Cuidadito se le olvida | Bosquejos Bíblicos
Bosquejos Bíblicos Texto base: Deuteronomio 8:10-14, 17-18
Introducción
La memoria es un regalo de Dios, pero a menudo el ser humano olvida lo más importante. Dios nos advierte en Su Palabra sobre el peligro de olvidar Sus mandamientos, Sus bendiciones y Su fidelidad.
Cuando olvidamos a Dios, corremos el riesgo de enorgullecernos, de alejarnos y de desperdiciar lo que Él nos ha dado. En este mensaje, recordaremos por qué debemos tener cuidado de no olvidar a nuestro Dios.
I. Cuidadito se le olvida que Dios cumple Sus promesas
Dios es fiel y cumple lo que promete. A lo largo de la historia bíblica y en nuestra propia vida, podemos ver Su fidelidad manifestada una y otra vez.
Ejemplo en Abraham: Dios le prometió descendencia y tierra, y aunque tardó en cumplirse, la promesa se hizo realidad (Génesis 12:1-3, Génesis 21:1-3).
Ejemplo en Israel: Dios prometió sacar a Su pueblo de Egipto y llevarlo a una tierra donde fluye leche y miel. A pesar de la incredulidad de muchos, Dios cumplió Su palabra (Éxodo 3:7-8).
Ejemplo en Jesús: Dios prometió un Salvador, y en Cristo se cumplieron todas las profecías mesiánicas (Mateo 5:17).
Si Dios ha cumplido Sus promesas antes, no debemos dudar que cumplirá también las que nos ha hecho a nosotros.
II. Cuidadito se le olvida que Dios da cosa buena
Dios no solo nos da lo necesario, sino que Su bendición es buena y abundante. Todo lo que viene de Dios es bueno, aunque a veces no lo entendamos al principio.
Santiago 1:17 – “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces”.
La tierra y la cosecha: Si tienes tierra, cafetal, ganado, una empresa, trabajo, familia, bienes, todo es una bendición de Dios.
Las bendiciones espirituales: La paz, el amor, la salvación en Cristo son regalos de Dios que no tienen precio.
A veces, la ingratitud nos impide valorar lo que Dios nos ha dado. Muchas personas se quejan de lo que tienen en lugar de dar gracias. ¡Cuidado con despreciar lo que Dios nos ha dado!
III. Cuidadito se le olvida que de Dios procede todo
No hay nada en nuestra vida que no haya venido de la mano de Dios. La autosuficiencia es una mentira del enemigo.
Deuteronomio 8:17-18 – “No digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza, sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas”.
Ejemplo en Salomón: Dios le dio sabiduría y riqueza, pero cuando se alejó de Dios, su reino cayó en decadencia (1 Reyes 3:10-13, 1 Reyes 11:1-11).
Ejemplo en Job: Dios permitió que perdiera todo, pero al final lo restauró con el doble de bendición (Job 42:10).
Todo lo que somos y tenemos proviene de Dios. No nos apropiemos de la gloria que solo le pertenece a Él.
IV. Cuidadito se le olvida que sin Dios nada podemos hacer
Jesús dijo claramente en Juan 15:5: “Separados de mí, nada podéis hacer”. Sin Dios, toda nuestra fuerza, habilidades y logros son inútiles.
Ejemplo en Pedro: Caminó sobre las aguas porque tenía su mirada en Jesús, pero cuando dudó y dejó de depender de Dios, comenzó a hundirse (Mateo 14:28-30).
Ejemplo en Nabucodonosor: Se enorgulleció de sus logros y Dios lo humilló hasta que reconoció que todo provenía de Él (Daniel 4:25-37).
No se trata solo de reconocer a Dios cuando las cosas van mal, sino de depender de Él en todo momento.
V. ¡Cuídate! Es una advertencia
La Biblia nos manda a recordar Sus mandamientos y ponerlos por obra.
Cuidemos nuestras finanzas:
“¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia?” (Isaías 55:2).
No malgastemos el dinero en vanidades, vicios, relaciones tóxicas.
No vivir en deudas: “No debáis a nadie nada” (Romanos 13:8).
No olvidemos la casa de Dios:
La fidelidad en los diezmos y ofrendas es una muestra de gratitud. Ananías y Safira se olvidaron del voto que hicieron y fueron castigados (Hechos 5:1-11).
Dios nos advierte: “Cuida de no olvidarte de Jehová tu Dios” (Deuteronomio 8:11).
VI. Cuídate del orgullo
El orgullo es el principio de la caída. La autosuficiencia nos aleja de Dios y nos hace olvidar que Él es la fuente de todo.
Ejemplo en Nabucodonosor: Creyó que su grandeza era suya, y Dios lo humilló (Daniel 4:30-37).
Ejemplo en Jacob: En Génesis 32:9-12, Jacob reconoce que todo lo que tenía era por la gracia de Dios y ora humildemente.
Ejemplo en Pablo: A pesar de sus logros, Pablo reconocía que todo era por la gracia de Dios (1 Corintios 15:10).
Recordemos que Dios da y quita. Si olvidamos que todo proviene de Él, podemos perderlo todo.
Conclusión
Dios nos manda a recordar. Cuando olvidamos Sus mandamientos, caemos en el pecado, la ingratitud y la autosuficiencia. Pero cuando recordamos quién es Él y lo que ha hecho por nosotros, vivimos en humildad, gratitud y dependencia de Su gracia.
No nos olvidemos de Jehová nuestro Dios. No olvidemos Sus mandamientos, Sus bendiciones ni Su fidelidad. Cuidadito se nos olvida, porque todo lo que somos y tenemos es por Su gracia y misericordia. ¡A Él sea toda la gloria!
© Samuel Cardozo. Todos los derechos reservados.