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Creerle a Dios es un acto de obediencia

Bosquejos Bíblicos

Predica de Hoy: Creerle a Dios es un acto de obediencia

Bosquejos Bíblicos Lectura Bíblica: 1 Reyes 17:1-24

Introducción

A diario estamos expuestos a situaciones incómodas que nos desalientan y nos llenan de temor, y preocupación, pero allí en medio de lo que este aconteciendo en nuestras vidas debemos asirnos del evangelio y avanzar creyéndole  a Dios. 

La biblia lo es todo, a diario leemos y escudriñamos mensajes cristianos que nos confortan, cuando estamos pasando por situaciones difíciles oír una predicación bíblica o meditar en un estudio bíblico nos hace sentir renovados y actuamos como Dios demanda en su palabra y permanecemos en fe.

Pero cuando la situación adversa viene una vez más y esta vez nos golpea nuevamente y sin avisar quizás nuestra reacción no sea la misma aunque ya hallamos estudiado el mensaje que Dios nos dio para prepararnos, deshonrando a Dios por causa de nuestra desobediencia y poca fe.

La palabra de Dios nos enseña mediante este pasaje uno de los escenarios donde Dios se manifestó en gran manera usando al profeta Elías. Uno de los profetas mayores descritos en la biblia, quien no dudó en ningún momento en obedecer el mandato de Dios y con valentía iba a llevar el mensaje que Dios ponía en su boca pese a que para muchos no era agradable.

En aquellos tiempos Israel había sido desmoralizada ya que sus antiguos reyes llevaron al pueblo a la idolatría , estos pues rendían cultos a dioses paganos como Baal, por lo que no había ningún sacerdote íntegro que llevara la palabra de Dios al pueblo, por esto fue Elías elegido por Dios  así  como a otros hombres.

Dios le llamo para que salvara al pueblo de Israel de su estado de inmoralidad y declive espiritual ; la función de los hombres que Dios levanto era la de reconciliar al pueblo de Israel con Dios.

Elías como sacerdote de Dios vivía en Fe y hacía como Él le ordenaba. Luego de haber hecho la predicción de la sequía al rey Acab estuvo escondido en el arroyo de Querit y al cabo de unos días por ordenanza de Dios partió a Sarepta, ubicada en la costa mediterránea al norte de Tiro.

Allí se encontró con una viuda que decidió poner su confianza en Dios compartiendo el último puñado de harina que le quedaba con él,  de esta manera pudo ver el obrar de Dios y ni la harina ni el aceite escaseaban tal y como el profeta le dijo que Dios haría si le daba lo que le pedía.

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