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Las vigas de cedro de nuestra vida

Bosquejos Biblicos

“…Las vigas de nuestra casa son de cedro, Y de ciprés los artesonados…” (Cantares 1:17)

El texto nos dice que las vigas de la casa que el rey Salomón había construido para su amada eran de cedro, y la madera de cedro aparte de ser muy duradera y fuerte tiene la cualidad de producir aceites naturales que la protegen contra la putrefacción, contra los hongos y contra los insectos que pueden corroerla.

Tenemos que comprender que en una construcción las estructuras principales son las columnas y las vigas, las columnas son las que sostienen las estructura, la que le da solidez, la columna principal de nuestra vida es Dios, pero también hay otras columnas que le dan estabilidad a nuestra vida: Familia, matrimonio, iglesia, trabajo, salud, etc, son llamadas prioridades de la vida.

Las vigas son muy importantes en una construcción pues son las estructuras horizontales que sostienen las cargas del techo y otras estructuras que se construyen sobre ellas.

Esas vigas de cedro que sostienen las cargas de nuestra vida son:

I) NUESTRA RELACIÓN PERSONAL CON DIOS

“…Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; Y por ello te vendrá bien…” (Job 22:21)

La columna principal y central de nuestra vida es Dios, pero la viga principal que sostiene el peso de las cargas de nuestra vida es nuestra relación con él.

Nos relacionamos con Dios cuando le hablamos en oración, cuando le adoramos a través de una alabanza, cuando buscamos su voz por medio de la lectura Bíblica, cuando nos congregamos constantemente.

Nuestra relación personal con Dios se ve afectada por nuestra relación con el mundo, cuando nos relacionamos con la mundanalidad nos en enemistad contra nuestro Dios (Santiago 4:4).

II) NUESTRA RELACIÓN MATRIMONIAL

  • “...Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella...” (Efesios 5:25)
  • “…Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; 4 que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos..”. (Tito 2:3-4)

El peso de las cargas de la vida no las podemos ni debemos llevarlas nosotros solos, necesitamos a nuestra pareja, a nuestro complemento, tenemos que comprender que el amor, la paz y la armonía en el matrimonio nos ayudan grandemente a llevar las cargas de nuestra vida.

La palabra de Dios nos manda que tanto hombres como mujeres debemos amar a nuestro cónyuge, no nos manda a comprendernos para amarnos, no nos llama a esperara que mi pareja cambie para amarla, la palabra de Dios me manda a amarla.

Muchas esposas descuidan su relación matrimonial por dedicarse a su labor de madres, pero la palabra de Dios dice que las mujeres deben aprender a amar a sus maridos primero y luego a sus hijos, pues tenemos que comprender que un día nuestros hijos se irán de casa, y nuestro cónyuge será el que este con nosotros para apoyarnos y cuidarnos.

III) NUESTRA CONFIANZA EN LAS PROMESAS DE DIOS

“…Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?..” (Números 23:19)

Tenemos que tener la confianza que, aunque la vida ponga cargas muy pesadas en nuestra vida, nosotros tenemos la fortaleza que viene de Dios por medio de sus promesas, porque son verdaderas y seguras.

Las promesas de Dios en sí mismas no son las vigas que sostienen el peso de las cargas de nuestra vida, sino nuestra confianza en ellas, nuestra seguridad de que son reales y de que son para nosotros.

Las promesas de Dios son aun superiores al cedro porque no se debilitan, no se contaminan, no se marchitan, son eternas, no son quebrantables, no tienen fecha de vencimiento, son seguras en todo tiempo.

IV) LA SEGURIDAD DE NUESTRA SALVACIÓN

“…Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos…”. (1 Timoteo 6:12)

En las situaciones criticas de nuestra vida, donde la carga se vuelve demasiado pesada de llevar que maravilloso es tener en nuestro corazón la seguridad de la vida eterna, saber que pase lo que pase en nuestra vida sabemos cual es nuestro destino eterno, pase lo que pase en nuestra vida sabemos que somos hijos de Dios.

Poder echar mano de la vida eterna es la mayor bendición pues echar mano de la vida eterna significa recordar que Dios es nuestro padre, que Cristo tiene un lugar preparado para nosotros y que nuestro nombre esta inscrito en el libro de la vida del cordero.

Que maravilloso es poder echar mano de la vida eterna, pero la pregunta este día es ¿tengo yo la seguridad de la vida eterna? Si no la tienes entonces significa que aun esa viga de cedro no está presente en tu vida hoy, INVITA HOY MISMO A CRISTO COMO SEÑOR Y SALVADOR DE TU VIDA.

© Oscar Alberto Flores. Todos los derechos reservados.

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