Crisis en el cumplimiento de las promesas

Crisis en el cumplimiento de las promesas de Dios

Crisis en el cumplimiento de las promesas

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Crisis en el cumplimiento de las promesas de Dios | Bosquejos Bíblicos


Bosquejos Bíblicos Lectura Bíblica de Hoy: Génesis 12:1-4

Introducción

Dios hizo una promesa a Abraham, una promesa que representa un momento culminante en la historia de la salvación, no solo para el pueblo judío, sino que se extiende para toda la raza humana [1]. Pablo lo expresa así: “para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu”. Pero es importante tener claro que Dios se nos revela y comunica en los acontecimientos históricos de la vida, de modo que nuestra esperanza no se limita a lo ultraterreno de la otra vida, sino además en la esperanza histórica de todo el espesor de la vida en su encuentro con Dios.

Entendiendo que las promesas de Dios se van cumpliendo en el desarrollo de nuestra historia, entonces nos vamos a encontrar con una serie de dificultades que en algún momento nos van a provocar duda, hasta caer en el desánimo. La promesa de la salvación es obra de Dios que no depende de capacidades humanas, o de algún poder terreno, depende de la sola Palabra de Dios; pero hay promesas de carácter personal que no llegan a realizarse debido a que renunciamos ante las primeras dificultades, creyendo que no es la voluntad de Dios.

Cuando Dios se ha manifestado y nos ha revelado un proyecto que llevará a cabo en nuestra vida, no debemos dar marcha atrás ante las crisis con que nos encontremos. Solamente sigamos creyendo a Dios y a su Palabra. Las dificultades son parte del proceso de la vida y no deben entenderse como si no fuere la voluntad de Dios.

La promesa de Dios a Abraham consistió en tres cosas:

a) Yo seré tu Dios
b) Tendrás una descendencia sin límites
c) Te daré una tierra rica y fecunda en posesión perpetua.

Es una promesa completa, integral, humana y sobrenatural. En esta promesa Abraham enfrentó grandes dificultades, pero siguió creyendo y esperando en Dios [2]: “El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara”.

Veamos algunas dificultades a las que se enfrentó el padre de la fe, y que, como cualquier otro ser humano, dudó de la promesa de Dios.

Primera crisis: Sara es llevada al palacio del faraón

Abraham ha recibido la promesa de Dios [3]: “Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición”. Abraham sabe que Saray es estéril, pero no hay de qué preocuparse, espera que Dios resuelva el problema. Si Dios le ha hecho la promesa, todo va a seguir sin ninguna dificultad.

Ante la promesa de Dios de hacer de Abraham una nación grande, se encuentra con la primera crisis. Saray en Egipto es llevada al palacio [4]: “También la vieron los príncipes de Faraón, y la alabaron delante de él; y fue llevada la mujer a casa de Faraón”.

Abraham ha dejado la comodidad que tenía en su pueblo, ha dejado su familia, y sale para una tierra que ya no es competente suficiente para producir comida [5]: “Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra”. Emigra para Egipto en busca de comida, parece que Dios se ha olvidado de lo prometido.

Lo del hambre lo pudo solucionar viajando para Egipto; pero se encuentra con un grave problema: su esposa fue llevada al palacio del faraón. ¿Cómo podía tener descendencia Abraham si ya no tenía esposa? Con esta crisis es más que suficiente para renunciar a la promesa de Dios.

Dios vuelve a renovar su promesa [6]: “Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que, si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada”, pero ahora con un tono más imperativo para crear confianza en Abraham. Pero nada cambia, y ahora Abraham se va a encontrar con una segunda crisis.

Segunda crisis: Abraham tiene un problema de fe, duda de Dios

Esta crisis no es provocada por amenazas externas. Es una crisis personal [7]: “Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa”. Las circunstancias de la vida nos pueden llevar a dudar de Dios, pero debemos seguir adelante sin importar lo que acontezca a nuestro alrededor. Es posible que no entendamos a Dios y solo hay que seguir caminando y dejar que Dios haga lo que tenga que hacer.

Abraham se encuentra confundido, posiblemente igual que uno de nosotros. ¿Cómo es posible que su descendencia sea como el polvo de la tierra si no tiene hijos y el heredero será un esclavo nacido en su casa? Muchas veces la razón humana no encaja con el pensamiento de Dios. Ante la duda de Abraham, Dios le afirma que quien lo heredará será un hijo suyo [8]: “Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia”. Ante esta crisis personal, Abraham respondió con un acto de fe [9]: “Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia”.

Nada ha cambiado con la reafirmación de la promesa de Dios. Como cualquier ser humano, la duda sigue en el matrimonio. Cuando vemos la realidad, nos desesperamos porque queremos soluciones de inmediato, sin saber que Dios tiene un proyecto marcado en su tiempo y no en nuestro tiempo. Buscar soluciones sin la dirección de Dios empeora la crisis. Este fue el caso de Abraham que trató de buscar una solución y acepta la propuesta de Saray.

