La religión

Conclusión

El espíritu religioso te detiene de ser un verdadero discípulo. Un verdadero discípulo no sigue la palabra de Dios por obligación, sino que la sigue por amor a Dios y convicción del Espíritu Santo. Un verdadero discípulo de Jesucristo no pertenece a una religión, sino que es una persona que ha cambiado su vida, y le sigue.

Cuando decidimos seguir a Cristo, muchos nos preguntaran, ¿A qué religión perteneces? Contesta está pregunta con convicción y certeza, y di: yo no pertenezco a una religión.

Yo no me someto a un conjunto de creencias o dogmas, establecidas por hombres. Yo no me someto a prácticas o rituales establecidos por el hombre, yo sigo a Cristo.

El cristianismo no es una religión. ¡La religión no salva! El cristianismo es caminar con Cristo en todo momento. El cristianismo no es una religión, sino que es el camino que tenemos que cruzar para llegar al cielo.

Recordemos que el Señor nos dijo: “…Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame…” (Mateo 16:24). Eso es lo que un verdadero discípulo de Jesús tiene que hacer.

Tenemos que negarnos a nosotros mismos; en otras palabras, como verdaderos discípulos de Jesús tenemos que resistir la tentación de justificación que las religiones ofrecen, y entregarnos a Él.

No permitas ser engañado por doctrinas inventadas por hombres; desiste de justificar el pecado en tu vida, y toma tu cruz y sigue a Jesús. Recuerda que la religión no salva, solo Cristo salva.

Para finalizar pregunto: ¿a qué religión perteneces?

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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