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La conciencia

Bosquejos Biblicos

Bosquejos para Predicar Texto Biblico:Bendeciré a Jehová que me aconseja; Aun en las noches me enseña mi conciencia. Salmos 16:7

Introducción

La conciencia es ese conocimiento del bien y del mal que el ser humano tiene para discernir entre lo que es de Dios y lo que no. Ese conocimiento nos permite identificar si estamos actuando con rectitud o nos estamos desviando de la voluntad de Dios. Ese tipo de conciencia, con la ayuda de Dios nos permite tener paz y estar tranquilos en lo que hacemos.

1) Existe buena conciencia (1 Pedro 3:16)

Cuando hacemos lo recto delante de Dios tenemos una buena conciencia, sabiendo que nuestros actos son de su agrado. No importa lo que otros puedan decir de nosotros, desde nuestro interior sabemos que estamos haciendo la voluntad de nuestro Padre. Esa conciencia nos trae paz y tranquilidad.

a) El Espíritu Santo nos redarguye (Romanos 9:1)

El Espíritu Santo nos redarguye y nos indica si estamos en paz con Dios o si algo no es de su agrado. Tenemos esa ayuda de Dios quien nos guía hacia todo lo puro, todo lo justo y bueno de Dios.

b) Dios nos enseña a través de la conciencia (Salmo 16:7)

Si hemos hecho algo malo y no lo hemos hecho sabiendo que era algo que desagrada a Dios, Dios mismo nos enseña que lo que hicimos no estuvo de acuerdo a su voluntad. Dios es bueno y nos enseña por dónde debemos ir, como un buen padre que cuida de sus hijos para que su pie no tropiece.

2) Existe mala conciencia (Hebreos 10:22)

Dios quiere que nos limpiemos de la mala conciencia. Quiere que purifiquemos nuestro corazón de ella para ser aceptos en Él. Esta mala conciencia se manifiesta cuando hacemos lo malo, lo sabemos pero de igual manera no nos arrepentimos, sino que continuamos ofendiendo al Señor. Esto es lo que Dios no desea que hagamos ni quiere que nos comportemos así. Él quiere limpiar nuestra conciencia y darnos paz.

a) La conciencia se corrompe (Tito 1:15)

Nuestra conciencia se puede corromper y llamar a lo malo bueno y a lo bueno malo. Romanos 1:28 nos dice que Dios nos puede entregar a una mente reprobada. En este caso, Dios ya no está diciendo a la persona lo que es bueno y malo, sino que su mente tergiversa la realidad de Dios.

b) La conciencia nos acusa (Juan 8:9)

Cuando hacemos lo malo delante de Dios pero aún tenemos conciencia, esta nos acusa de que estamos haciendo las cosas mal. Esta es una oportunidad que tenemos de enderezar nuestros pasos y seguir el camino de la verdad.

c) Podemos tener cauterizada la conciencia (1 Timoteo 4:2)

Puede llegar un punto, cuando hacemos lo malo y no escuchamos el consejo de Dios, que nuestra conciencia se cauteriza y no podamos sentir más si lo que hacemos está bien o mal. En este punto no está más el Espíritu Santo para redargüirlos, pues lo hacía pero no queríamos escuchar. Dios entonces nos entrega a nuestras pasiones y más que tener la conciencia corrompida, no sentimos más.

3) Es diferente entre uno y otro (1 Corintios 10:29)

Pablo escribió con relación a la comida, que para algunos era impuro y para otros no lo hera. La conciencia les redarguye de forma diferente. Pero al final todo lo que se hace debe realizarse para la gloria de Dios.

Dios nos ha dejado su palabra para conocer su voluntad, pero si hay alguien a quien la conciencia les remuerde algún asunto, no debemos ser tropiezo para ellos. Al final pablo declara si como para el Señor como y los que no comen para el Señor no comen.  Pero no debemos ser tropiezo de los demás ni ser jueces, pues Dios es el unico Juez Justo.

4) Podemos herir la conciencia de otros (1 Corintios 8:12)

Si hacemos tropezar a algún hermano por su débil conciencia, pecamos contra Dios. Debemos por tanto ser ejemplo en conducta, no menospreciando al hermano ni jactarnos por algo. Dios es quien nos ve y juzga y todo debemos hacerlo para su gloria, nada más.

En lugar de herir la conciencia de los hermanos, debemos estar unidos y tratar de fortalecer ese conocimiento de la palabra del Señor a todos.

5) Limpia conciencia (1 Timoteo 3:9)

Dios quiere que nuestra conciencia esté limpia. Esto lo conseguimos obedeciendo y siendo guiados en todo nuestro ser por el Espíritu Santo. Dios nos limpió de todos nuestros pecados cuando venimos a Cristo, ahora tenemos un abogado que nos defiende ante el padre cuando hacemos algo malo, y Dios mismo nos enseña a través de nuestra conciencia.

Si hacemos lo malo venimos ante Dios y de corazón le pedimos perdón, para estar en paz con el Señor. Dios nos ayuda a estar en esa paz que solo Él puede dar, haciendo lo recto ante sus ojos y guiándonos con su Espíritu Santo.

Conclusión

Dios guía nuestra conciencia para que sepamos que es bueno y que es malo ante sus ojos. El Espíritu Santo quiere guiarnos en todo comportamiento para que sepamos que debemos hacer, cuál es la voluntad de Dios respecto a alguna cosa. 

Y si pecamos en algo sin darnos cuenta, el Espíritu Santo nos redarguye para que confesemos a Dios lo que hayamos hecho. 

La conciencia debe ser en nosotros buena y limpia. No dejemos que sea mala, corrompida ni mucho menos se cauterice. Debemos temer a Dios y obedecer, según nos guíe con su palabra y con la ayuda del Espíritu Santo.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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