Bosquejos Biblicos – Bosquejos para Predicar
¿Qué es la Fe en Dios? Fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera: es el estar convencidos de la realidad de las cosas que aun no vemos.
Pregunta: ¿cuál es el fundamento que nosotros debemos tener como cristianos? (Hebreos 6:1-3).
Hermanos si nosotros no llegamos a entender claramente sobre lo que la Biblia llama Fe, será imposible que podamos llegar a una madurez espiritual, Jehová Dios desea ver en cada uno de sus hijos la Fe de la diferencia entre victorias y derrotas en cada una de nuestras vidas cristianas, porque la palabra de Dios dice: “…sin Fe es imposible agradar a Dios…”
Tiempo atrás hombres como nosotros conquistaron Reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas y cerraron la boca de leones y fueron inmunes al fuego, murieron al filo de una espada, todos estos hombres tuvieron la aprobación de Dios nuestro Señor y por fe creyeron en Él y les fue contado por justicia. Nosotros como herederos debemos ser imitadores de estos hombres que con fe y paciencia pudieron alcanzar la promesa y con perseverancia alcanzaron la madurez de Dios.
Pregunta: ¿pero qué exige Dios de nosotros, qué es lo que debemos tener para agradarlo y podernos acercar a Él? (Hebreos 11:6). Nosotros podemos darnos cuenta que sin Fe es imposible agradar a Dios, entonces por lo tanto si Dios nos exigiera que tuviéramos Fe cuando no es posible tenerla, ¿tendríamos derecho a desafiar su justicia? Dios coloca en nuestras manos los medios para poder obtener la Fe, entonces esa responsabilidad descansa sobre nosotros. Si no tenemos, Dios nos dice cómo podemos obtenerla y si no la buscamos no es culpa de Él, el descargarle la culpa es ignorarlo.
¿ Que es la Fe en DIOS ? Fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera:es el estar convencidos de la realidad de las cosas que aun no vemos. Pregunta:cual es el fundamento que nosotros debemos tener como cristianos (Hebreos 6:1-3). Hermanos si nosotros no llegamos a entender claramente sobre lo que la Biblia llama Fe sera imposible que podamos llegar a una madurez espiritual, Jehova DIOS desea ver en cada uno de sus hijos la Fe de la diferencia entre victorias y derrotas en cada una de nuestras vidas cristianas, porque la palabra de DIOS dice : sin Fe es imposible agradar a DIOS.
En el libro de Efesios 2:8 se nos dice por medio de que somos salvos: “…pues habéis sido salvados por la gracia por medio de la Fe y esto no viene de nosotros sino que es don de Dios…” Entonces, ¿de dónde obtenemos la Fe para nuestra salvación? (Romanos 10:17). Entonces podemos darnos cuenta que la Fe viene por el oír la palabra de Dios. 1 de Reyes 2:3 dice: “…Guarda los preceptos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas…”
Conclusión
La Fe de Ana, la madre del profeta Samuel, siempre en su cántico de Alabanza y de certeza en el poder de Dios nos demuestra la maravillosa fe que esta magnífica sierva de Dios tenía (1 de Samuel 2:7-9).
Ana llegó a ser madre de la Fe, cuando oraba en el templo, clamo a Dios:
“…Jehová empobrece, y él enriquece; Abate, y enaltece. 8 El levanta del polvo al pobre, Y del muladar exalta al menesteroso, Para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor. Porque de Jehová son las columnas de la tierra, Y él afirmó sobre ellas el mundo. 9 El guarda los pies de sus santos, Mas los impíos perecen en tinieblas; Porque nadie será fuerte por su propia fuerza….”
El creador del cielo y de la tierra era la columna inmutable donde se recostaba Ana. Y Él no desatendió nunca su pedido de Fe. Dios otorgó a Ana lo que había pedido; recibió el regalo por el cual había implorado con tanta Fe y tanto fervor.
¡Y cuán grande fue su sorpresa! cuando Ana regreso al templo, pudo decir con un corazón agradecido:
“…Vive tu alma, Señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová. Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que pedí…” (1 Samuel 1:26-27).
