La supremacía de Cristo

Pablo le dice a la iglesia de Corinto: “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.” (2 Corintios 5:18-19).

Precisamente uno de los propósitos de la muerte de Cristo en la cruz del calvario fue hacer posible la reconciliación de las personas con Dios. Pero para que esto fuera posible, fue necesario el pesebre. Que el Hijo de Dios se encarnara en la persona de Jesús y llegar al mundo como el único instrumento de Dios para la reconciliación.

3. LA SUPREMACÍA DE CRISTO PRIMERO EN LA RESURRECCIÓN.

Él dio comienzo a todo y fue el primero en resucitar de la muerte.” (Colosenses 1:18 PDT).

Su resurrección marca Su triunfo y la supremacía sobre la muerte para siempre. Jesús “fue declarado con poder de ser el Hijo de Dios por Su resurrección de entre los muertos” (Romanos 1:4). Jesús fue el primero en ser resucitado para nunca morir otra vez. Cristo es la primicia de la gran multitud redimida que participará de la gloria de su resurrección cuando él venga a buscar a su iglesia. “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.” (1 Corintios 15:20).

Él resucitó de la muerte y su resurrección prueba su señorío sobre todo el mundo material. En su resurrección somos justificados para salvación al poner nuestra fe en el Cristo resucitado (Romanos 4:25) y su resurrección es el fundamente firme de nuestra esperanza viva, como lo dice el apóstol Pedro: “Nos hizo renacer para una esperanza viva mediante su resurrección de entre los muertos”. (1 Pedro 1:3).

Y esa es la esperanza bienaventurada que nos asiste que, si Cristo resucitó, nosotros también resucitaremos por medio de Él. “Sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros.” (2 Corintios 4:14).

La resurrección la hizo posible el pesebre y la cruz.

4. LA SUPREMACÍA DE CRISTO PRIMERO EN LA IGLESIA.

y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia”. (Colosenses 1:18a).

Después que resucitó de la muerte, Cristo fue constituido cabeza suprema de Su Iglesia. “Dios ha puesto todas las cosas a sus pies (de Cristo) y lo hizo suprema cabeza de la iglesia. Y la iglesia, que es su cuerpo, está llena de Él, autor y dador de todo lo que existe.” (Efesios 1:22-23 NTBAD; Colosenses 1:18).

Así como un cuerpo es controlado desde el cerebro, Cristo controla cada parte de la Iglesia para darle vida y dirección. (Efesios 4:15; 5:23) Sus miembros están sujetos a Él, viven por él, le sirven a él y trabajan para él, y él le da a la iglesia vida, dones y ministerios para que continúe su obra en la tierra.

La imagen del cuerpo muestra la dependencia de la Iglesia de Cristo y la unidad interna que debe existir en la Iglesia, porque cada miembro se involucra con los demás a medida que van cumpliendo con la obra de Cristo en la tierra.

Como dice W. Barclay: “La Iglesia es literalmente las manos para hacer la obra de Cristo, los pies para ir por Él a todas partes y la voz para proclamar Su palabra.”

CONCLUSIÓN

Cristo nació para libertar a los hombres de la esclavitud del pecado; nació para ser mediador entre Dios y los hombres; nació para traer paz y esperanza a los marginados del mundo, nació para traer consuelo a los afligidos, nació para establecer una iglesia que proclame su Nombre y su evangelio, nació para ser rey de reyes y Señor de señores. ¡Cómo no celebrar su nacimiento! Si Él es supremo en todo, entonces merece toda honra, gloria y honor.

© David N. Zamora. Todos los derechos reservados.

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