La mies es mucha

a) Multitudes

La gente se agrupaba pues sabían que el mensaje que les era dado un mensaje de salvación y de verdad. El reino de los cielos les era manifiesto por el mensaje de Jesucristo. También podían ver el poder de Dios manifestado en la liberación de endemoniados y en la sanidad divina en muchas personas. La gente sabía que el reino de los cielos se había acercado y querían ser parte de el.

b) Sin pastor

El Señor al ver a toda la gente con hambre por su palabra se compadeció de ellos. El Señor también quiere que hagamos lo mismo, que tengamos compasión por las multitudes.

Por esas personas que no han escuchado que hay un Dios que todo lo puede y que puede darnos la vida eterna. Jesús comparó a esas multitudes como un rebaño que no tienen un pastor, que van de un lugar a otro sin protección, sin alguien que las alimente. Dios quiere ser ese pastor de nuestra vida y quiere que su palabra también cuide a las multitudes sin Dios.

4) La mies

El Señor comparó a la multitud como campos listos para la cosecha, como ese fruto que está listo para cosecharse. Pero esos campos necesitan de alguien que lo trabaje, de alguien que lo cuide para que el maligno no lo robe.

a) Es mucha

Y ese campo, esas multitudes son muchas. No es poca la gente que vive sin saber del poder de Dios para socorrerlos en cualquier necesidad. Es mucha la necesidad en el mundo, por tanto es necesario que más obreros se levantan para trabajar en la obra de Dios.

b) Los obreros pocos

Los obreros son pocos. Son pocos los que se atreven a ir en contra de la corriente de este siglo. Son pocos los que se atreven a escuchar a Dios y seguirle en todo lo que Él mande. Es necesario que se levanten más obreros para ir a los campos que están listos para la cosecha.

5) Buscar al Señor de la mies

Debemos pedirle al Señor que levante más obreros. Cuando Dios levanta a una persona para ir a predicar su palabra, Él lo capacita con su poder y con la ayuda del Espíritu Santo para que haga toda la buena obra que el Señor le mande. Pisamos a Dios que levante más obreros.

Conclusión

La gente está necesitando un mensaje de salvación y esperanza. Las multitudes están listas a escuchar el mensaje de verdad. Pidamos a Dios que levante a sus obreros para que vayan y prediquen su palabra. Y si Dios nos llama, aceptemos el llamado y vayamos a donde Dios disponga.

© Julio Torres. Todos los derechos reservados.

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