Pequeños cambios para grandes resultados

Samuel Cardozo

Pequeños cambios para grandes resultados

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Pequeños cambios para grandes resultados | Bosquejos Bíblicos

Bosquejos Bíblicos Lectura Bíblica: Cantares 2:15

Introducción

A veces entramos en un estancamiento, en un círculo vicioso que nos frustra y nos hace creer que esa será toda nuestra vida. Sin embargo, el deseo de Dios es que cosechemos triunfos hasta el último día de nuestra existencia. En Josué 14:6-14, vemos la historia de Caleb, quien, a pesar de su edad avanzada, mantuvo su espíritu de lucha y conquistó lo que Dios le había prometido. Esto nos enseña que nunca es tarde para empezar de nuevo o para mejorar en cualquier área de nuestra vida.

Para ello, debemos dejar atrás mitos como: “loro viejo no aprende a hablar”, “se me fueron los años dorados”, o “lo que uno no haga de joven, de viejo menos”. Estas creencias nos limitan y nos impiden avanzar. Es necesario aprender a desaprender para aprender. Un ejemplo clásico es la historia de “Cordobita y el hacha”, que nos muestra que cuando algo no funciona, es sabio detenerse, analizar y cambiar la estrategia. Como dijo Albert Einstein: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes”.

A partir de pequeños cambios lograremos grandes resultados

Ejemplo del ciclismo británico y la estrategia de “ganancias marginales”

Desde 1908 hasta 2006, el ciclismo de Gran Bretaña fue un fracaso rotundo. Solo habían conseguido una medalla olímpica y ni un solo triunfo significativo. Un comerciante de bicicletas incluso rehusó venderles porque no quería asociarse con su mala reputación. Sin embargo, en 2007 contrataron a Dave Brailsford, quien aplicó una estrategia revolucionaria llamada “ganancias marginales”.

Consistía en mejorar un 0.5 % cada semana en diferentes aspectos, lo que equivaldría a un 1 % cada dos semanas. Pequeños cambios como pintar de blanco el carro donde se transportaban, mejorar la calidad del sueño, ajustar la alimentación, contratar a un médico que les enseñara a lavarse las manos con frecuencia para evitar enfermedades, etc. En tan solo 4 años, del 2007 al 2017, obtuvieron 178 campeonatos mundiales, 166 medallas de oro olímpicas y 5 victorias en el Tour de Francia.

Esto nos enseña que no siempre es necesario un cambio drástico para transformar nuestras vidas; basta con pequeños ajustes constantes y dirigidos. Como dice Gálatas 6:9: “No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”.

El poeta Ulbio Loor dijo: “El que no espera vencer, está vencido”. La actitud con la que enfrentamos nuestros desafíos determinará nuestra victoria o derrota. Por eso, debemos preguntarnos:

¿Cuál será nuestra estrategia? ¿Cuál será nuestro 1 % semanal?

Podemos empezar estableciendo pequeños cambios en cuatro áreas esenciales de nuestra vida:

1. Venciendo la pereza

La pereza es un enemigo silencioso que nos impide alcanzar nuestro potencial. La Biblia nos advierte sobre esto en Proverbios 6:6-11, donde se nos insta a aprender de la hormiga, que trabaja sin descanso para proveer en tiempos de necesidad.

En nuestra relación con Dios:

  • Dedicar más tiempo a la oración (1 Tesalonicenses 5:17).
  • Leer la Biblia diariamente (Josué 1:8).
  • Ayunar regularmente para fortalecer nuestro espíritu.
  • Asistir fielmente a la iglesia (Hebreos 10:25).

En nuestra vida material:

  • Trabajar con diligencia y responsabilidad (Colosenses 3:23).
  • Aprender nuevas habilidades que aporten valor a nuestra vida.

2. Superando la ingratitud

La gratitud es una llave poderosa que abre puertas de bendición. 1 Tesalonicenses 5:18 nos dice: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”.

  • Con Dios: Agradecerle por la vida, la salud, la familia y cada oportunidad que nos da.
  • Con nuestros padres: Honrarlos, llamarlos, visitarlos y ser agradecidos por su esfuerzo (Éxodo 20:12).
  • Con nuestra iglesia: Apoyar el ministerio, servir en las diferentes áreas y respaldar a nuestros líderes espirituales.

3. Dejando la mentira

La mentira trae destrucción y aparta a las personas de la voluntad de Dios. Proverbios 12:22 dice: “Los labios mentirosos son abominación a Jehová; pero los que hacen verdad son su contentamiento”.

El único afectado será usted: Será descubierto, avergonzado, perderá credibilidad y, lo más grave, podría perder la salvación (Apocalipsis 21:8).

No trates de engañar a Dios: Dios todo lo ve y juzga con justicia (Hebreos 4:13).

4. Venciendo el miedo y la preocupación

Vivimos en un mundo donde el afán y la ansiedad gobiernan a muchas personas. Sin embargo, Mateo 6:34 nos recuerda: “No os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su propio mal”.

El miedo y la preocupación afectan nuestra salud mental y física.

El exceso de preocupación puede derivar en enfermedades como:

  • Estrés crónico.
  • Ansiedad y depresión.
  • Diabetes.
  • Migrañas.
  • Úlceras.
  • Hipertensión y problemas cardiovasculares.

La solución es confiar en Dios y entregar nuestras cargas a Él (1 Pedro 5:7).

Conclusión

Pequeños cambios, grandes transformaciones

Si cada semana aplicamos un pequeño cambio en nuestra vida, con el tiempo veremos una gran transformación. Debemos recordar y poner por obra cada sermón, cada enseñanza, cada paso de fe que Dios nos ha dado.

No importa la edad que tengamos, nunca es tarde para mejorar y alcanzar nuestras metas. Filipenses 3:13-14 nos motiva a proseguir al blanco, olvidando lo que queda atrás y extendiéndonos a lo que está adelante.

¿Dónde están los que quieren comprometerse en esta noche a empezar a hacer esos pequeños cambios para obtener grandes resultados?

© Samuel Cardozo. Todos los derechos reservados.

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Autor

Samuel Cardozo

Le sirvo al Señor y deseo serle fiel hasta el final predicando la palabra de Dios en todo momento.

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