5 Ajustes Psicológicos

Samuel Cardozo

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5 Ajustes Psicológicos que Debemos Evitar | Bosquejos Bíblicos

Introducción

Algunos creyentes tienen temor a la psicología, pero hoy en día la psicología pastoral es muy necesaria. La psicología se define como la “Ciencia o estudio de la mente y de la conducta en personas.” Pero realmente abarca el estudio del comportamiento de los seres vivientes. En este sentido, la Biblia nos muestra que Jesús tenía un conocimiento perfecto de la naturaleza humana:

“Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre.” (Juan 2:24-25)

Aunque en el tiempo de Jesús la psicología no se conocía como ciencia, él comprendía profundamente los mecanismos internos del ser humano. En esta enseñanza nos enfocaremos en cinco ajustes psicológicos que muchas personas adoptan al cometer un error, los cuales pueden ser perjudiciales.

Tres ajustes agresivos:

1. Primer ajuste psicológico: La proyección

Este ajuste ocurre cuando una persona proyecta o descarga su propio pecado o error en otra persona en lugar de reconocerlo. Es decir, critica y desprecia en otro lo mismo que está presente en su propia vida.

Un ejemplo bíblico claro es el relato de Adán y Eva:

“Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.” (Génesis 3:11-13)

Adán culpó a Eva, y Eva culpó a la serpiente. En lugar de asumir la responsabilidad, trasladaron su culpa a otros.

Jesús también advirtió sobre esta actitud:

“¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?” (Mateo 7:3)

Muchas veces se señalan los errores de los demás para desviar la atención de nuestras propias fallas. Un claro ejemplo de esto es cuando el profeta Natán le contó una historia a David para que él mismo se juzgara, sin darse cuenta de que estaba condenando su propio pecado. (2 Samuel 12:1-7)

2. Segundo ajuste psicológico: La racionalización

La racionalización ocurre cuando una persona justifica sus acciones con razones falsas para evitar enfrentar la verdadera razón de su comportamiento.

Un ejemplo de esto está en: “Dice el perezoso: El león está fuera; Seré muerto en la calle.” (Proverbios 22:13)

Aquí, el perezoso inventa una excusa absurda para no salir y trabajar. En la vida cotidiana, muchas personas racionalizan su falta de compromiso con la iglesia, el evangelismo o el liderazgo, dando excusas en lugar de reconocer su desinterés o negligencia.

3. Tercer ajuste psicológico: El desplazamiento

El desplazamiento es un mecanismo inconsciente en el que la frustración causada por una persona fuerte se redirige hacia alguien más débil.

Ejemplo: Un obrero es maltratado por su patrón y, al llegar a casa, descarga su enojo en su esposa o hijos.

Un caso bíblico de desplazamiento es cuando Eliab, el hermano mayor de David, se irritó con él sin razón aparente:

“Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido.” (1 Samuel 17:28-29)

Eliab estaba molesto y proyectó su frustración en David, quien no tenía culpa alguna.

Dos ajustes defensivos

4. Cuarto ajuste psicológico: La regresión

La regresión ocurre cuando una persona, al enfrentar una situación difícil, vuelve a comportamientos infantiles. Algunas manifestaciones incluyen:

  • Simular una enfermedad para evitar un problema
  • Usar lenguaje infantil
  • Golpear objetos cuando se siente irritado
  • Hacer berrinches
  • Rehusarse a hablar con alguien por orgullo

Ejemplo bíblico: El rey Acab se enojó y dejó de comer como un niño caprichoso cuando Nabot no le vendió su viña (1 Reyes 21:4).

En el Nuevo Testamento, se nos exhorta a madurar en la fe:

“Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.” (Hebreos 5:13-14)

5. Quinto ajuste psicológico: La conversión

Este mecanismo ocurre cuando un problema emocional o espiritual mal manejado se convierte en una enfermedad física. Esto se conoce como enfermedad psicosomática.

El rey David experimentó esto cuando guardó pecado en su corazón:

“Mientras callé, se envejecieron mis huesos En mi gemir todo el día.” (Salmos 32:3)

El pecado inconfeso puede afectar no solo el área espiritual sino también la salud física. Pero hay esperanza:

“Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.” (Salmos 32:5)

Confesar nuestras faltas delante de Dios nos libera y nos sana.

Conclusión

Estos cinco ajustes psicológicos pueden ser comunes, pero no son saludables. La clave está en reconocerlos y enfrentarlos con sinceridad y con la ayuda de Dios. En lugar de proyectar, racionalizar, desplazar, regresar a la niñez o permitir que los problemas afecten nuestra salud, debemos acudir a Dios en humildad, confesión y crecimiento espiritual.

© Samuel Cardozo. Todos los derechos reservados.

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Autor

Samuel Cardozo

Le sirvo al Señor y deseo serle fiel hasta el final predicando la palabra de Dios en todo momento.

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