Dame ese Monte

c) ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que Dios te hizo tu promesa? No creo que 45 años ¿tenemos el mismo valor de Caleb? Para enfrentar circunstancias gigantes que se interpongan en nuestro camino a la conquista, necesitaremos valor.

Necesitamos decir con nuestras acciones “todavía estoy tan fuerte, tan valeroso y con el mismo coraje que cuando Dios me hizo una promesa”.

d)Seamos valientes, Dios nos exhorta a esto. Él dice : Aunque la visión tardare, espérala, sin duda vendrá, no tardara.

III. Esforzándose (Josué 15:13-14)

a) Una persona esforzada es aquella que tiene animo de hacer las cosas, alentado, en pocas palabras alguien que no tiene miedo de meter las manos para alcanzar lo que quiere. El Claro ejemplo es Caleb, aquel anciano de 85 años pero con el espíritu de joven fuerte; sin muchas fuerzas físicas pero si espirituales. Para lograr su objetivo se tuvo que esforzar, la promesa no se cumpliría sola.

b) Los hijos de Anac fueron echados del territorio que Dios le dio a Caleb; ¿Cómo? Yo también me lo pregunto, lo importante es que fueron derrotados por Caleb, ya que Dios estaba con él. ¿ que importaba que fueran gigantes? ¡ estaban ocupando su territorio, su promesa y había que quitarlos de en medio!

c) Nuestro gigantes son: circunstancias, nuestra manera de pensar, los pecados que cometemos, etc. Estas cosas están entre nosotros y el cumplimiento de lo que Dios prometió ¿Qué harás?

Supongo que quedarte sentado no es tu opción, es verdad que a veces ya no quedan fuerzas para seguir, pero, piensa en esto, Dios no te ha sostenido a través de este tiempo, de luchas y pruebas, solo para entregarte a la derrota en el último momento.

d) La invitación es esforzarse, hacer lo que nos corresponde, meter las manos y lograr el objetivo.

Aplicación:

¿Cuantos esperamos que lo que Dios prometió se cumpla? Será necesario no fijar nuestra atención en lo difícil que parece que esa promesa se cumpla; mejor fijemos nuestra atención en Cristo.

Cambiemos el nombre de Caleb por el de cada uno de nosotros y hagamos lo que él hizo, Conquistar nuestra promesa. Sin importar cuánto tiempo ha transcurrido, lo que me impide ver lo que Dios me prometió y si no me siento listo para enfrentar lo que sea necesario, confiemos en Dios; esa es la opción a seguir.

Conclusión:

Recordemos, si queremos conquistar lo que Dios nos ha prometido, siempre será necesario:

  • Confiar en Dios
  • Ser valientes
  • Esforzarnos

Digámosle a Dios en este momento ¡Dame ese monte!

© Jonathan Marin Cano. Todos los derechos reservados.

Central de Sermones… Bosquejos para Predicar

Deja un comentario