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Servir como Cristo

Filipenses 2:5-11

En el verso 6 “siendo en forma de Dios”. La palabra “siendo” describe las características y habilidades innatas, incambiables, inalterables  de una persona. Pablo comienza diciendo que Jesús fue esencial, inalterable e incambiable Dios. La palabra “forma” aquí usada, significa la forma esencial de algo, lo cual nunca se altera. Esto quiere decir que Jesús era Dios. El poseía la misma clase de existencia que Dios en naturaleza, esencia y ser.

Aunque Cristo era Dios-hombre, no consideró la igualdad con Dios, ni un tesoro al cual aferrarse para retenerlo a toda costa. Por amor a la gente, estuvo dispuesto a renunciar a las prerrogativas y poderes que justamente le pertenecían. Quizás esa sea una buena razón para nosotros como cristianos, por la cual gozamos de todos los privilegios de ser hijos de Dios, por la sangre preciosa de nuestro Señor Jesucristo, y así compartir con aquellos que por disposición de Dios, esperan el oír las buenas nuevas de salvación por parte de nosotros.

El verso 7 “se despojó a si mismo”. La idea central de la palabra “despojo” es: vacío, o la nada. La palabra se usaba para describir a una persona que dejaba al lado el rango, el prestigio y la dignidad. También se usaba para una persona que asumía una posición y una condición social mas humilde de la que merecía.

La frase “en forma de siervo”, significa tomar la actitud de un sirviente o esclavo, realizar la tarea de un siervo y ser considerado como un sirviente. Cristo se despojó de su deidad para tomar su humanidad en la forma de siervo.

Como llamados ministros de un nuevo pacto, tenemos el gran ejemplo de Cristo, de servir a aquellos que tienen necesidad; sin esperar gratitud de parte de aquellos a los cuales servimos, puesto que “por gracia somos salvos, por medio de la fe; y esta no de nosotros, sino es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”(Efe.2:8,9).

Cristo era verdadero Dios y verdadero hombre. Como Dios se humilló a si mismo y no tomó ninguna posición alta en la escena humana; y siendo hombre cumplió a su totalidad todo cuanto se le había encomendado que hiciese como siervo. Renunció voluntariamente a su superioridad interior como Dios.

Su posición no fue de honor, autoridad y preeminencia entre la gente. Desde el pesebre hasta la cruz, anduvo en la senda de la humillación.

Las tres grandes características de Jesús fueron:

1. Humildad
2. Obediencia
3. Renunciamiento.

Estas también deben de ser nuestras características como cristianos. La unidad cristiana y la armonía entre los creyentes son imprescindibles para el adelanto de la obra de Cristo.

QUE DIOS LOS CONTINÚE BENDICIENDO

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