Cómo recuperarse del desgaste emocional

Mateo 26:37-38Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo”.

La Biblia nos recuerda la importancia de animarnos los unos a los otros, edificarnos unos a otros, y por supuesto orar los unos por los otros. Debemos reconocer que somos un cuerpo, y nos necesitamos unos a otros.

Aislarse no es bueno. De hecho recuerda que el león usa como estrategia de ataque aislar de la manada a su víctima, pero cuando la manada pelea unida el león se queda sin alimento y tiene que retirarse.

4) Examina tu vida y corrige lo que no está bien. Jonás 2:7-10.

Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, y mi oración llegó hasta su santo templo… con voz de alabanza te ofreceré sacrificios y pagaré lo que prometí. La salvación es de Jehová. Y mandó Jehová al pez, y vomitó a Jonás en tierra”.

Algunas veces nuestra vida tiene que llegar ciertos extremos para corregir aquellas cosas que no están bien o que nos están haciendo daño. Vemos esto por ejemplo en la vida del profeta Jonás, pues sólo cuando se halló en el vientre del gran pez reconoció que estaba equivocado y buscó a Dios.

Este pasaje de Jonás capítulo dos nos dice que cuando el alma del profeta desfallecía, es decir, cuando se quedaba ya sin aliento se acordó de Dios y oró a él. Reconoció que su decisión (huir de Dios y no ir a Nínive a predicar) había sido un gran error y por eso se había alejado de la misericordia del Señor.

Así mismo decide Jonás, según el versículo nueve, pagar sus promesas a Dios. Entonces había cosas que él había prometido a Dios hacer, pero no las había hecho y en aquel vientre del gran pez decide corregir aquello. Como resultado de su búsqueda de Dios y su decisión de hacer cambios en su vida el pez lo llevó a tierra.

Es fundamental evaluar nuestra vida y hacer las correcciones necesarias. Por ejemplo el Salmo 127:1-2Si Jehová no edificaré la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia. Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño”.

Este es un pasaje que nos recuerda la importancia de mantener en orden las prioridades en nuestra vida. Podemos concentrarnos tanto en nuestros proyectos que nos olvidamos de Dios y de su casa, y si no es el Señor quien edifica la casa o proyectos en vano es lo que hacemos.

Recordemos por ejemplo, la torre de Babel, los hombres de aquel tiempo quién sabe cuánto tiempo se dedicaron a construirla, toneladas de material fueron usadas y miles de horas de trabajo y esfuerzo se invirtieron, pero Dios mismo en sólo segundos la derribó, porque aquello no nació en la voluntad del Señor, era el resultado de la vanidad humana y de su propio orgullo.

Si Dios no está con nosotros, si no estamos siguiendo las pisadas de Jesús, podemos trabajar en exceso y superar dolores y obstáculos, pero eso no será efectivo, más bien todo eso nos quitará el sueño y la paz.

Podemos ser buenos para crear estrategias para el negocio, y madrugar a trabajar e ir tarde a reposar, planear como proteger lo que hacemos, pero en vano será todo eso, si no es Dios quien edifica la casa y quien guarda la ciudad.

Examinemos nuestras prioridades y corrijamos nuestra agenda si no está en orden. No tenemos que esperar un mar embravecido para viajar en el vientre de un gran pez, y entonces desde esa condición difícil, reflexionar, buscar a Dios y corregir lo que no está bien.

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