Predicas Cristianas | Bosquejos para Predicar
Zacarías 6:9… “Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es la palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. ¿Quién eres tú, oh gran monte?…”
De acuerdo a la historia, Zorobabel, cuyo nombre probablemente significa: “Engendrado en Babilonia” fue parte del primer grupo que regresaron a Jerusalén en el año 537 a.c. Su deseo fue reconstruir el templo de Jehová, estaba convencido de su propósito, y de que lo lograría. Comenzó con la edificación del mismo, pero pronto se levantaron los enemigos para impedir la obra, (Esdras 5:1-17)
Resulta interesante notar que lo primero en ser edificado, fue el altar, y los sacrificios comenzaron a ofrecerse. Comienza ahora en el altar, no esperes que todo lo demás que te rodea, se encuentre edificado como tú lo deseas, empieza a dar las ofrendas y sacrificios que Dios demanda; muchos dirán: “Si fuera de Dios, ya estaría terminado, no estarían padeciendo” (Esdras 3)
Definiremos tres principios para que creamos que Dios terminará lo que empezó.
1. Dios pone el querer como el hacer…
Filipenses 2:13-14… “Dios es el que en vosotros produce así como el querer como el hacer, por su buena voluntad…”
El sueño, el deseo de grandezas que tú tienes en el corazón, lo puso Dios, y si él lo colocó ahí, es porque sabe que es posible de alcanzar. Sin importar las complicaciones que encontremos en el camino, no abandonemos la fe de creer que es posible. (Eclesiastés 3:11)
“Cuando Dios creó este mundo, todo lo hizo hermoso. Además, nos dio la capacidad de entender que hay un pasado, un presente y un futuro. Sin embargo, no podemos comprender todo lo que Dios ha hecho.” Eclesiastés 3:11 (TLA)
2. Lo que parece grande o imposible para nosotros; para Dios es normal…
Lucas 1:37… “Porque nada hay imposible para Dios”
Para la mayoría de nosotros, las cosas grandes están fuera de nuestro alcance, lo vemos inalcanzable, imposible, nuestra condición o nuestra realidad no nos permite alcanzar a comprender que, para Dios no existe lo imposible.
Abraham, le pareció imposible que su esposa le diera un hijo, por lo tanto la idea de Sara le pareció buena, y se acostó con Agar.
Moisés, creyó que el sueño de ser el libertador, había sido solo eso, un sueño; que él no era el apropiado, que a lo mejor alguien más estaría capacitado para el trabajo.
Y así, no tendríamos espacio para hablar de aquellos que en un principio dudaron de lo que Dios haría a través de ellos, Gedeón, Saúl, David, Zorobabel, etc.
3. Para Dios el tiempo no es problema…
Isaías 43:13… “Aún antes de que hubiera día, yo era…”
El tiempo, para el ser humano es complicado, ya que somos precisos para querer recibir una respuesta que demandamos, y no importa el tiempo cuando a quien se le pide, es a nosotros.
La traducción de lenguaje actual, dice así: “Yo soy Dios desde el principio, y lo seré hasta el final”
Lucas 2:25… “Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón…”
Las predicas cristianas y estudios biblicos nos enseñan que Simeón era un hombre, piadoso y justo, el Espíritu Santo estaba sobre él; le había hecho la promesa veinte años antes, que no moriría hasta ver el nacimiento del Mesías, para muchos parecería imposible, el tiempo pasaba y la respuesta no venía; pero Dios lo cumplió.
Le sucedió a Moisés, le sucedió a David, y nos sucederá seguramente a nosotros.
Recuerda: “Nos dio la capacidad de entender que hay un pasado, un presente y un futuro… “El pasado, no lo puedes cambiar, pero el presente servirá para sembrar una semilla, que determinará tu futuro…”
