Verdaderamente Libres

Samuel Cardozo

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Verdaderamente Libres | Bosquejos Bíblicos

Bosquejos Bíblicos Texto base: “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” Juan 8:36

Introducción

La llegada de los españoles a América estuvo marcada por la esclavitud. Luego de haber diezmado a los indígenas, se vieron en la necesidad de importar esclavos africanos. Cuando estos esclavos se rebelaban, escapaban a los campos y formaban comunidades llamadas “palenques”.

Los esclavos eran marcados con una “R”, en referencia al reinado español, seguida de la inicial del nombre del esclavista. Luego de múltiples rebeliones y abusos evidenciados, se creó la “Ley de Partos”, que establecía que los hijos de esclavos serían libres después de los 18 años de edad.

Sin embargo, debido a la inconformidad de los esclavistas, se implementó la “Ley de Aprendizaje”, la cual obligaba a los jóvenes a trabajar siete años más en esclavitud bajo el pretexto de prepararlos para la vida en libertad.

No fue sino hasta el 21 de mayo de 1851 que José Hilario López, fundador del Partido Liberal, abolió la esclavitud en Colombia. Sin embargo, la lucha por la verdadera libertad continúa, pues aunque la esclavitud física terminó, aún persiste la esclavitud emocional, espiritual y social. Hoy, muchas personas viven atadas al pecado, al miedo, a la ansiedad y a las cadenas del mundo. Pero Cristo nos ofrece una libertad completa, una libertad que no depende de políticas ni de leyes humanas, sino de la verdad de Dios.

I. El pueblo de Israel y la esclavitud

El pueblo de Israel sufrió diversas esclavitudes a lo largo de su historia:

  • Esclavitud en Egipto
  • Exilio bajo los asirios
  • Dominación babilónica
  • Conquista persa
  • Control de los griegos
  • Sujeción al Imperio Romano en la época de Jesús

Cada liberación fue temporal, porque la verdadera libertad no viene de la política ni de los hombres, sino de Dios. Cuando Dios liberó a Israel de Egipto, no solo quería sacarlos físicamente, sino también transformar su mentalidad esclava en una mentalidad de hijos libres. De igual manera, hoy Dios no solo quiere perdonar nuestros pecados, sino renovar nuestra manera de pensar para que vivamos como hijos de su Reino.

II. Libres de las emociones

Una cosa es experimentar emociones, lo cual es natural, y otra cosa es ser esclavos de ellas.

A. Libres de la tristeza (Lucas 22:46)

Jesús dijo a sus discípulos: “¿Por qué dormís? Levantaos y orad para que no entréis en tentación”.

La tristeza prolongada nos lleva a la inacción y nos hace vulnerables a la tentación. Jesús enseñó que la oración nos fortalece contra el abatimiento.

B. Libres de la codicia (1 Timoteo 6:10)

“El amor al dinero es la raíz de todos los males”.

La codicia esclaviza el corazón y aleja de Dios. Muchos creen que la verdadera libertad es tener riqueza, pero la verdadera riqueza está en Cristo.

C. Libres del miedo (Lucas 22:49-50 / Juan 18:10)

Cuando Pedro cortó la oreja de Malco, actuó impulsado por el miedo. El miedo nos lleva a reacciones erradas. Jesús, en cambio, respondió con amor y sanó la oreja de Malco, enseñándonos que la confianza en Dios vence el temor.

D. Malco, el siervo sanado

Malco significa “hijo del rey”. Aunque fue herido, Jesús lo restauró. Esto nos enseña que cuando nacemos para ser hijos del Rey, no hay cicatriz que nos detenga.

III. Esclavos de la politiquería

La política ha afectado negativamente la fe a lo largo de la historia.

A. La relación entre Anás y Caifás con la política

Anás y Caifás eran sumos sacerdotes, pero estaban más interesados en su poder político que en la verdad de Dios. Utilizaron su posición para manipular el juicio de Jesús.

B. Jesús dijo claramente: “Mi reino no es de este mundo” (Juan 18:36)

Jesús no vino a establecer un reino terrenal, sino a traer el Reino de Dios. Por eso, nuestra confianza no debe estar en los gobiernos, sino en el Señor.

IV. Libres del pecado (Juan 8:34)

Jesús dijo: “Todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado”.

A. Todo el que oye la verdad es libre y es de Dios

La verdad de Cristo nos libera del pecado y nos transforma. Sin la verdad, seguimos encadenados a nuestras pasiones y errores.

B. Barrabás: Un símbolo de nuestra redención

Barrabás significa “hijo del padre”, pero era un criminal. En él vemos nuestra propia condición: hijos de Dios por creación, pero esclavizados por el pecado. Jesús tomó su lugar, así como tomó el nuestro en la cruz, para darnos libertad. Así como Pilato liberó a Barrabás en lugar de Jesús, nosotros también hemos sido liberados para vivir en justicia.

Conclusión

La esclavitud no solo es una cuestión física, sino también emocional, política y espiritual. Jesús nos ofrece la verdadera libertad, no solo para esta vida, sino para la eternidad. Él rompió nuestras cadenas y nos dio acceso a una relación directa con Dios.

Hoy, la pregunta es: ¿Estamos viviendo en esa libertad o seguimos encadenados al pecado, al miedo o a las emociones? Cristo nos ha libertado. Caminemos en su verdad, y seremos verdaderamente libres.

© Samuel Cardozo. Todos los derechos reservados.

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Samuel Cardozo
Autor

Samuel Cardozo

Le sirvo al Señor y deseo serle fiel hasta el final predicando la palabra de Dios en todo momento.

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