Ejemplo de los ninivitas

  • I. Sin embargo, aquel pueblo obedeció a su voz y obtuvo misericordia, prestando oído a su advertencia.
  • II. ¿No avergüenza este ejemplo a muchos que han sido favorecidos con las más tiernas y amantes advertencias?
  • III. Ciertamente, avergonzó a los que vivieron en los días de nuestro Señor, pues no puede haber dos caracteres más contrastados que Jonás y Jesús.

E. De cierto, Uno «más grande», mucho mejor y más tierno de corazón, estaba allí.

4. LA ESPERANZA QUE DABA A LOS NINIVITAS SU ARREPENTIMIENTO ERA MUY DÉBIL.

No era más que un «¿Quién sabe?»

A. No tenían ninguna revelación acerca del carácter del Dios de Israel.
B. No sabían nada de un sacrificio redentor.
C. No habían recibido ninguna invitación a buscar al Señor, ni siquiera ningún mandato de arrepentirse.
D. Su confianza era simplemente negativa. Nada les había sido dicho, ni en favor ni en contra del arrepentimiento, pero pensaron que nada podían perder con arrepentirse.
E. El argumento positivo era muy débil.

NOTA: La misión del profeta era advertir, y el avisar implica un cierto grado de misericordia cuando precede al castigo; por esto se aventuraron a una débil esperanza, diciéndose: «¡Quién sabe si Dios tendrá misericordia»

  • I. ¿No tenemos nosotros mucho más que esto? ¿No es mucho mejor el Evangelio?
  • II. ¿No nos aventuraremos sobre las bases tanto más firmes que tenemos?
  • III. Dios advierte antes de herir, amenaza antes de castigar. Caigamos, pues, de rodillas ante el Señor, nuestro Hacedor. Entonces se apaciguará su ira.

CONCLUSIÓN:

Cierto hombre fue tentado a poner fin a su vida, la cual -pensaba-, si la continuaba solamente servirá para aumentar su pecado y por consiguiente; mayor condenación, de la que no podía escapar.

Puesto que tenía que ir al infierno, pensó él cuanto más pronto vaya mejor. Y, además, es preferible, antes que continuar la vida desastrosa, atormentada con la perspectiva de lo que viene.

Bajo la influencia de tales sugestiones, fue al río con el propósito de arrojarse al agua, pero le pareció oír una voz que le decía: “¿Quién sabe?” Esto le detuvo y empezó a decirse a sí mismo: “¿Por qué Dios ha hecho proclamar el Evangelio?

¿Quién sabe si una persona como yo no puede encontrar misericordia? ¿Cuál será el resultado si me pongo ahora a orar a Dios? ¿Cuáles son los propósitos de Dios para mí sí me arrepiento?”

Bajo tales pensamientos decidió probarlo, y Dios hizo por su gracia que todas sus dudas y temores desaparecieran al arrojarse por la fe en los brazos de Cristo, que es poderoso para salvar eternamente a los que vienen a Él.

Humildemente deseó y esperó misericordia para su alma, y no fue decepcionado, sino que vino a ser un cristiano eminente y más tarde un ministro del Evangelio.

Con su propia experiencia de las riquezas de la gracia, fue grandemente estimulado y bendecido para la conversión y consolación de muchas o tras personas.»

© Simeón Caicedo Castaño. Todos los derechos reservados.

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3 comentarios en «Ejemplo de los ninivitas»

  1. Si hubiéramos estado en el pellejo de Jonás, nuestra reacción hubiera sido la misma que tuvo él…Dios es un Dios de misericordia y da oportunidad al arrepentimiento.

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