Una Gracia Prometida

Pero lo que el texto dice que no entendieron fue el tiempo ni la persona del Mesías. Ellos no sabían quién sería el Mesías, ni en qué tiempo se cumplirían estas cosas. Ellos estaban a la expectativa. Todo podría suceder en el tiempo de Isaías, o en el de Malaquías.

Así también como mil años después. Es como para nosotros la segunda venida. No sabemos en qué momento sucederá. Han pasado dos mil años. Sabemos que sucederá, pero no sabemos cuándo. Lo mismo sucedía con ellos.

Incluso, ellos no sabían cómo se relacionaba la gloria y los sufrimientos del Mesías. Esa fue la razón por la que muchos judíos rechazaron a Cristo, y por la que los discípulos no creyeron en su resurrección. Era verdaderamente difícil para ellos entender como es que el Mesías tendría que sufrir, pero también tener mucha gloria.

Parecía hasta en cierta manera contradictorio. Por eso, ellos indagaban en todo esto. Ellos estudiaban, y buscaban a su alrededor el cumplimiento de estas promesas. Oraban al Señor para poder verlas. Y escudriñaban toda la Escritura para entenderlas. Y aun así, la revelación que se les dio fue limitada.

III. Los receptores de las bendiciones proclamadas por los profetas (vs. 12).

A. A nosotros se nos han dado a entender estas cosas.

Pero una cosa maravillosa es saber que a nosotros sí se nos ha dado entendimiento de estas cosas. Miren lo que dice el versículo 12:  “A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles”.

El Espíritu Santo les reveló que estas cosas no eran para sí mismos, sino para nosotros, los que vivimos en este tiempo. Y a nosotros se nos ha revelado todo este misterio, gracias a Cristo. Nosotros sabemos que Jesús es el Mesías, sabemos la persona. Sabemos que el tiempo fue hace dos mil años.

Sabemos que que eran necesarias dos venidas, una primera en sufrimiento y una segunda en gloria, cosa que ellos no sabían.

Y todas estas cosas se nos fue mostrada en el evangelio. El evangelio de Jesucristo nos ha mostrado aquellas verdades. ¿Entiendes esto? El precioso evangelio que tú tienes y crees ahora, fue deseado y anhelado muchos.

Muchos profetas desearon saber, conocer y entender lo que tu crees hoy. Has sido privilegiado. Porque la predicación de los apóstoles hacia ustedes, es una bendición que no muchos disfrutaron.

B. A nosotros se nos han dado estas bendiciones.

Y va más allá. Porque no sólo logramos entender lo que dice toda la Escritura sobre la salvación de Cristo, sino que también somos participantes de su salvación.

Cada uno de nosotros tiene el privilegio de decir que fue perdonado por el sacrificio de Cristo, y que tenemos vida por su resurrección. Todos nosotros tenemos el privilegio de decir que estamos en Cristo Jesús.

Conclusión

Así que, debemos valorar el evangelio que se nos ha predicado. Tenemos que escudriñarlo y creer en Él con gran fuerza. No tenemos nada que envidiar a nadie, porque Cristo nos ha dado todo en su evangelio. ¡Aún los ángeles desean disfrutar de lo que nosotros disfrutamos! ¡Gloriémonos en Cristo!

© Francisco Hernández. Todos los derechos reservados.

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