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Los administradores de Dios

Bosquejos Bíblicos

Bosquejos Bíblicos Predica de Hoy: Los administradores de Dios

Bosquejos Bíblicos Lectura Bíblica de Hoy: Génesis 1:1-25, 1 Corintios 6:19, 1 Corintios 2:9

Objetivo: Reflexionar en la forma que contribuimos como hijos de Dios al cuidado de nuestro entorno (el ambiente), valorando y apreciando todas las maravillas que nuestro creador nos regaló y dejó bajo nuestro cuidado.

INTRODUCCIÓN

El planeta tierra posee un área de superficie de 510.072.000 km2, esta superficie a su vez está formada por continentes, islas, aguas. Se dice que aproximadamente el 70% está cubierto por agua bien sea dulce o salada y el 30% restante es tierra.

Dependiendo de la ubicación que tengamos en el planeta tierra en este mismo instante podemos sentir climas y ver paisajes totalmente diferentes, unos fríos, otros muy fríos, calientes, húmedos, en fin todos estos elementos naturales y a su vez los elementos sociales que nos rodean es lo que forma el ambiente.

Hoy hablaremos del ambiente, de todas las maravillas que nuestro creador nos dejó incluyendo al mismo ser humano.

I. IMPORTANCIA DEL AMBIENTE

A lo largo de los años el medio ambiente ha sufrido cambios, algunos por causa natural y otros por causa del hombre. Este último ha sido un cambio para mal, el hombre ha contribuido de manera descontrolada a la contaminación de ríos, suelos, aire, desequilibrio de ecosistemas al sobreexplotar la caza, la pesca, la flora, tala de árboles, etc.

¿En qué nos ha afectado esto? Hay una preocupación general de científicos pues dicen que si no se hace algo pronto el mundo no está lejos de llegar a su final. En muchas ciudades hoy en día es difícil respirar aire puro, disfrutar de un río limpio, se han extinguido animales, han proliferado enfermedades, entre otros.

Todo esto se puede evitar o mitigar, solo depende del hombre, por eso es de vital importancia que cuidemos de nuestro medio ambiente, que aportemos nuestro granito de arena en todo lo que esté a nuestro alcance.

II. COMO ERA AL PRINCIPIO

En el libro de Génesis 1:1-25 se relata cómo fue creando Dios los cielos y la tierra, separó la luz de las tinieblas, separó las aguas debajo de la expansión de las aguas que estaban sobre la expansión (cielo), juntó las aguas que están debajo de los cielos (mares) y a lo seco llamó tierra, luego mandó a la tierra a producir hierba verde y árboles que den frutos, y así día tras día fue creando el sol y las estrellas, las aves, los peces y todos los animales en general hasta llegar al sexto día.

¿Faltaba añadir algo a la creación? Si, Génesis 1:26-31 nos muestra que en el sexto día Dios creo al hombre a su imagen y semejanza, y no solo eso sino que además dijo: “Señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”.

Por otro lado también nos mandó a multiplicarnos. ¡Simplemente maravilloso!, Dios nos dejó a cargo de su increíble creación, hasta de cuidarnos a nosotros mismos, ¿Será que estamos cumpliendo su mandato?

En cada cosa que creaba Dios veía que era bueno y al final Dios vio que todo era bueno en gran manera (Génesis 1:31). Él hizo todo perfecto, la belleza y las características iniciales de la naturaleza y aun el mismo hombre al día de hoy se ha degradado significativamente por el pecado, sin embargo todavía podemos ver en ella grandes maravillas impresionantes que nos elevan y dirigen nuestra vista a Dios.

III. EL MUNDO DE HOY

Como vimos al principio, el hombre valiéndose de sus propios intereses ha atacado a toda la creación de Dios, no solo la naturaleza sino al mismo ser humano.

Podemos ver como miles de hogares se han destruido a causa del consumo de alcohol, drogas, la salud de las personas se deteriora a causa del uso del cigarro y miles de malos hábitos que han surgido porque nos hemos alejado de Dios, de sus principios, de sus mandatos.

Pero no es tarde para cambiar, Dios quiere que como sus hijos cuidemos el ambiente, que restauremos nuestro planeta y también a las personas que moran en ella y llevan un mal rumbo.

IV. LO QUE DIOS DESEA PARA NOSOTROS

Dios desea que seamos verdaderos hijos de Él. En 1 Corintios 6:19 nos dice que nuestro cuerpo es templo del espíritu Santo, y que no nos pertenece a nosotros mismos sino a nuestro creador. De igual forma toda la naturaleza todo el medio ambiente se lo debemos a Él. Aún los edificios, vehículos y aviones se lo debemos a la capacidad que nos dio para pensar.

Debemos ser los mejores mayordomos de esta tierra pues esa es la voluntad de nuestro Padre, además debemos tener en cuenta que eso nos beneficia a nosotros mismos y a los que nos rodean.

V. ALGUNOS BENEFICIOS DEL AMBIENTE

Agua: Necesaria para cocinar los alimentos, aseo personal, además aproximadamente el 70% de nuestro cuerpo está compuesto por agua, por eso este precioso líquido no puede faltar en nuestra vida diaria. Se recomienda tomar 2 litros de agua diario.

Aire puro: Este nos garantiza una buena circulación sanguínea, nos aclara la mente, ayuda combatir la depresión y dormir bien. A diario debemos inhalar y exhalar de manera profunda aire puro por lo menos dos veces al día.

Alimento: Debemos comer sano, de todo árbol que de fruto, vegetales, hortalizas (Génesis 1:29) y evitar alimentos que atenten con nuestra salud, con una buena alimentación podemos prevenir y controlar muchas enfermedades.

Sol: Es necesario tomar sol por lo menos 10 minutos al día, esto nos ayuda a mantener una buena salud, buen color, fijar vitaminas.

Estos son solo algunos de los beneficios de todas las cosas maravillosas que Dios nos dejó, sin embargo no son las únicas, hay muchas más bendiciones de Él para nosotros.

VI. CIELO NUEVO Y TIERRA NUEVA

Dios nos ama tanto que desea darnos un mundo mejor, un cielo nuevo y una tierra nueva (Apocalipsis 21:2). Este nuevo mundo será de bendición para aquellos que aman al Señor y se les permita la entrada.

Será para felicidad, pues allí no habrá llanto, dolor, ni muerte (Apocalipsis 21:4). Aquel lugar será como al principio, perfecto, será algo impresionante e inimaginable pues nadie nunca ha visto algo igual (1 Corintios 2:9).

CONCLUSIÓN

Debemos ser buenos mayordomos, empezar a cuidarnos a nosotros mismos y valorar todo lo que Dios ha hecho por cada uno de nosotros, lo más mínimo y hasta “invisible” como el viento cumple una función en nuestra vida.

Pongamos en práctica lo que nuestro Padre nos encomendó, administrar la tierra y todo lo que hay en ella de forma correcta, y veremos cómo puede mejorar nuestra calidad de vida y la de aquellos que nos rodean.

LLAMADO

Hoy te invito reflexionar, a observar tu medio ambiente y evaluar si algo se está haciendo mal. ¿Estás dispuesto a cumplir la voluntad de Dios?, a ser un mayordomo de la creación y también a cuidar de tu propio cuerpo, verás todas las bendiciones que esto te traerá, así mismo te invito a que lo compartas con otras personas. ¡Dios te bendiga!

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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