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Una Gracia Prometida

Bosquejos Biblicos

Bosquejos Biblicos.. Texto de la predicación: 1 Pedro 1:10-12

Introducción

Estos cristianos estaban sufriendo persecución. Los incrédulos se burlaban de ellos, como siempre hacen de los cristianos.  Frente a esta situación ellos se sintieron tentados a hacer lo mismo que nosotros: avergonzarse del evangelio, y desear lo que tienen los impíos.

La gente del mundo nos hace creer que el evangelio es una tontería, y que mejor es lo que ellos pueden ofrecernos. Se burlan de nosotros cuando hablamos de Cristo. Y nuestra cabeza viene el pensamiento de por qué estamos creyendo algo tan tonto.  Sin embargo, en este pasaje Pedro nos muestra que el evangelio en el que hemos creído tiene mucho valor. Lo que el mundo puede ofrecernos no se compara con la gracia que Dios nos da en el evangelio. Así que, veamos lo que dice el texto.

Desarrollo

I. La predicación de los profetas (vs. 10-11).

A. El Antiguo Testamento habla de Cristo.

Los profetas hablaron sobre la gracia que vendría hacia nosotros. Esa gracia se refiere a la salvación que Cristo nos ha dado. En el contexto, el autor ha hablado sobre la nueva vida y la esperanza que recibimos a través de la obra de Cristo.  Por eso, más adelante se dice que ellos indagaron sobre el tiempo de los sufrimientos y la gloria del Mesías. Mediante estos estos, el Jesucristo nos entrega la salvación.

Esto quiere decir que el Antiguo Testamento habla sobre Jesucristo. El tema central de toda la Escritura es la salvación en Cristo Jesús. Al momento de su resurrección, el Señor Jesucristo dice que los profetas, Moisés y los Salmos, es decir, todo el Antiguo Testamento, habían dicho que era necesario que el Cristo padeciera y muriera, y luego, en su nombre se predicara el perdón de pecados (Lucas 24:25-27).

B. Nuestra salvación fue planificada.

Así que, en cierto sentido, la salvación que hemos recibido no es nueva. Es cierto que nosotros disfrutamos de ciertos privilegios que no había antes, como veremos más adelante. Pero en otro sentido, Dios ya había hablado de esta salvación en el A.T.

Nuestra salvación ya había sido planificada desde la eternidad, y profetizada por los profetas. Todo lo que hemos recibido está diseñado, y Dios tiene el control de toda nuestra salvación. Todo el Antiguo Testamento está lleno de descripciones sobre el perdón de nuestros pecados, el sacrificio de Cristo, nuestra vida espiritual y la resurrección de Cristo.

II. El anhelo de los profetas (vs. 11).

A. Los profetas querían ver esta salvación.

Lo que Dios decía del Mesías era sorprendente. Las descripciones sobre su muerte y resurrección, sobre su sufrimiento y su gloria, y sobre la salvación que traería sobre los hombres dejó atónitos a los profetas.

Lo que muestra el Antiguo Testamento es un Mesías débil, pero también poderoso. Llevaría sobre sí mismo nuestros pecados (Isaías 53); pero también traería salvación sobre todo el mundo. Sería un Príncipe, un rey Soberano, Dios fuerte (Isaías 9:6); pero también sería un niño que nacería de una virgen (Isaías 7:14). De hecho, el Antiguo Testamento habla de Él como el restaurador de toda la Creación, de lo material e inmaterial (Hageo 2:21-23).

Verdaderamente, es entendible que los profetas hayan deseado con ansías ver a este Salvador. Pues, su propia salvación dependía enteramente de la venida de este Mesías.

B. Los profetas no pudieron verla.

Sin embargo, lo que muestra el texto es que ellos no pudieron verla. Y quisiera aclarar qué significa que ellos no pudieron ver esta salvación. No significa que ellos no hayan entendido que el propósito de Dios era la salvación de los pecadores, ni tampoco que esta salvación obtendría por el Mesías. De hecho, el pasaje dice que ellos indagaron en el tiempo en que sucederían los sufrimientos y gloria del Mesías. Es decir, el Espíritu Santo les mostró que el Mesías debía sufrir, y tener gloria para darnos la salvación.

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