verdadera comida: Jesucristo
- Jesús nos ofrece alimento espiritual que satisface el alma y permanece para siempre (Juan 6:35: “Yo soy el pan de vida”).
- Esta comida representa la salvación y la comunión con Dios que solo Cristo puede dar.
b. El esfuerzo con propósito eterno
- Trabajar por la comida eterna implica buscar a Dios, estudiar Su Palabra, servir a otros y vivir para Su gloria (Colosenses 3:23-24).
- Jesús es el único que puede dar vida eterna porque Él fue señalado por el Padre como el Salvador del mundo (Hechos 4:12).
Ejemplo bíblico:
Marta y María (Lucas 10:38-42): Marta estaba preocupada por lo temporal, mientras María escogió la mejor parte al sentarse a los pies de Jesús y escuchar Su Palabra.
Reflexión: ¿Estamos esforzándonos por la comida eterna que Cristo ofrece? ¿Estamos cultivando nuestra relación con Dios o nos dejamos consumir por lo pasajero?
III. La recompensa de trabajar para lo eterno (vers. 27c)
“… porque a éste señaló Dios el Padre.”
a. La garantía de vida eterna
- Jesús tiene la autoridad divina para dar vida eterna. Su sacrificio en la cruz es el fundamento de nuestra salvación (Juan 3:16).
- Trabajar para lo eterno no es un esfuerzo en vano; tiene recompensas eternas (1 Corintios 15:58).
b. La satisfacción espiritual
- Cuando priorizamos a Cristo, encontramos gozo, paz y propósito que el mundo no puede ofrecer (Juan 10:10).
- La vida centrada en Dios trasciende lo terrenal y deja un impacto eterno.
Ejemplo práctico:
Pensemos en los misioneros, pastores o creyentes fieles que dedican su vida al servicio del Reino de Dios. Aunque renuncian a muchas cosas materiales, reciben una recompensa eterna e incomparable (Mateo 25:21).
Reflexión: ¿Estamos invirtiendo nuestro tiempo y recursos en el Reino de Dios? ¿Vivimos con la perspectiva de la eternidad?
Conclusión
En el versículo que hemos explorado hoy, el Señor nos desafía a evaluar nuestras prioridades. La comida que el mundo ofrece perece, pero lo que Él nos ofrece permanece para siempre. Trabajar para lo eterno significa:
Reconocer la insatisfacción de lo temporal.
- Buscar a Cristo como el verdadero alimento que da vida eterna.
- Vivir con la perspectiva de la recompensa celestial.
Invitación final: No trabajemos solo por lo que perece. Pongamos nuestro esfuerzo y nuestro corazón en Cristo, la comida que permanece. Su salvación y Su vida eterna son el único tesoro que realmente importa.
© Lorenzo Garcia. Todos los derechos reservados.