Tercera crisis: utilizar la esclava Agar para procrear hijos

La duda de Saray lleva al matrimonio a un nuevo periodo de crisis. Admite su esterilidad [10]: “Dijo entonces Saray a Abram: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Saray”. Esta solución naturalmente no procedía de Dios y provocó problemas familiares, por lo que Agar tuvo que salir de casa.

Podemos apreciar en la experiencia de Abraham que las promesas de Dios no se obtienen por arte de magia. Dios pretende aumentar nuestra fe; pero para eso es necesario estar en crisis para poder experimentar la mano de Dios. Jesús, que fue el Hijo de Dios, tuvo que ir experimentando poco a poco el proyecto de Dios hasta que llegó a la cruz. Si estamos en un periodo de crisis, no dejemos de creer a la Palabra de Dios. Sigamos en el plan de Dios y esperemos confiadamente.

La crisis en que se encontraba Abraham empeoró, y Dios tuvo que seguir reafirmando su promesa para hacerle creer que Dios no olvida su promesa [11]: “He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti”.

Dios sigue su proyecto. Ha cambiado el nombre de Abram por Abraham. Lo mismo hará con Saray [12]: “Dijo también Dios a Abraham: A Saray tu mujer no la llamarás Saray, más Sara será su nombre. Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella”.

Después de todo lo que Dios ha prometido, Abraham no le cree a Dios y hasta le parece un chiste que un hombre pueda tener hijos a los noventa años. Abraham cree que Dios llevará a cabo su promesa por medio de Ismael. Parece ser que Abraham, después de mucho tiempo, no ha comprendido a Dios [13]: “Y dijo Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva delante de ti”. Abraham ya no le cree nada a Dios y ha abandonado la esperanza. Toma la promesa como una broma de Dios.

Dios, sin molestarse, le va a confirmar el pacto [14]: “Mas yo estableceré mi pacto con Isaac, el que Sara te dará a luz por este tiempo el año que viene”. Dios le confirma a Abraham que dentro de un año le nacerá un hijo.

Esta vez quien se demuestra escéptica es Sara [15]: “Se rio, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?” Después que Dios anuncia que dentro de un año les nacerá un hijo, surge un problema parecido al primero.

Mientras Abraham habita en las cercanías de Neguev, el rey se enamora de Sara y se la lleva para su casa. Abraham vuelve a quedarse sin su esposa[16]: “Y dijo Abraham de Sara su mujer: Es mi hermana. Y Abimelec rey de Gerar envió y tomó a Sara”. ¿Cómo puede cumplirse la promesa de Dios?

Conclusión

Llegó el momento del nacimiento de Isaac, una promesa cumplida a medias, pues Abraham no es padre de muchedumbres. Aquí se da la mayor de las crisis: Dios pide a Abraham que sacrifique a su único hijo. Abraham supera la crisis y Dios declara su bendición [17]: “De cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos”.

Así se cumple la promesa de Dios [18]: “Abraham tomó otra mujer, cuyo nombre era Cetura, la cual le dio a luz a Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa. Y Jocsán engendró a Seba y a Dedán; e hijos de Dedán fueron Asurim, Letusim y Leumim. E hijos de Madián: Efa, Efer, Hanoc, Abida y Elda. Todos estos fueron hijos de Cetura. Y Abraham dio todo cuanto tenía a Isaac. Pero a los hijos de sus concubinas dio Abraham dones, y los envió lejos de Isaac su hijo, mientras él vivía, hacia el oriente, a la tierra oriental”.

De los seis hijos que le nacieron a Abraham, se convirtió en padre de: asuritas, letusies, leumíes, madianitas y otros pueblos.

Las crisis y dificultades pueden ser muchas, pero debemos tener seguridad que Dios no se olvida. La bendición de Dios llegará en el momento indicado, en el momento necesario. No se deje dominar por los malos momentos de la vida. Son parte de la naturaleza del correr de este mundo en que vivimos.

Amén.

[1] Gálatas 3:14
[2] Romanos 4: 18-19
[3] Génesis 12:2
[4] Génesis 12:15
[5] Génesis 12:10
[6] Génesis 3:16
[7] Génesis 15:3
[8] Génesis 15:5
[9] Génesis 15: 6
[10] Génesis 16:2
[11] Génesis 17:1-4
[12] Génesis 17:15-16
[13] Génesis 17:18
[14] Génesis 17:21
[15] Génesis 18:12
[16] Génesis 20:2
[17] Génesis 22:17
[18] Génesis 25:1-6

© Francisco Antonio Martinez. Todos los derechos reservados.

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Francisco Antonio Martinez
Autor

Francisco Antonio Martinez

Iglesia Evangélica de las Asambleas de Dios de El Salvador. Lcdo. Contador publico, graduado de la Universidad Tecnológica de El Salvador, y del Instituto Teológico de las Asambleas de Dios de El Salvador, con maestría en Teología de la Universidad José Simeón Cañas (UCA).

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