¿Qué pasó que a Naamán le era concedido este privilegio teniendo lepra?
Lo que sucedía era que Naamán sabía esconder su condición. Él sabía vestir su lepra. Naamán se ponía todo el ropaje y armamento militar brillante y debajo de todo eso había un cuerpo que se estaba pudriendo de la lepra.
Naamán debajo de su éxito estaba:
- Con llagas que supuraban pus.
- Con los pedazos de piel cayendo.
- Con un gran mal olor debajo de la armadura.
¿Cómo es posible que aun así podía tener acceso al rey?
Porque sabía cubrir su lepra. Y así como el, en las iglesias hay muchos Naamán.
Personas con supuesto exitoso y posiciones, pero están:
- Atado a placeres carnales.
- Son chismosos e hipócritas.
- Gente mentirosa.
- Persona estupenda por las Redes pero en persona huelen a lepra.
- Andan en los altares como santos pero viven doble vida.
- Llenas de títulos y logros pero por dentro están repleto de huesos muertos.
Muchos Naamán de la secreta:
- Pero en su interior son hipócritas.
- Las demás personas no se dan cuenta porque la saben tapar como Naamán.
- La lepra de Naamán es tan sutil que la persona puede hacer un desastre de lunes a sábado y el domingo llegar al culto como si nada.
Más verdades:
- A Naamán hay que sacarlo de su escondite.
- Enfrentarlo y clavarlo a la cruz.
Lo peor es que hay gente que se acostumbran a los Naamán porque ellos muchas veces resuelven.
- La mujer de Naamán se acostumbró al mal olor de las llagas de Naamán.
- El rey se acostumbró a la condición de Naamán.
- Muchas iglesias se están acostumbrando a los Naamán de púlpitos y altares.
Gente con evidencia de vidas pecaminosas y porque:
- Predican bien.
- Cantan hermoso.
- Sirven con elegancia.
Entonces no pasa nada. En los altares y púlpito donde se ministra el pueblo de Dios, no es un asunto exclusivo de títulos. Es un asunto de integridad.
La lepra de Naamán tienen un día (2 Reyes 5:2-3)
“Y de Siria habían salido bandas armadas, y habían llevado cautiva de la tierra de Israel a una muchacha, la cual servía a la mujer de Naamán. 3 Esta dijo a su señora: Si rogase mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra.“
Una muchacha fue capturada por los sirios de la nación de Israel y fue sierva de la esposa de Naamán. El asunto es que esa muchacha era una mujer de Dios y desde que llegó a la casa de Naamán le dio el hedor a lepra. Solo los hombres y mujeres de Dios que han expuesto la lepra delante de Él pueden identificar la lepra de los Naamanes. Todos se acostumbraron a Naamán pero cuando llegó la hija de Dios Naamán quedo expuesto.
La muchacha joven de Dios:
Representa una iglesia compuesta por una generación joven con disposición de enfrentar a Naamán. Personas trabajadas por Dios inconforme con lo que un grupo de charlatanes está haciendo con la iglesia. Hombres y mujeres que enfrente con la verdad el sistema religioso y el espíritu humanista que ataca a la iglesia.
¿Cómo se enfrenta la lepra de Naamán?
- Reconociendo su condición.
- Dejan de tapar con vestiduras lo que con hedor se delata.
- Yendo a las aguas de Dios.
- Desnudándose delante de Dios.
- Entendiendo que más que gloria, poder y unción, Dios quiere que le pidan transformación y conformación.
A Naamán solo lo limpia Dios.
© Francisco Carbonell. Todos los derechos reservados.
Es verdad, en muchos lugares se vive de apariencias, pero en realidad solo hay mentes y corazones sucios, que el señor nos enseñe y guíe para no desviarnos del camino. Que Dios te bendiga y siga usando.