No ser del mundo

Lorenzo Garcia

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No ser del mundo | Bosquejos Bíblicos

No Ser del Mundo | Bosquejos Bíblicos

Bosquejos Bíblicos Texto Base: “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.” Juan 17:15-16

Tema: Viviendo en el mundo sin ser del mundo

Introducción

Vivimos en una época donde las influencias del mundo están en todas partes: en los medios, en las ideologías modernas, en las redes sociales y en las corrientes culturales. Como cristianos, enfrentamos el desafío constante de mantener nuestra identidad espiritual sin dejarnos contaminar por el pecado y las influencias del mundo.

En los versículos de hoy vemos que el Señor ora por nosotros. Pero Él no pide al Padre que nos saque del mundo, sino que nos guarde del mal. Esta oración revela una gran verdad:

Estamos en el mundo, pero no pertenecemos al mundo.

Nuestro llamado es vivir como embajadores de Cristo, reflejando Su luz en medio de la oscuridad. Esta es la esencia de no ser del mundo.

Hoy estudiaremos tres principios esenciales para vivir en el mundo sin ser del mundo:

  • Nuestra identidad en Cristo
  • La protección divina contra el mal
  • Nuestro propósito en el mundo

I. Nuestra Identidad en Cristo Nos Distingue del Mundo

“No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.”

a. Somos ciudadanos del cielo

Al recibir a Cristo, nuestra identidad espiritual cambia. Dejamos de ser del mundo porque ahora pertenecemos al Reino de Dios (Filipenses 3:20). Aquí comienza el llamado a vivir bajo el principio de no ser del mundo.

Aunque vivimos físicamente aquí, nuestra lealtad, nuestros valores y nuestra esperanza están en Cristo.

b. El mundo no nos define

Jesús nos enseña que no debemos conformarnos a las costumbres ni a los pensamientos del mundo (Romanos 12:2). El mundo busca moldearnos a su imagen, pero nuestro llamado es reflejar la imagen de Cristo. Esta es la base de una identidad firme y consagrada.

Ejemplo bíblico:

Daniel y sus amigos en Babilonia (Daniel 1:8-20): aunque estaban rodeados de una cultura pagana, no se contaminaron ni comprometieron su fe. Decidieron no ser del mundo, a pesar de estar en el corazón del sistema babilónico.

Aplicación teológica:

Uno de los pensadores cristianos más influyentes del siglo XX fue A.W. Tozer, pastor, escritor y teólogo estadounidense. Sus escritos llamaban a una vida de devoción profunda y separada del sistema del mundo. Tozer escribió:

“A real Christian is an odd number anyway. He feels supreme love for One whom he has never seen, talks familiarly every day to Someone he cannot see, expects to go to heaven on the virtue of Another, empties himself in order to be full, admits he is wrong so he can be declared right, goes down in order to get up, is strongest when he is weakest, richest when he is poorest and happiest when he feels worst. He dies so he can live, forsakes in order to have, gives away so he can keep, sees the invisible, hears the inaudible and knows that which passeth knowledge.” (This World: Playground or Battleground?)

Traducción:

“Un cristiano verdadero es, de todos modos, un ser extraño. Ama supremamente a Aquel a quien nunca ha visto, habla diariamente con Alguien que no puede ver, espera ir al cielo por los méritos de Otro, se vacía para ser lleno, admite que está equivocado para ser declarado justo, desciende para levantarse, es más fuerte cuando es débil, más rico cuando es pobre y más feliz cuando se siente peor. Muere para poder vivir, renuncia para poseer, da para conservar, ve lo invisible, oye lo inaudible y conoce lo que sobrepasa el conocimiento.”

Esta descripción profundiza en lo que significa vivir como alguien que no es del mundo. Ser cristiano es, en muchos sentidos, ir contra la corriente del sistema humano.

Reflexión:

¿Estamos viviendo conforme a nuestra identidad en Cristo, o estamos permitiendo que el mundo defina quiénes somos?

II. La Protección Divina Nos Guarda del Mal

“No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.”

a. El deseo de Jesús por nuestra protección

Él sabe que vivimos en un mundo lleno de tentaciones y peligros espirituales, por eso Él intercede por nosotros (Hebreos 7:25).

La protección de Dios no significa ausencia de pruebas, sino preservación espiritual en medio de ellas (Salmos 121:7-8). En esto consiste el equilibrio de estar en el mundo pero no ser del mundo.

b. La realidad del mal

El enemigo busca desviarnos, contaminarnos y apartarnos de Dios (1 Pedro 5:8). Necesitamos estar alertas, firmes en la fe y confiados en el poder protector de Dios. Esta vigilancia espiritual reafirma nuestra separación de las tinieblas.

Ejemplo práctico:

Pensemos en un marinero en medio de una tormenta. Aunque el mar es violento, su confianza está en el barco que lo mantiene a salvo. Así también, Dios nos guarda en medio de la tempestad espiritual.

Apoyo doctrinal:

En el VINE’s Expository Dictionary, la palabra “guardar” (gr. tēreō) significa: “Mantener en seguridad, preservar de daño externo o interno.”

Esto nos recuerda que la protección de Dios es activa, presente y eficaz.

Reflexión:

¿Estamos confiando en la protección de Dios, o estamos cediendo ante el mal y las tentaciones?

III. Nuestro Propósito en el Mundo: Ser Luz y Sal (Mateo 5:13-16)

“No ruego que los quites del mundo…”

a. Estamos en el mundo con un propósito

Jesús no pide al Padre que nos saque del mundo porque tenemos una misión: ser luz en las tinieblas y sal en la tierra (Mateo 5:13-16). Vivimos según el principio de no ser del mundo, precisamente para cumplir nuestro propósito eterno.

Nuestra presencia debe marcar una diferencia dondequiera que vayamos. No somos espectadores; somos agentes del Reino.

b. El equilibrio de vivir en el mundo

No podemos aislarnos ni vivir como el mundo. Necesitamos mantener un equilibrio: participamos en el mundo, pero no adoptamos sus valores. Servimos al mundo, pero no nos contaminamos con él (Juan 15:19).

Ejemplo bíblico:

Jesucristo mismo: Él vivió entre pecadores, enseñó, sanó y trajo esperanza, pero nunca comprometió Su santidad ni Su misión.

Reflexión:

¿Estamos cumpliendo nuestro propósito como embajadores de Cristo, siendo luz y sal en un mundo oscuro?

Conclusión

La oración de Jesús nos deja un desafío claro:

  • Recordar nuestra identidad en Cristo.
  • Confiar en la protección divina contra el mal.
  • Vivir con propósito como luz y sal en el mundo.

No podemos evitar estar en el mundo, pero sí podemos elegir no ser del mundo. Nuestra vida debe reflejar la santidad, el amor y la verdad de Cristo.

Invitación Final

Hoy Jesús nos llama a mantenernos firmes en nuestra identidad, confiando en Su protección y cumpliendo con nuestro propósito. No permitas que el mundo te moldee; permite que Cristo sea quien transforme tu vida.

© Lorenzo Garcia. Todos los derechos reservados.

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Autor

Lorenzo Garcia

Siervo de Jesucristo. Me gusta leer la palabra de Dios y redactar mensajes cristianos que espero le sirvan de bendición.

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