Ahora; Pablo pudo haber puesto miles de excusas ante Dios para dejar a mitad de camino su ministerio. Este ministerio, desde una perspectiva humana, se fue dando de problemas en problemas.
Aun así, el Apóstol Pablo, abrazado al Espíritu Santo, persistió día a día, aprovechando cada “problema” para llegar a su destino final y así poder cumplir con su llamamiento Celestial en Cristo Jesús.
La persistencia fue la clave del éxito del ministerio de Pablo, aun así, el Apóstol no hubiera logrado nada sin la ayuda del Espíritu Santo.
Es por eso que muchas veces nos frustramos cuando no logramos nuestro cometido. Animémonos nos a buscar más de Su Espíritu para fortalecernos como Pablo lo hizo.
CONCLUSIÓN:
Si el Apóstol Pablo pudo transformar la realidad de su entorno:
¿Cómo hoy podemos transformar nuestra sociedad?
¿De qué manera podemos revertir esta realidad?
Recordemos tenemos a Cristo en nuestra vida, nuestra evidencia es la unidad sobrenatural que nos brinda a nosotros como Iglesia mediante Su Espíritu. Jóvenes, nuestro objetivo, transformar nuestra realidad social en todos los ámbitos donde nos movemos día a día.
Oración Final.
© Francisco Hernández. Todos los derechos reservados.