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El Señor quiere bendecir nuestra vida

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Bosquejos Bíblicos Predica de Hoy: El Señor quiere bendecir nuestra vida

Bosquejo Biblico Texto Bíblico: Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz”. (Números 6:24-26).

Introducción      

Todos queremos la bendición de Dios. Pero algunos la quieren porque piensan que implica tener prosperidad material. En realidad, lo más importante es estar en amistad con Dios. Por eso tenemos que dar gracias por su misericordia, que nos permite estar en su presencia. Y la guía para estar en los caminos de Dios y ser bendecidos, la hallamos en su Palabra divina.

I. Vivir en amistad con Dios es estar bendecido (verss. 24).

a. El Señor nos da su bendición si estamos unidos a Él. Porque estar en su presencia, es estar bendecido. Muchos confunden bendición con prosperidad material o éxito. Sin embargo, el bien más grande al que podemos aspirar es estar en su presencia y alabarlo por sus beneficios (verss. 24).

b. Cuando Dios nos promete que su bendición se derramará sobre toda nuestra vida, no está prometiendo en vano. Pero depende de nosotros la intención con la que esperamos esa bendición. Si la esperamos simplemente por pensar que con Él vendrá la abundancia en los bienes materiales, estamos siendo mundanos. Lo que debemos aspirar es a recibir los bienes espirituales que conlleva la amistad con Él (Filipenses 4:19).

c. En la base de la bendición, está la confianza que tenemos en Dios. Porque Él es una fuente inagotable de dicha, pero somos nosotros los que ponemos límites a su amor al no confiar plenamente. Es como tratar de envasar las aguas del océano, siempre llenará el recipiente que le ofrezcamos. Depende de nosotros recibir su bendición con un gran recipiente, o sólo con un dedal (Salmo 34:8).

d. Cuando confiemos realmente, sentiremos la paz del corazón que da el estar unido a Dios. Porque cuando nos entregamos a Él sin restricciones, no estamos perdiendo libertad, la estamos ganando. Así como la oveja que se deja conducir por el pastor encuentra mejor alimento y bebida, así el que se entrega a Dios sale beneficiado. Porque nadie sabe mejor lo que nos conviene que el mismo que nos creó y redimió (Salmo 23:1-2).

II. La mayor bendición es el perdón de nuestros pecados (verss. 25-26).

a. Que Dios tenga misericordia de nuestras faltas, es lo más importante para nuestra vida. Porque si pensamos en la eternidad, lo único que debemos temer es a ofender a Dios con nuestros pecados. Por esto, que Dios tenga misericordia de nosotros, es una bendición. Y debemos agradecerla mudando de vida y convirtiendo nuestro espíritu, para ser mejores hijos del Padre (verss. 25-26).

b. Aunque no busquemos los bienes materiales como principal beneficio, debemos saber que Dios nos los dará. Si no son obstáculo para nuestra vida espiritual, Dios quiere que seamos dichosos también en la tierra. Pero a su vez, sabe que somos débiles, y que tenemos que aprender a través del sufrimiento que esta vida es pasajera. De este modo, no nos arraigaremos aquí, sino que buscaremos la vida celestial (Éxodo 23:25).

c. Seremos bendecidos si estamos en amistad con nuestro Señor. Y para estarlo, tenemos su enseñanza en la Palabra de Dios. Si recurrimos a ella con asiduidad, tendremos allí la fuente de dicha que tanto buscamos. Porque en las enseñanzas de Dios encontramos cómo debe vivir el cristiano para llegar al final a gozar de su presencia eternamente (Proverbios 16:20).

Conclusión

Estemos seguros que Dios quiere enviarnos su bendición, pero debemos buscarla en la amistad con Él en primer lugar. El primer bien al que debemos aspirar es a estar junto a Dios. Cuando lo alcanzamos, hemos alcanzado lo más valioso para la vida del hombre. Por eso, la vida feliz no existe fuera de la bendición de Dios (Proverbios 10:22).

Que Dios tenga piedad de nuestros pecados es la principal bendición. Todos los días debemos pedir esto, para tener la dicha de caminar en sus caminos. El hombre que siente en paz su conciencia, tiene la mayor bendición que puede esperar el cristiano. Ya que sin la tranquilidad de conciencia, es incapaz de disfrutar cualquier cosa buena que le suceda (Deuteronomio 10:12-13).

En la Palabra de Dios encontraremos los preceptos y enseñanzas que el Señor quiso comunicarnos para que aprendamos a vivir en Él. Tenemos que alimentarnos siempre de ella y tenerla en el corazón. De esta manera, ya estaremos bendecidos, porque la Palabra de Dios es una bendición en sí misma para la vida del hombre (1 Reyes 2:3).

© Ricardo Hernández. Todos los derechos reservados.

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