Pedid y se os dará | Bosquejos Bíblicos
I. Las Promesas de Dios son Seguras, Simples y Suficientes
Dios ha dejado claras Sus promesas en la Biblia, asegurándonos que responderá cuando clamemos a Él. Sin embargo, estas promesas no son complicadas ni inaccesibles; son directas y suficientes para suplir nuestras necesidades.
A) Las promesas son seguras
En Juan 16:23, Jesús dijo: “En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.” Esta promesa es una garantía divina. Dios no cambia ni miente; lo que Él ha dicho, lo cumplirá.
B) Las promesas son simples
Mateo 7:7 nos enseña la sencillez de la oración: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.” Dios no requiere rituales complejos ni palabras elaboradas; solo espera que nos acerquemos a Él con un corazón sincero.
C) Las promesas son suficientes
Lucas 11:13 dice: “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” Dios conoce nuestras necesidades y está dispuesto a suplirlas abundantemente, según Su perfecta .
Dado que las promesas de Dios son seguras, simples y suficientes, debemos comprender las condiciones que Él establece para recibir Sus respuestas.
II. Las Condiciones para Recibir Respuesta a la Oración
Dios ha establecido principios claros que debemos seguir para que nuestras oraciones sean contestadas. Cumplir estas condiciones demuestra nuestra fe y dependencia de Él.
A) Pidamos a Dios
Mateo 7:7 nos recuerda la importancia de pedir. Dios conoce nuestras necesidades, pero desea que las presentemos delante de Él como un acto de humildad y fe.
B) Pidamos al Padre
Jesús enseñó en Juan 16:23 que debemos dirigir nuestras peticiones al Padre: “Todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.” La oración debe ser hecha al Padre celestial, reconociendo Su soberanía y amor.
C) Pidamos en el nombre de Jesús
Juan 14:13 dice: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.” Orar en el nombre de Jesús significa reconocer Su autoridad y confiar en Su poder para interceder por nosotros.
D) Pidamos en acuerdo con la voluntad de Dios
Primera de Juan 5:14-15 declara: “Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a Su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” La clave para recibir respuestas es alinear nuestros deseos con la voluntad de Dios, confiando en que Su plan es siempre perfecto.
E) Pidamos con fe
Marcos 11:24 enfatiza la necesidad de la oración de fe: “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.” La fe es el fundamento de la oración eficaz. Debemos orar con la certeza de que Dios responderá conforme a Su propósito.
F) Permanecer en Él
En Juan 15:7, Jesús prometió: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis, y os será hecho.” La comunión constante con Dios nos permite conocer Su voluntad y orar conforme a ella, garantizando respuestas a nuestras peticiones.
Aunque Dios desea responder nuestras oraciones, existen impedimentos que pueden obstaculizar Su respuesta.
III. Los Impedimentos para una Oración Eficaz
La Biblia menciona varias razones por las cuales nuestras oraciones pueden no ser respondidas. Identificar y eliminar estos obstáculos es esencial para tener una comunicación fluida con Dios.
A) Falta de sinceridad
Primera de Juan 3:21 advierte: “Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios.” La falta de sinceridad en la oración impide que nuestras peticiones lleguen al corazón de Dios.
B) Falta de reconciliación
El Salmo 66:18 declara: “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado.” El pecado sin confesar y la falta de perdón son barreras que bloquean nuestras oraciones.
C) Egoísmo
Santiago 4:3 dice: “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.” Dios no responde a las oraciones motivadas por el egoísmo o el deseo de satisfacer intereses personales.
D) Falta de paciencia
El Salmo 40:1 nos recuerda la importancia de esperar en Dios: “Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.” La impaciencia puede llevarnos a dudar y abandonar la oración antes de recibir la respuesta.
E) Incredulidad
Marcos 11:24 enfatiza la necesidad de creer al orar. La duda y la incredulidad impiden que experimentemos el poder de Dios en nuestras vidas.
Al eliminar estos impedimentos y orar conforme a las condiciones establecidas por Dios, podemos estar seguros de que Él responderá. La Biblia nos ofrece ejemplos claros de cómo la oración de fe trae resultados poderosos.
IV. Ejemplos Bíblicos de Oración Contestada
Los relatos bíblicos demuestran que Dios escucha y responde las oraciones de aquellos que confían en Él. Estos ejemplos nos enseñan lecciones valiosas sobre cómo orar con eficacia.
A) El Señor se interesa en nosotros
Ana testificó en Primera de Samuel 1:27: “Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí.” Su historia demuestra que Dios escucha el clamor de los corazones afligidos y responde conforme a Su voluntad de Dios.
B) Debemos traer nuestras peticiones al Señor
En Éxodo 17:4-7, Moisés clamó a Dios cuando el pueblo de Israel enfrentaba dificultades, y Dios respondió milagrosamente, mostrando Su poder y fidelidad.
C) Debemos esperar con paciencia la respuesta de Dios
Esdras 8:21 nos enseña la importancia de esperar en Dios mientras oramos: “Y publiqué ayuno allí junto al río Ahava, para afligirnos delante de nuestro Dios, para solicitar de Él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para todos nuestros bienes.” La espera fortalece nuestra fe y nos prepara para recibir la respuesta de Dios.
D) No hay nada difícil para Dios
En Segunda de Reyes 4:23, Eliseo demostró que para Dios no hay imposibles. La fe del profeta permitió que el poder de Dios se manifestara en situaciones aparentemente desesperadas.
E) Dios nos da más de lo que pedimos
Salomón pidió sabiduría, pero Dios le dio mucho más. Primera de Reyes 3:9-14 muestra cómo Dios bendice abundantemente a quienes oran conforme a Su voluntad, superando nuestras expectativas.
F) La oración de fe es el arma más poderosa sobre la tierra
Elías, en Primera de Reyes 17:30-39, oró con fe y Dios respondió enviando fuego del cielo. Este milagro demostró que la oración de fe puede cambiar situaciones imposibles y manifestar el poder sobrenatural de Dios.
Conclusión
La promesa de Dios sigue vigente: “Pedid y se os dará”. Él desea que nos acerquemos a Su presencia con confianza, sabiendo que nuestras oraciones serán escuchadas cuando las hacemos conforme a Su voluntad de Dios. Sin embargo, para recibir respuestas, debemos pedir con fe, sinceridad y paciencia, evitando los obstáculos que impiden la comunicación con Dios.
Los ejemplos bíblicos nos recuerdan que no hay nada imposible para Dios y que la oración de fe es el arma más poderosa que tenemos. Por eso, en cada necesidad, dificultad o deseo, acerquémonos al Padre celestial con la certeza de que Él nos escucha y responderá de acuerdo con Su perfecto plan.
La pregunta es: ¿Estás dispuesto a confiar en la promesa de Dios y poner en práctica la oración persistente y llena de fe?
