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Los pensamientos de Dios y los pensamientos de los hombres

TEXTO: Isaías 55:8-9

Introducción:

Estos versículos nos enseñan que Dios piensa muy diferente a nosotros.

En muchos aspectos de la vida el hombre, el ser humano imagina y considera que sus ideas, razonamientos, opiniones o suposiciones son correctos e infalibles.

Pero en la mayoría de los casos no es así.

1. NUESTROS PENSAMIENTOS PARA DIOS SON VANIDAD  (Sal. 94:11)

A. A veces lo que para el hombre es correcto para Dios no lo es, ya que la mayoría de nuestros pensamientos van inclinados a pensar solo en nosotros mismos, muy rara vez estamos pensando en los demás, casi siempre nos enfrascamos en nuestros problemas, deseos, sentimientos etc.

B. Por eso el salmista le pedía al Señor que lo probara y que conociera sus pensamientos, y le mostrara si sus pensamientos eran buenos, y si no que lo guiara por el camino recto Salmo 139 23-24.

2. NUESTROS PENSAMIENTOS SON BUENOS SI LE ENCOMENDAMOS TODOS A DIOS.

A.- El proverbista decía encomienda al Señor tus obras y sus pensamientos serán afirmados. Proverbios 16:3

-Confiemos en Dios para que todo lo que pensemos hacer sea un éxito. Salmo 37:5 Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.

3. COMPAREMOS LOS PENSAMIENTOS DIVINOS CON LOS NUESTROS

Lo que el hombre piensa acerca de:

EL PECADO:

A. La mayoría de la gente piensa: yo no robo, ni mato, ni le hago mal a nadie, por eso no soy tan pecador. Proverbios 24:2 Porque su corazón piensa en robar, E iniquidad hablan sus labios.

B. Pero el señor dice:

Por cuanto todos pecaron están destituidos de su gloria Romanos 3:23, ósea que el hombre piensa una cosa con respecto al pecado y Dios otra, y no es lo que nosotros pensemos, si no lo que Dios dice.

Proverbios 16:9 El corazón del hombre piensa su camino; Mas Jehová endereza sus pasos.

Muchas veces pensamos que nosotros dominamos nuestros pensamientos, pero la mayoría de las veces los pensamientos son los que nos dominan. La misma palabra no lo enseña. Proverbios 23:7, pero no debe de ser así, deberíamos de decir mejor nosotros somos y hacemos lo que Dios pone en nuestro corazón.

C. No debemos permitir que nuestros pensamientos rijan nuestra vida, si no permitirle a Dios que el sea el que gobierne mis pensamientos, Proverbios 19:21 Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; Mas el consejo de Jehová permanecerá.

D. El hombre dice no hay Dios Salmo 14:1

Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien.

E. Pero Dios dice

Apocalipsis 1:8 Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.

Si hay un Dios grande y poderoso, no lo debemos ignorar.

F. El hombre dice Jesús no va a venir

2 Pedro 3:3 sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias,

2 Pedro 3:4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.

G. Pero Dios dice:

2 Pedro 3:10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.

1 Juan 2:28 Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.

Nunca dudemos de la venida del Señor.

H. LOS PENSAMIENTOS DE DIOS PARA NOSOTROS SON:

Pensamientos de: Paz

Jeremías 29:11 Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.

CONCLUSIÓN:

Dejémonos guiar por el Señor que el ponga sus pensamientos y propósitos en nuestro corazón recordemos lo que dice el Proverbio 16:2

“Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión”. La gente puede buscar explicaciones racionales para todo si no tienen normas para juzgar el bien y el mal. Siempre podemos probar que tenemos razón. Antes de poner en marcha cualquier decisión, pregúntese:

(1) ¿Está decisión va en armonía con la verdad de Dios?
(2) ¿Agrada a Dios mi actitud?

No olvidemos que nuestros pensamientos no son los pensamientos de Dios.

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