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No juzgues

Bosquejos Biblicos

Bosquejos Biblicos… Lectura Biblica: Juan 8:1-11, Mateo 7:1-5

Introducción

Muchas personas en su soberbia, denigran la palabra de Dios, dando mal uso a la sabiduría que Él les ha concedido, pues tienen por costumbre levantar críticas, y juzgar a quien encuentren en una falta, como si fuesen dioses; cabe destacar que las personas de esta clase vociferan tener un ojo clínico para las cosas que están mal hechas, pero lamentablemente el amor de Dios no es reflejado en sus acciones, pues ni Cristo siendo el hijo de Dios (en su perfección, pureza y santidad) nos condenó, por lo contrario Dios lo envió al mundo para ofrecernos el regalo de la salvación Juan 3:17.

Dios es el juez, en 1 Juan 2:1 esta de manifiesto que Jesucristo es nuestro abogado para con el padre, si en su gracia y amor fuimos exentos de la condenación ¿Quiénes somos nosotros para juzgar a los demás?

I. No debemos actuar como jueces, pues todos seremos juzgados de la misma manera que juzgamos a los demás (Mateo 3:1-2)

a. Todos seremos juzgados por Dios. Hechos 17:31

b. Dios nos dará el pago de nuestras acciones. Romanos 2:6

c. Habrá condenación para todo aquel que haya proferido palabras indolentes. Mateo 12:36-37

II. No tenemos moral para juzgar a nuestros semejantes (Juan 8: 1-8, Mateo 7: 3-5)

a. Todos somos pecadores. 1 Juan 1:10

b. Quien presuma estar firme, también está expuesto al pecado. 1 Corintios 10:12

III. La verdadera exhortación, una lección de sabiduría y amor (Juan 9:11)

a. Toda exhortación debe estar cimentada en la palabra de Dios que es la fuente de sabiduría. Colosenses 3:16

b. Se debe orientar al caído, en humildad y amor, procurando su restauración, como si fuésemos nosotros mismos. Gálatas 6:1

Conclusión

El Señor nos enseña en su palabra que no debemos condenar a los demás, antes de poner en tela de juicio a un hermano debemos mirarnos a nosotros mismos, pues todos estamos expuestos al pecado, quien no admita esta realidad miente y hace mentiroso a Dios, pues todos somos pecadores, hay personas que aun siendo consciente de sus flaquezas tienden a señalar a sus hermanos con fines ajenos al propósito de Dios.

La exhortación y el juicio son dos cosas totalmente diferentes, lamentablemente en algunas iglesias que representan el cuerpo de Cristo, se ha dado una mala interpretación de los principios de exhortación que van en pos de la restauración de los hermanos caídos y no en la condenación.

Los fariseos fueron sorprendidos cuando Cristo en una sola frase los llevo a la reflexión: “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”, era evidente que ninguno estaba libre de la condición pecaminosa, pero se sentían jueces, queriendo condenar a aquella mujer, más Cristo les dio una lección de amor, Él le dijo: “Ni yo te condeno”, vete y no peques más”, en resumidas palabras, Cristo le exhortó diciendo: sé libre, no reincidas en tu pecado.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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