¿A Cuál Cristo Tú Sigues? | Bosquejos Bíblicos
Bosquejos Bíblicos Lectura: Colosenses 1:15-20
Introducción
El filósofo Friedrich Nietzsche (1844-1900) escribió un libro titulado “Übermensch” (El superhombre), en el que plantea la idea de que el hombre es capaz de alcanzar la perfección por sí mismo, sin la necesidad de Dios. Sin embargo, paradójicamente, el mismo Nietzsche padeció de demencia en sus últimos años de vida. En su locura, tuvo que ser cuidado primero por su madre y luego por su hermana. Además de la demencia, también sufrió de enfermedades vergonzosas que lo llevaron a una vida de desgracia y miseria.
A pesar de sus ideas de autosuperación, su vida demuestra lo que Jesús dijo en la Palabra: “Sin mí nada podéis hacer” (Juan 15:5). Sin Dios, sin Jesús, nuestra existencia pierde sentido, nuestra vida carece de verdadero valor y nuestra capacidad para encontrar significado se desvanece. El Cristo Verdadero El hermano Eduardo Silva escribió un poema titulado El Cristo fuera de serie, que describe la grandeza de Jesús: “Un hombre vino a esta tierra hace siglo 19, fue por la naturaleza contrario a todas sus leyes… … Por eso es que lo he llamado el Cristo fuera de serie.”
Realmente, el Cristo en el que nosotros creemos es un Cristo grande, poderoso, incomparable. A diferencia de cualquier líder humano, Él es la esperanza de la humanidad.
I. La Preparación de Cristo Jesús no vino a improvisar.
Antes de su ministerio, tuvo una preparación extraordinaria: Hablaba tres idiomas: hebreo, arameo y griego. Pasaba mucho tiempo en la casa de su Padre, es decir, en el templo. Desde niño, mostró su interés por las cosas de Dios (Lucas 2:49). Se cree que también fue artesano, siguiendo la tradición de su padre terrenal, José. La vida de Jesús antes de su ministerio nos muestra disciplina, aprendizaje y preparación.
II. Jesús Amaba la Comunión y la Comida
Jesús valoraba la convivencia y el compartir. A lo largo de su ministerio, lo vemos rodeado de personas, especialmente en momentos de comida:
- Las bodas de Caná (Juan 2:1-11), donde realizó su primer milagro convirtiendo el agua en vino.
- Comió con publicanos y pecadores (Marcos 2:15), demostrando su amor y misericordia por los marginados.
- Alimentó a 5000 personas (Mateo 14:13-21) y luego a 4000 (Mateo 15:32-39), multiplicando los panes y los peces.
- Cenó en casa de Marta y María (Lucas 10:38-42), mostrando su deseo de enseñar y compartir con sus amigos.
- Celebró la última cena con sus discípulos (Mateo 26:26-29), donde instituyó la Santa Cena.
- Después de su resurrección, se apareció en el camino a Emaús y cenó con dos de sus seguidores (Lucas 24:13-35).
- Preparó el desayuno en la playa para sus discípulos (Juan 21:12-14).
Estos ejemplos muestran que Jesús no era un maestro lejano o inalcanzable, sino alguien que disfrutaba la cercanía, la comunión y la alegría de compartir con otros.
III. Jesús Nunca Se Apresuró
Jesús tenía el control absoluto del tiempo y nunca permitió que la presión lo dominara:
- Convirtió el agua en vino en el tiempo indicado, no cuando los demás querían (Juan 2:4).
- Resucitó a Lázaro a su debido tiempo, aunque Marta y María pensaban que había llegado tarde (Juan 11:6).
- Cuando sanó a la hija de Jairo, no se apresuró y realizó otro milagro en el camino (Marcos 5:21-43).
- Calmó la tormenta mientras dormía, demostrando su absoluta paz y confianza en Dios (Marcos 4:35-41).
- Antes de alimentar a la multitud, primero enseñó y luego preguntó a Felipe qué hacer, involucrando a sus discípulos en la fe (Juan 6:5-11).
Jesús nos enseña a confiar en el tiempo de Dios. No se afana, no se desespera, sino que actúa en el momento perfecto.
IV. Jesús Tuvo Compasión
Siendo Dios, también sintió tristeza y dolor. La Biblia menciona varios momentos en los que lloró:
- Lloró por la falta de fe de sus amigos y familiares en la muerte de Lázaro (Juan 11:35).
- Lloró por Jerusalén, porque sabía que su pueblo lo rechazaría (Lucas 19:41-44).
Su llanto no era de debilidad, sino de amor profundo por la humanidad.
V. Jesús Rompió las Reglas
Jesús desafío las tradiciones humanas para demostrar el amor de Dios:
- Sanó en el día de reposo, lo que escandalizó a los religiosos (Marcos 3:1-6).
- Tocó a los leprosos, algo prohibido por la ley judía (Mateo 8:2-3).
- Permitió que una mujer lo ungiera con perfume costoso, aunque los discípulos lo consideraron un desperdicio (Marcos 14:3-9).
Conclusión
Jesús no vino a sostener tradiciones vacías, sino a traer libertad y transformación. Conclusión: ¿A Cuál Cristo Sigues? ¿Sigues al Cristo de la tradición, que no tiene poder para cambiar vidas?
¿Sigues al Cristo que has creado en tu propia mente, que se adapta a tus deseos y no te desafía? ¿Sigues al Cristo de la religión, representado por imágenes y rituales vacíos?
¿O sigues al Jesús de la Biblia, el que ama, perdona, transforma y nos da nuevas oportunidades? Jesús no es un simple personaje histórico. Es el Señor de señores, el Rey de reyes, el Salvador del mundo. ¡Síguelo de verdad, con todo tu corazón!
© Samuel Cardozo. Todos los derechos reservados.